LIMA - PERÚ DOMINGO 24 DE ENERO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS TESALONICENSES.
Primera de Tesalonicenses 3:1-8.
"Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas, y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos. Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis. Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano. Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe; porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor".
*** La naturaleza "sumo sacerdotal" del apóstol: "Y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?" (2Co.11:28-29); nos habla de una esencialidad empática de singulares proporciones, de un alto grado de sensibilidad que únicamente registra el ministerio profético por causa de su dotación. Esta misma hipersensibilidad, hizo que Timoteo fuera enviado a Tesalónica, para confirmar y consolidar a los hermanos en la fe. La carga apostólica, lejos de Tesalónica, no había disminuido un ápice en Pablo, moviendo sus fichas estratégica y sabiamente, buscando estabilizar la vida eclesial, tanto fragmentaria como absolutamente. El "pensar en red", no es cosa de varones apostólicos; sino de nodrizas; y Pablo conocía de estas metamorfosis ministeriales, comprendiendo la necesidad de un balance ético y emocional, que afirma el corazón y aquieta la conciencia.
*** Las tribulaciones ministeriales no deberían desestabilizar la vida eclesial, y la comunicación ¡cuán importante es! No la alarmista, no los rumores, ni los chismes; sino las de una fiel comprobación, las que traen paz a nuestras almas, y nos confirman la divina sazón para andar confiadamente. Pablo insiste en que los tiempos de aflicción no son cosas peregrinas, y que han de aparecer continuamente en nuestra marcha a la gloria. Hemos de notar que el diablo no ataca a la Deidad, sino a nosotros, para que no le creamos, y para que, en un acto decisivo nos inhibamos de nuestro andar, lo posterguemos, o nos decepcionemos, y volvamos atrás, y que lo desechemos por completo. Es en esta última instancia que el trabajo apostólico pudiera resultar vano.
*** La vuelta de Timoteo, con alegres nuevas, confortó el ánimo apostólico, y aquella expresión que todo ministro espera recibir: que la fe y el amor, como raíz y fruto, están presentes en todas las áreas. Una fe verdadera se traducirá en un sentir real también, el cual ha de ser revelado en palabras y en hechos para con aquellos que amamos, haciendo notoria la necesidad de las presencias de los amados en una geográfica ubicación, dejando que el amor familiar consuele y bendiga a quienes nos sentimos comprometidos fraternalmente.
*** Pablo alienta el corazón de los hermanos tesalonicenses desde donde está ubicado, haciendo saber que a pesar de las necesidades y aflicciones, el balsámico consuelo diluyera el dolor, reemplazándolo por un gozo sin igual. Así, pues, la fe tesalonicense tuvo las virtudes aliviadoras que llevara al equipo ministerial a una gloria desconocida en ese nivel. Pablo lo testifica así: "Porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor". Aqui en el Perú, lo referimos como: "hacer volver el alma al cuerpo". Tal era el efecto de la comunicación que llegara mediante Timoteo. La sensibilidad apostólica no sólo debe impresionarnos, sino servirnos de ejemplo para que aprendamos a amar entrañablemente a los santos, donde quiera que estén.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/01/2016
*** La naturaleza "sumo sacerdotal" del apóstol: "Y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?" (2Co.11:28-29); nos habla de una esencialidad empática de singulares proporciones, de un alto grado de sensibilidad que únicamente registra el ministerio profético por causa de su dotación. Esta misma hipersensibilidad, hizo que Timoteo fuera enviado a Tesalónica, para confirmar y consolidar a los hermanos en la fe. La carga apostólica, lejos de Tesalónica, no había disminuido un ápice en Pablo, moviendo sus fichas estratégica y sabiamente, buscando estabilizar la vida eclesial, tanto fragmentaria como absolutamente. El "pensar en red", no es cosa de varones apostólicos; sino de nodrizas; y Pablo conocía de estas metamorfosis ministeriales, comprendiendo la necesidad de un balance ético y emocional, que afirma el corazón y aquieta la conciencia.
*** Las tribulaciones ministeriales no deberían desestabilizar la vida eclesial, y la comunicación ¡cuán importante es! No la alarmista, no los rumores, ni los chismes; sino las de una fiel comprobación, las que traen paz a nuestras almas, y nos confirman la divina sazón para andar confiadamente. Pablo insiste en que los tiempos de aflicción no son cosas peregrinas, y que han de aparecer continuamente en nuestra marcha a la gloria. Hemos de notar que el diablo no ataca a la Deidad, sino a nosotros, para que no le creamos, y para que, en un acto decisivo nos inhibamos de nuestro andar, lo posterguemos, o nos decepcionemos, y volvamos atrás, y que lo desechemos por completo. Es en esta última instancia que el trabajo apostólico pudiera resultar vano.
*** La vuelta de Timoteo, con alegres nuevas, confortó el ánimo apostólico, y aquella expresión que todo ministro espera recibir: que la fe y el amor, como raíz y fruto, están presentes en todas las áreas. Una fe verdadera se traducirá en un sentir real también, el cual ha de ser revelado en palabras y en hechos para con aquellos que amamos, haciendo notoria la necesidad de las presencias de los amados en una geográfica ubicación, dejando que el amor familiar consuele y bendiga a quienes nos sentimos comprometidos fraternalmente.
*** Pablo alienta el corazón de los hermanos tesalonicenses desde donde está ubicado, haciendo saber que a pesar de las necesidades y aflicciones, el balsámico consuelo diluyera el dolor, reemplazándolo por un gozo sin igual. Así, pues, la fe tesalonicense tuvo las virtudes aliviadoras que llevara al equipo ministerial a una gloria desconocida en ese nivel. Pablo lo testifica así: "Porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor". Aqui en el Perú, lo referimos como: "hacer volver el alma al cuerpo". Tal era el efecto de la comunicación que llegara mediante Timoteo. La sensibilidad apostólica no sólo debe impresionarnos, sino servirnos de ejemplo para que aprendamos a amar entrañablemente a los santos, donde quiera que estén.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/01/2016
EL TESTIMONIO DEL AMOR PAULINO POR LOS HERMANOS TESALONICENSES ES REALMENTE ENTERNECEDOR, MOSTRÁNDONOS CON ELLO LA VINCULACIÓN EXISTENTE ENTRE LOS MINISTROS Y EL DISCIPULADO COMO UNA REALIDAD VIGENTE, REAL Y VIVENCIAL.
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