LIMA - PERÚ VIERNES 08 DE ENERO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS COLOSENSES.
Colosenses 2:16-19.
"Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, ni en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios".
*** Después de ver la plenitud divinal del Hijo de Dios, y nuestra relación con él de un modo pactual (al dejar de andar en Adán, e identificarnos con su muerte y su resurrección como el género vivencial en que nos movemos de consuno), pasamos a ver cómo fue que pasamos de muerte a vida, cómo nuestros pecados fueron descartados del todo, y cómo la acusación fiscal que había contra nosotros por ser transgresores de la ley, fue clavada en la cruz: "Y mediante sus mandamientos canceló el documento de nuestras deudas, el cual nos era adverso, quitándolo de en medio y clavándolo en la cruz" (Col.2:14 Biblia Peshitta), "Teníamos una deuda porque no cumplimos las leyes de Dios. La cuenta de cobro tenía todos los cargos contra nosotros, pero Dios nos perdonó la deuda y clavó la cuenta en la cruz" (Col.2:14 PDT). Así, sin la acusación que les otorgara el poder para condenarnos, las gobernaciones usurpadoras fueron desarmadas, y su vergüenza y su derrota se hicieron visibles en el trámite del triunfal desfile que los mostró como enemigos sin poder alguno. ¡Gloria a Dios! La cruz es la cresta divisoria que explica por sí misma dónde está la derrota satánica, y exhibe el cetro del poder divino en la vida de sus santos.
*** Aquellas cosas que significaran algo desde el punto de vista litúrgico, dejaron su simbolismo, traduciéndose en realidad en la individualidad del Hijo; y así como cuando el sol llega a su cenit, y desaparecen las sombras; así también la realidad antropomórfica hizo del Verbo el negro agujero que todo lo absorbiera, proponiendo el valor redentivo absoluto, dejando atrás lo simbólico y representativo, disfrutando la gloria en vivo y en directo. El juicio sobre comidas y bebidas, determinados días sacros, celebrar las lunas nuevas o los días de reposo ceremoniales, han perdido su valor significativo, pudiendo disfrutar la realidad divinal al poder ver al Padre en Jesús (Jn.14:8-11). La sombra, o la silueta proyectada revela la existencia de quien la proyecta, pero cuando el sol alcanza su cenit las sombras desaparecen, y lo real se muestra tal cual es, produciéndose la certeza: "Pero el cuerpo es de Cristo". Fuera de esa realidad (Jn.17:3), todo es postizo y falso.
*** La realidad tripartita que el creyente goza, no debe ser descartada por la falsa humildad, o por la cúltica angelología (típicas del misticismo gnóstico de delirantes ponencias de los que "dicen que saben" (Job 4:11-19); sirviendo diligentemente a otros dioses y escuchando las voces inicuas de los espíritus engañadores. Todos los que teorizan sobre estas cosas, postulan una serie de pensamientos y perspectivas improbables, las mismas que señalan en un plano dogmático en su delirante filosofar ¡No los escuches!
