LIMA - PERÚ LUNES 21 DE MARZO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE HEBREOS
Hebreos 2:5-8.
"Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre la obra de tus manos; todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no fuera sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas".
*** Al traer a consideración cada cosa mencionada en los primeros cuatro versículos del capítulo segundo, entendemos que el autor se refiere al pueblo de Dios y su plano relacional con la iglesia por él conformada, algo que será calificado como parte del mundo venidero en el v.5. Este mundo venidero, no sujeto a los ángeles (He.2:5, 16), le fue entregado a la humanidad como género, teniendo en Jesús su más cercano referente, ya que de él fueron tomadas la imagen y la semejanza que tuvieran la condición regia como su sello y sino. Si nosotros somos conscientes del amor derramado por el Padre en la cruz del Calvario, y lo que él tuviera proyectado al inicio de las edades, no nos sentiríamos confundidos acerca de nuestra valoración y propósito, pues los príncipes llegan a ser reyes en un tiempo determinado.
*** El autor, en consideración a quienes no tienen aún este concepto de sí mismos en el Señor, nos hace viajar con él en el tiempo, trasladándonos al Salmo 8, donde un siervo de Dios abismado inquiere el cómo esto fue posibilitado, para ilustrarnos sobre nuestra naturaleza y herencia. Veamos:
(1) "¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?".- Sólo alguien que se mira a sí mismo como rebajado o envilecido por causa del pecado, puede hacerse semejante pregunta. Al aplicarse todos los deméritos, exceptúa el propósito divino, y no toma en cuenta el valor de la redención, la cual nos reubica en nuestra condición principesca, y nos conduce al reino por la gracia.
(2) "O el hijo del hombre para que lo visites".- Aquí la referencia es a la descendencia dentro de la naturaleza adámica caída, mirándose como indigna e irremisible, sintiéndose desechada.
(3) "Le hiciste un poco menor que los ángeles".- Esta no es una correcta traducción, pues donde se ubica la palabra ángeles, el original dice Elohim, que es el nombre de Dios. El hombre nunca fue conceptuado al nivel de los ángeles (espíritus ministradores dentro de un plano jerárquico); sino al nivel de los herederos regios (recuerde la congregación de primogénitos, y la referencia paulina de Romanos 8:15-17a: "...Habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que SOMOS HIJOS DE DIOS. Y SI HIJOS, TAMBIÉN HEREDEROS DE DIOS Y COHEREDEROS CON CRISTO...PARA QUE JUNTAMENTE CON ÉL SEAMOS GLORIFICADOS"). Así que, no se me achicopale, no se me minimice...y ubíquese en el Señor.
(4) "Le coronaste de gloria y de honra".- Aquí se nos testifica nuestra dignidad, allá en el huerto del Edén, y después de nuestra redención, como un derecho inalienable; y el resplandor glorioso corresponde al honor que nos merecíamos y merecemos; antes de la caída y después del recobro ¡Aleluya!
(5) "Y le pusiste sobre las obras de tus manos".- La autoridad conferida al ser humano estaba provista de una gloria que hacía que todo lo que estaba por debajo de él se le subyugara, pues ese era el rol para el que la Deidad lo había elegido. El hombre tendría que aprender que su grado autoritativo le daba un señorío y control sobre otros seres creados, excepto a otros hombres, a los que debiera respetar como a sí mismo, aprendiendo de la Deidad y su trinidad, la que los hacía coesenciales, coiguales y coeternos, respetando el sentido de su participación creacional, y su redentivo obrar.
(6) "Todo lo sujetaste bajo sus pies".- La figura aquí habla del amplio dominio que el Padre pusiera en el hombre para interpretar su autoridad (la de Dios) en una forma representativa adecuada. La adecuada proporción de la autoridad no nos habla de caprichos o de arrebatos; sino que nos llama a interpretarlo a él obrando con rectitud, haciendo lo pertinente, manteniendo el balance de todas las cosas según él lo revelara; entonces, todo estaría en óptimas condiciones.
*** La pregunta que cabe hacerse (v.8) ¿por qué no vemos que todas las cosas le sean sujetas aún? Y ello tiene que ver con el ritmo y cadencia de las edades, operando conforme a su sazón lo que la cronología humana debe experimentar para que la cobertura ideal haga su parte, y mantenga estable el orden divinal célico-pedestre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/03/2016
"Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre la obra de tus manos; todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no fuera sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas".
