SI NUESTRA CONVICCIÓN SOBRE NUESTRA MUERTE CON CRISTO NO HA ALCANZADO PLENITUD EN NUESTRAS CONCIENCIAS, NOS LLENAREMOS DE CREYENTES RELIGIOSOS FATUOS, Y PERDEREMOS LA PERSPECTIVA DE UNA CONCRETA ESPIRITUALIDAD, CAYENDO EN LA BURDA TRAMPA DE LA JUSTICIA PROPIA CON "OLOR DE SANTIDAD". NO FUIMOS LLAMADOS POR DIOS A SER BEATOS, VISTIENDO HÁBITOS DE MONJES SIN SERLO; SINO A EVIDENCIAR LA VIDA DE DIOS EN SUS MÁS ALTOS NIVELES. TODO LO PODREMOS EN CRISTO, QUIEN NOS FORTALECERÁ.

LIMA -PERÚ   SÁBADO 08 DE ENERO DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS COLOSENSES

Colosenses 2:20-23.

"Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne".

*** En el verso 19, observamos que el crecimiento se registra en todo el cuerpo al mismo tiempo, y Pablo dice que este crecimiento lo da Dios, y que su secreto es la efectividad de la confraternidad, del esfuerzo conjunto, de la dedicación general, en los que la nutrición y la unión se dan por las coyunturas (articulación de un hueso con otro), y los ligamentos (cordón fibroso que liga los huesos de las articulaciones; pliegue membranoso que enlaza o sostiene cualquier órgano), creciendo dentro de esa comunión sostenidamente.

*** La identificación con Jesús en el hecho de su muerte, ha de ser el pensamiento regente en la mente del creyente para deshacerse de la influencia de los rudimentos del mundo, los mismos que nos habituaran a movernos dentro de sus limitaciones, usos y tradiciones. Aquí el apóstol comenzará a referir todas aquellas cosas que hacemos por costumbre o por hábito. Si Dios nos ha sacado de lo usual y habitual, dándonos algo nuevo para lo que es preciso renovar nuestros entendimientos, ¿por qué persistimos en ello? Por las tradiciones acendradas, por lo difícil que es el proceso de adaptación a las realidades neocreacionales. 

*** La dificultad no está en lo que se nos otorga, sino en la actitud respecto a ello. Allá en el Sinaí, se le pidió a Moisés que sirviera de intercesor, para que el contacto con Dios fuera diferido, y no directo. en  el Nuevo Pacto, todo es directo, y Jesús no es alguien ajeno a nosotros; sino que él opera en nosotros aquellas cosas en que parecemos insuficientes por nosotros mismos, cooperando con Dios e interactuando con él.

*** Todas las señales reguladoras, informativas y preventivas tiene una razón de ser, y buscan el bienestar de los viajeros, y su seguridad en el trámite de los mismos. Pero todo lo que se añadiera a la palabra misma (La Torah, la instrucción), no era parte de la revelación divina, y se le estigmatiza en el lenguaje neotestamentario, como mandamientos y doctrinas de hombres, las mismas que anularan la palabra misma por el cultivo de las tradiciones. Las discusiones con Jesús, por las tradiciones de los ancianos, se daban continuamente; condenando la heterodoxia del Señor (su disconformidad con la doctrina sectaria hebraica), quien por palabra y actitud definía la inconsistencia de sus ridículas y absurdas ponencias (Leer Mateo 5:21-48).

*** Los: No manejes, ni gustes, ni aun toques; eran cosas que fueron perdiendo vigencia porque después de ponerlas por obra, se percataban que no servían para nada; como no fuera otra cosa que darles mayores oportunidades de jactancia ante los demás. Al utilizarlas para obrar el control de su naturaleza caída, suponiendo que ello traería gloria ante ojos ajenos; pero nunca una liberación de su naturaleza adámica. El maquillaje religioso, compuesto de poses y figuras que otros mirasen con admiración, yendo desde su forma de ofrendar, hasta el ensanchamiento progresivo de sus filacterias; suponían una burda actuación, un engaño religioso de írrito valor.

*** Pablo hace notar aquellas cosas como aparentes virtudes que tienen cierta reputación de sabiduría en culto voluntario (no es algo que Dios solicitara, sino que la infatuación devota de los religiosos de la época adicionara como gloria personal); en humildad afectada (es decir, visible a los demás), y en duro trato del cuerpo (como los azotes de Martín de Porres, y los daños que se causara Isabel Flores de Oliva (Santa Rosa), o de ayunos y vigilias que no buscan otra cosa que ganar fama como siervos sufrientes; PERO QUE NO TIENEN VALOR ALGUNO CONTRA LOS APETITOS DE LA CARNE. ¡Ah, los insaciables egos, de los fatuos humildes!

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   09/01/2016