LIMA - PERÚ SÁBADO 05 DE MARZO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS COLOSENSES.
Colosenses:2:11-13.
"En él también fuisteis circuncidados con circuncisón no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados".
*** Así como la circuncisión de los prepucios naturales simbolizara el pacto en la carne de los comprometidos, estableciéndose claramente una descendencia para Dios, sin contaminación alguna y totalmente exenta de paganismo; así también los creyentes al bautizarse, "mueren, son sepultados y resucitan" para vivir de acuerdo con la nueva naturaleza que les fuera impartida. En el nuevo pacto, el afilado bisturí del experto rabino se hace innecesario, porque la descendencia viene ahora por la fe, y no por el nacimiento biológico. La circuncisión no hecha a mano, echa de nosotros el cuerpo carnal, es decir, la naturaleza adámica es llevada a la muerte consciente, para que nunca más nos apoyemos en ella, y vivamos en el orden nuevo, andando en el Espíritu. Esta ha de ser la legítima aspiración de cada neoconvertido al cristianismo, porque sin la renuncia a la vieja naturaleza, no se podria caminar en la nueva. No veamos el bautismo en agua como un simple ritualismo, sino como una confirmación de nuestro compromiso con el Señor en una forma visible y testimonial, porque eso es lo que es.
*** Al llamar a esta experiencia la "Circuncisión de Cristo", nos procura un entendimiento fundamental de esta verdad, describiéndola luego así: "Sepultados con él en el bautismo"; ésta no debe ser separada de las aseveraciones precedentes, ni de las que vienen después de ellas. Veamos:
(I) "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Col.2:9);
(II) "Y vosotros estáis completos en él" (Col.2:10);
(III) "En él fuisteis también circuncidados..." (Col.2:11);
(IV) "Sepultados con él en el bautismo" (Col.2:12a);
(V) "Fuisteis también resucitados con él" (Col.2:12b);
(VI) "Os dio vida juntamente con él" (Col.2:13).
*** Si estamos atentos a lo que Pablo nos comparte, nos percataremos de la obra de amor del Señor que debe mantenernos en su contexto. Dios Padre ha condensado en la individualidad de Jesús la plenitud de lo que quería mostrar y revelar (v.9); al ser incluidos en él por virtud de la obra redentiva no es necesario agregar nada más (v.10); fuimos confirmados en el plano pactual al ser circuncidados (v.11); al echar el cuerpo carnal de nosotros mediante esa circuncisión de orden espiritual y seminal, fuimos sepultados (desaparecimos del orbe que podía recordarle a Dios nuestros pecados (v.12a); pero no todo terminaba allí, pues fuimos resucitados con aquella vida genérica que no puede más morir, y esa es la esfera en la que habitamos como hijos de Dios (v.12b). Aquella vida, pues, que Jesús expresa en su accionar en nosotros, es el ámbito en el cual andan, fluyen, se mueven, y viven los hijos de Dios que conocen su posición en Cristo. Fantasías filosóficas, fábulas judaicas, alucinaciones variopintas, ¿para qué?
*** La vida de resurrección no es algo hipotético o imaginario que tenga que ser reinventada a diario, siendo la trascendencia del contacto con la Deidad lo que compone nuestra realidad (2R.6:15-17), y lo que mantiene en efecto la frase clásica de Elías: "Vive Yahweh Dios de Israel, en cuya presencia estoy..." (1R.17:1); y no era una fanfarronada, sino la pura verdad. Morar en la presencia del Señor no requiere mudar nuestro aspecto, o entrar en una dimensión fascinante que subyugue los sentidos y nos mantenga en un interminable trance; sino en que aceptes la guianza espiritual del Consolador, la vigencia de la vida del Señor Jesús, y te doblegues a su gobierno hasta coexistir con él en una ideal trascendencia, como la de Elías, Eliseo, Enoc, Moisés, Jesús..."Yo y el Padre uno somos" (Jn.10:30); "En aquel día vosotros conoceréis QUE YO ESTOY EN MI PADRE, Y VOSOTROS EN MÍ, Y YO EN VOSOTROS" (Jn.14:20) ¡Me encanta Jesús, es adorable por donde lo miremos!
*** El apóstol lo sintetiza así: "Y a vosotros (tú, yo, aquél...todo aquel que acepta esta realidad como suya) estando muertos en pecados (y condenados irremisiblemente) y en la incircuncisión de vuestra carne (fuera de las bondades del pacto con Abraham), OS DIO VIDA JUNTAMENTE CON ÉL, perdonándoos todos los pecados (esta es la gloria de la redención, el quitar la muerte, y sacar a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio (2Ti.1:10); como también lo dice Gálatas 2:1-5 (léelo, amado lector).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 05/03/2016
"En él también fuisteis circuncidados con circuncisón no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados".
