LIMA - PERÚ DOMINGO 31 DE ENERO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS TESALONICENSES.
Primera de Tesalonicenses 5:13b-18.
"Tened paz entre vosotros. También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".
*** Después de concientizar al pueblo tesalonicense, y sensibilizarlos en lo concerniente al reconocimiento de la autoridad, y el trabajo de amor de los ministros y servidores a nivel eclesial, el apóstol refiere la necesidad de la paz en el área fraterna. No podemos andar juntos si no estamos de acuerdo, y menos si hay resentimientos o disputas que no hayan sido zanjadas en el consenso eclesial. La paz implica ante todo una sana actitud en la camaradería, la forma de pensar, la objetividad, la metodología, y la convergencia del ánimo para hacerlo en una sola dirección, y juntos; entendiendo lo que es la gloria corporativa.
*** Otro pecado muy común en Tesalónica era la ociosidad, que era el estigma de una sociedad que vivía en un contexto epicúreo, y que mantenía una actitud estoica en lo referente al divino obrar, quien tendría que operar de alguna manera para que la gente se salve, para obtener algún local, para que los servidores eclesiales no cobren y vivan del aire, "don que los ociosos no tienen"; pero si tienen el "don de comer excesivamente", ÿ que son como los conejos: pueblo nada esforzado, y que ponen su casa en la piedra, suponiendo que la iglesia es un refugio para indigentes, un paraíso para los haraganes, y un consuelo para los adictos, y una hamaca para los que nacieron cansados ¡Ay, Padre!
*** Aquellos individuos de naturaleza opaca, fogosos cuando algo se inicia; y vacilantes cuando el esfuerzo dura más que el ánimo dispuesto; mostrando su hiperactividad al comienzo, pero teniendo una mecha corta que se apaga en el más breve plazo, son descritos por la pluma de Pablo como gente que debe ser alentada (como el fuelle que aviva el fuego en la fragua), de manera continua para que siga funcionando ¡Cuánta paciencia precisamos!
*** Que sostengáis a los débiles. La falta de fuerzas está asociada a una magra alimentación; no porque no se les dé lo suficiente; sino porque su naturaleza disticosa y selectiva le hace despreciar los nutrientes, las vitaminas y enzimas que no tienen el gusto referencial personal; obligando a otros a llevar ese peso extra, no sólo como apoyo eventual, sino como eterna muleta. Cuando la debilidad es producto de alguna enfermedad, podemos entenderlo; pero la cronicidad de la misma resulta una carga excesiva.
*** "Que seáis pacientes para con todos"; el nivel de carga soportable nunca debe ser excedido, y la solicitud que se hace para algunos, debe regir para todos. Así, si otro sobrellevó tus falencias, perdonó tus excesos, y te ayudó en tus debilidades; esto debe ser asumido como una instrucción que te invita a hacer lo mismo cuando otro hermano atraviese por ello, ¡y no digas que eres lo bastante intuitivo para pensar que el tal está fingiendo! ¿Lo hiciste tú?
*** Que nuestra naturaleza retributiva no sea la del talión; permitiendo que la redención opere a cabalidad. Si hubiere algo que vengar, dejemos a Dios el encargo (Ro.12:17-21); y continuemos nosotros haciendo el bien como una norma existencial y un estilo de vida. Nuestro deseo para nuestros hermanos debe ser siempre el que Dios les pueda bendecir, los favorezca, y les haga crecer en virtud y perspectiva.
*** El gozo es el salario de aquellos que trabajan para Dios, y fruto de la fidelidad productiva. Así, pues, el apóstol, está sugiriendo que nos mantengamos en la actividad que trae gloria a Dios, y que nos permite ser sus agentes o instrumentos mediante los cuales la iglesia aumenta en volumen, y desarrolla espiritualmente al ver nuestro trabajo de amor que no queda sin fruto (Mt.25:21,23; 1Co.15:58).
*** La oración es propiamente el contacto con el Dios vivo, el venir al conocimiento de su voluntad para saber qué hacer, y el disponernos para canalizar la misma en pro de su beneplácito y el cubrimiento de su propósito. Orar es enchufarse con el Señor en visión, certeza y perspectiva, bombardeando el territorio que conquistaremos en breve, haciéndolo nuestro en nuestros corazones, y profetizando fielmente nuestra tenencia por anticipación.
*** Nuestro agradecimiento en todas las cosas y en todas las áreas, ponen a Dios de relieve, y dejan al diablo fuera. El creyente, a través de las buenas obras, y la búsqueda del agrado divino, entiende las contingencias como gajes del oficio, mirando hacia la meta en absoluta confianza de que Dios está a cargo, y que él nos suplirá de acuerdo a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús, obteniendo los resultados apetecidos por él (2Ti.2:12-14).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 31/01/2016