*** Al traer a consideración cada cosa mencionada en los primeros cuatro versículos del capítulo segundo, entendemos que el autor se refiere al pueblo de Dios y su plano relacional con la iglesia por él conformada, algo que será calificado como parte del mundo venidero en el v.5. Este mundo venidero, no sujeto a los ángeles (He.2:5, 16), le fue entregado a la humanidad como género, teniendo en Jesús su más cercano referente, ya que de él fueron tomadas la imagen y la semejanza que tuvieran la condición regia como su sello y sino. Si nosotros somos conscientes del amor derramado por el Padre en la cruz del Calvario, y lo que él tuviera proyectado al inicio de las edades, no nos sentiríamos confundidos acerca de nuestra valoración y propósito, pues los príncipes llegan a ser reyes en un tiempo determinado.
*** El autor, en consideración a quienes no tienen aún este concepto de sí mismos en el Señor, nos hace viajar con él en el tiempo, trasladándonos al Salmo 8, donde un siervo de Dios abismado inquiere el cómo esto fue posibilitado, para ilustrarnos sobre nuestra naturaleza y herencia. Veamos:
(1) "¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?".- Sólo alguien que se mira a sí mismo como rebajado o envilecido por causa del pecado, puede hacerse semejante pregunta. Al aplicarse todos los deméritos, exceptúa el propósito divino, y no toma en cuenta el valor de la redención, la cual nos reubica en nuestra condición principesca, y nos conduce al reino por la gracia.
(2) "O el hijo del hombre para que lo visites".- Aquí la referencia es a la descendencia dentro de la naturaleza adámica caída, mirándose como indigna e irremisible, sintiéndose desechada.
(3) "Le hiciste un poco menor que los ángeles".- Esta no es una correcta traducción, pues donde se ubica la palabra ángeles, el original dice Elohim, que es el nombre de Dios. El hombre nunca fue conceptuado al nivel de los ángeles (espíritus ministradores dentro de un plano jerárquico); sino al nivel de los herederos regios (recuerde la congregación de primogénitos, y la referencia paulina de Romanos 8:15-17a: "...Habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que SOMOS HIJOS DE DIOS. Y SI HIJOS, TAMBIÉN HEREDEROS DE DIOS Y COHEREDEROS CON CRISTO...PARA QUE JUNTAMENTE CON ÉL SEAMOS GLORIFICADOS"). Así que, no se me achicopale, no se me minimice...y ubíquese en el Señor.
(4) "Le coronaste de gloria y de honra".- Aquí se nos testifica nuestra dignidad, allá en el huerto del Edén, y después de nuestra redención, como un derecho inalienable; y el resplandor glorioso corresponde al honor que nos merecíamos y merecemos; antes de la caída y después del recobro ¡Aleluya!
(5) "Y le pusiste sobre las obras de tus manos".- La autoridad conferida al ser humano estaba provista de una gloria que hacía que todo lo que estaba por debajo de él se le subyugara, pues ese era el rol para el que la Deidad lo había elegido. El hombre tendría que aprender que su grado autoritativo le daba un señorío y control sobre otros seres creados, excepto a otros hombres, a los que debiera respetar como a sí mismo, aprendiendo de la Deidad y su trinidad, la que los hacía coesenciales, coiguales y coeternos, respetando el sentido de su participación creacional, y su redentivo obrar.
(6) "Todo lo sujetaste bajo sus pies".- La figura aquí habla del amplio dominio que el Padre pusiera en el hombre para interpretar su autoridad (la de Dios) en una forma representativa adecuada. La adecuada proporción de la autoridad no nos habla de caprichos o de arrebatos; sino que nos llama a interpretarlo a él obrando con rectitud, haciendo lo pertinente, manteniendo el balance de todas las cosas según él lo revelara; entonces, todo estaría en óptimas condiciones.
*** La pregunta que cabe hacerse (v.8) ¿por qué no vemos que todas las cosas le sean sujetas aún? Y ello tiene que ver con el ritmo y cadencia de las edades, operando conforme a su sazón lo que la cronología humana debe experimentar para que la cobertura ideal haga su parte, y mantenga estable el orden divinal célico-pedestre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/03/2016
EL AUTOR DEL LIBRO A LOS HEBREOS HACE GALA DE UN CONOCIMIENTO MUY PECULIAR SOBRE TODO LO QUE ATAÑE A JESÚS EN TODAS LAS ÁREAS, Y AQUÍ ÉL NOS EXPLICA EL PLAN DIVINAL EN SUS ETAPAS REDENTIVAS, MOSTRANDO CÓMO ES QUE DIOS OPERA LAS CONDICIONES DEL CASO PARA QUE SU PROPÓSITO SE CUMPLA.
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