*** El asirse de la cabeza, implica cifrar toda la revelación en aquel que la tiene, y es capaz de impartirla a quien él quiera. Esta comunión con la Cabeza (que es Cristo), resalta la relación que se tiene con la fuente de la verdad, y la verdad misma individualizada; cobrando la misma forma al metabolizar su alimento, y compartirlo como aquello que forja la realidad corporativa, creciendo en aquella comunión contactual que hace de nosotros la familia de Dios, llevándonos progresivamente en aquella plenitud que él habita, preside y utiliza, según Efesios 4:15-16.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 08/12/2016
*** Después de ver la plenitud divinal del Hijo de Dios, y nuestra relación con él de un modo pactual (al dejar de andar en Adán, e identificarnos con su muerte y su resurrección como el género vivencial en que nos movemos de consuno), pasamos a ver cómo fue que pasamos de muerte a vida, cómo nuestros pecados fueron descartados del todo, y cómo la acusación fiscal que había contra nosotros por ser transgresores de la ley, fue clavada en la cruz: "Y mediante sus mandamientos canceló el documento de nuestras deudas, el cual nos era adverso, quitándolo de en medio y clavándolo en la cruz" (Col.2:14 Biblia Peshitta), "Teníamos una deuda porque no cumplimos las leyes de Dios. La cuenta de cobro tenía todos los cargos contra nosotros, pero Dios nos perdonó la deuda y clavó la cuenta en la cruz" (Col.2:14 PDT). Así, sin la acusación que les otorgara el poder para condenarnos, las gobernaciones usurpadoras fueron desarmadas, y su vergüenza y su derrota se hicieron visibles en el trámite del triunfal desfile que los mostró como enemigos sin poder alguno. ¡Gloria a Dios! La cruz es la cresta divisoria que explica por sí misma dónde está la derrota satánica, y exhibe el cetro del poder divino en la vida de sus santos.
*** Aquellas cosas que significaran algo desde el punto de vista litúrgico, dejaron su simbolismo, traduciéndose en realidad en la individualidad del Hijo; y así como cuando el sol llega a su cenit, y desaparecen las sombras; así también la realidad antropomórfica hizo del Verbo el negro agujero que todo lo absorbiera, proponiendo el valor redentivo absoluto, dejando atrás lo simbólico y representativo, disfrutando la gloria en vivo y en directo. El juicio sobre comidas y bebidas, determinados días sacros, celebrar las lunas nuevas o los días de reposo ceremoniales, han perdido su valor significativo, pudiendo disfrutar la realidad divinal al poder ver al Padre en Jesús (Jn.14:8-11). La sombra, o la silueta proyectada revela la existencia de quien la proyecta, pero cuando el sol alcanza su cenit las sombras desaparecen, y lo real se muestra tal cual es, produciéndose la certeza: "Pero el cuerpo es de Cristo". Fuera de esa realidad (Jn.17:3), todo es postizo y falso.
*** La realidad tripartita que el creyente goza, no debe ser descartada por la falsa humildad, o por la cúltica angelología (típicas del misticismo gnóstico de delirantes ponencias de los que "dicen que saben" (Job 4:11-19); sirviendo diligentemente a otros dioses y escuchando las voces inicuas de los espíritus engañadores. Todos los que teorizan sobre estas cosas, postulan una serie de pensamientos y perspectivas improbables, las mismas que señalan en un plano dogmático en su delirante filosofar ¡No los escuches!
*** El asirse de la cabeza, implica cifrar toda la revelación en aquel que la tiene, y es capaz de impartirla a quien él quiera. Esta comunión con la Cabeza (que es Cristo), resalta la relación que se tiene con la fuente de la verdad, y la verdad misma individualizada; cobrando la misma forma al metabolizar su alimento, y compartirlo como aquello que forja la realidad corporativa, creciendo en aquella comunión contactual que hace de nosotros la familia de Dios, llevándonos progresivamente en aquella plenitud que él habita, preside y utiliza, según Efesios 4:15-16.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 08/12/2016
LAS REALIDADES ESPIRITUALES, DESCRITAS POR EL SEÑOR MISMO, DESMISTIFICAN LA DOCTRINA,PONIENDO EN ELLA EL SELLO DE LA REGULARIDAD DIVINAL. LOS DELIRIOS, Y LAS DECISIONES RABÍNICAS QUE FORMAN PARTE DE LAS COSTUMBRES HEBRAICAS NO AUTORIZADAS NI REGULADAS POR LA DEIDAD, SE DESDIBUJAN DEL HORIZONTE ESPIRITUAL TRASCENDENTE, DESPRENDIÉNDOSE DE LA SILUETA DEL MESÍAS, DEJANDO LUGAR A LA REALIDAD SOLA, SIN ADORNOS INNECESARIOS.
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