*** Así como la circuncisión de los prepucios naturales simbolizara el pacto en la carne de los comprometidos, estableciéndose claramente una descendencia para Dios, sin contaminación alguna y totalmente exenta de paganismo; así también los creyentes al bautizarse, "mueren, son sepultados y resucitan" para vivir de acuerdo con la nueva naturaleza que les fuera impartida. En el nuevo pacto, el afilado bisturí del experto rabino se hace innecesario, porque la descendencia viene ahora por la fe, y no por el nacimiento biológico. La circuncisión no hecha a mano, echa de nosotros el cuerpo carnal, es decir, la naturaleza adámica es llevada a la muerte consciente, para que nunca más nos apoyemos en ella, y vivamos en el orden nuevo, andando en el Espíritu. Esta ha de ser la legítima aspiración de cada neoconvertido al cristianismo, porque sin la renuncia a la vieja naturaleza, no se podria caminar en la nueva. No veamos el bautismo en agua como un simple ritualismo, sino como una confirmación de nuestro compromiso con el Señor en una forma visible y testimonial, porque eso es lo que es.
*** Al llamar a esta experiencia la "Circuncisión de Cristo", nos procura un entendimiento fundamental de esta verdad, describiéndola luego así: "Sepultados con él en el bautismo"; ésta no debe ser separada de las aseveraciones precedentes, ni de las que vienen después de ellas. Veamos:
(I) "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Col.2:9);
(II) "Y vosotros estáis completos en él" (Col.2:10);
(III) "En él fuisteis también circuncidados..." (Col.2:11);
(IV) "Sepultados con él en el bautismo" (Col.2:12a);
(V) "Fuisteis también resucitados con él" (Col.2:12b);
(VI) "Os dio vida juntamente con él" (Col.2:13).
*** Si estamos atentos a lo que Pablo nos comparte, nos percataremos de la obra de amor del Señor que debe mantenernos en su contexto. Dios Padre ha condensado en la individualidad de Jesús la plenitud de lo que quería mostrar y revelar (v.9); al ser incluidos en él por virtud de la obra redentiva no es necesario agregar nada más (v.10); fuimos confirmados en el plano pactual al ser circuncidados (v.11); al echar el cuerpo carnal de nosotros mediante esa circuncisión de orden espiritual y seminal, fuimos sepultados (desaparecimos del orbe que podía recordarle a Dios nuestros pecados (v.12a); pero no todo terminaba allí, pues fuimos resucitados con aquella vida genérica que no puede más morir, y esa es la esfera en la que habitamos como hijos de Dios (v.12b). Aquella vida, pues, que Jesús expresa en su accionar en nosotros, es el ámbito en el cual andan, fluyen, se mueven, y viven los hijos de Dios que conocen su posición en Cristo. Fantasías filosóficas, fábulas judaicas, alucinaciones variopintas, ¿para qué?
*** La vida de resurrección no es algo hipotético o imaginario que tenga que ser reinventada a diario, siendo la trascendencia del contacto con la Deidad lo que compone nuestra realidad (2R.6:15-17), y lo que mantiene en efecto la frase clásica de Elías: "Vive Yahweh Dios de Israel, en cuya presencia estoy..." (1R.17:1); y no era una fanfarronada, sino la pura verdad. Morar en la presencia del Señor no requiere mudar nuestro aspecto, o entrar en una dimensión fascinante que subyugue los sentidos y nos mantenga en un interminable trance; sino en que aceptes la guianza espiritual del Consolador, la vigencia de la vida del Señor Jesús, y te doblegues a su gobierno hasta coexistir con él en una ideal trascendencia, como la de Elías, Eliseo, Enoc, Moisés, Jesús..."Yo y el Padre uno somos" (Jn.10:30); "En aquel día vosotros conoceréis QUE YO ESTOY EN MI PADRE, Y VOSOTROS EN MÍ, Y YO EN VOSOTROS" (Jn.14:20) ¡Me encanta Jesús, es adorable por donde lo miremos!
*** El apóstol lo sintetiza así: "Y a vosotros (tú, yo, aquél...todo aquel que acepta esta realidad como suya) estando muertos en pecados (y condenados irremisiblemente) y en la incircuncisión de vuestra carne (fuera de las bondades del pacto con Abraham), OS DIO VIDA JUNTAMENTE CON ÉL, perdonándoos todos los pecados (esta es la gloria de la redención, el quitar la muerte, y sacar a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio (2Ti.1:10); como también lo dice Gálatas 2:1-5 (léelo, amado lector).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 05/03/2016
LA ELEVACIÓN ESPIRITUAL QUE PABLO ALCANZA EN ESTAS MISIVAS PARA CON LAS IGLESIAS QUE FUNDARA, BUSCA ESTABILIZAR LA FE DE LAS MISMAS, PONIÉNDOLAS EN SU EXACTA DIMENSIÓN, PROPORCIÓN Y SENTIDO PRÁCTICO. DESECHEMOS TODAS LAS ADICIONES A LA SANA DOCTRINA, Y ASEGUREMOS NUESTROS CORAZONES CON LA SABIA ENSEÑANZA QUE PABLO NOS PRESENTA EN ESTA EPÍSTOLA BENDITA.
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