EN UNA FORMA LENTA, PROGRESIVA Y SOLEMNE, EL AUTOR DE HEBREOS NOS MENCIONA LAS GLORIAS CELESTIALES QUE ADORNARAN AL SEÑOR JESÚS, Y CON LAS QUE DEBEMOS RECORDARLE, VENERÁNDOLO SIEMPRE POR SU AUGUSTA GRANDEZA Y SU BONDAD PARA CON NOSOTROS. AQUÉL, PUES, QUE ES INFINITAMENTE ADORABLE, HUBO DE SER RECONOCIDO POR TODO LO QUE EL PADRE PUSO EN ÉL, HACIÉNDOLO EL REPRESENTANTE DE SU PARTICULAR INTEGRIDAD.

LIMA - PERÚ  JUEVES 17 DE MARZO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HEBREOS

Hebreos 1:5b-6.

"Y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mi hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios".

*** Cada una de las fases mencionadas desde el verso 5, necesita ser entendida y analizada por nosotros, para que comprendamos a cabalidad el progresivo operar divino, y entendamos cómo la suma de las glorias que componen la radiancia que rodea al Señor fue dispuesta por el Padre de una manera singularísima y única, mostrándonos QUIÉN ES JESÚS. El Salmo 2:6-8 emplea estos términos: "Pero yo he puesto mi REY sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Yahweh me ha dicho: Mi Hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra". Ello implica una célica decisión que involucra a la esfera pedestre, afectando ambos campamentos en cuanto al ámbito regio: "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra" (Mt.28:18).

*** Al hacerle las promesas firmes a David. y referirle: "...Yo levantaré después de ti uno de tu linaje, el cual procederá de tus extrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, Y YO AFIRMARÉ PARA SIEMPRE EL TRONO DE SU REINO. YO LE SERÉ A ÉL PADRE, Y ÉL ME SERÁ A MÍ HIJO" (2S.7:12b-14a). Una vez más la fórmula para la entronización del Hijo es repetida vía la ley de la doble referencia: Salomón, era el tipo; Jesús, el antitipo. Lo primero, fue el hecho celestial profético, implicando desde lo alto las dos esferas, según hemos visto; lo segundo, lo inherente a la promesa del reino davídico, fijando la figura regia en el contexto de las edades como un valor eternal.

*** El autor se refiere a Jesús como el Primogénito, y no apunta a la corte angelical, sino a los que serán hechos como él para formar la congregación de primogénitos que el autor mencionará más adelante (He.12:23). Nótese cómo el Señor nos revela lo profético dentro de su obrar, para darnos luego un cabal entendimiento al ritmo de las edades y de nuestra singular participación con él en sus designios para el cubrimiento de su propósito en cuanto al reino. Los recuerdos que invaden nuestras mentes nos llevan a aquel día 15 de Tishri, y al coro angelical que anuncia a los pastores que hacían las vigilias de la noche sobre sus rebaños que: "OS HA NACIDO HOY, EN LA CIUDAD DE DAVID, UN SALVADOR, QUE ES CRISTO EL SEÑOR ... y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (Lc.2:11, 13).

*** Este 15 de Tishri, es un día que el enemigo mantiene vivo en su memoria, pues Dios dio la orden de que todos los ángeles adoraran al Señor, y Lucero se arrodilló y bendijo a su Señor, entendiendo que el Padre tenía una intención, y que la misma: nuestra redención, sería ejecutada, para establecer el panorama de la gracia como algo previo a la constitución del reino; y si nos preguntamos qué fue lo que pasó, diremos que: "Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y el dio un nombre que es sobre todo nombre (He.2:4), para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos (incluimos aquí a Lucero), y en la tierra, y debajo de la tierra; y que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre" (Fil.2:9-11).

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   17/03/2016