miércoles, 2 de marzo de 2016

TRAS CONDENSAR EL PANORAMA DOCTRINAL QUE COMPONE EL CONOCIMIENTO IDEAL Y LA REALIZACIÓN DEL DIVINO OBRAR EN NOSOTROS COMO HIJOS AMADOS DE DIOS, PABLO NOS DOCUMENTA SOBRE SU LLAMADO, SU VOCACIÓN Y SU INCONDICIONAL SERVICIO AL PADRE EN LAS VIRTUDES DEL PODER INHERENTE QUE SIGUE ACTUANDO EN ÉL Y SOBRE ÉL HASTA EL CUBRIMIENTO DEL PROPÓSITO.

LIMA - PERÚ  MIÉRCOLES 02 DE MARZO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS COLOSENSES 

Colosenses 1:24-29.

"Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual yo fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí".

*** El peso de la profesión apostólica se hace evidente en el trámite del accionar como tales, entendiendo que dicha identificación implicará muchas aflicciones, dolor y decepciones al obrar en el campo de las actividades eclesiales, y en el intento honesto de guiar al pueblo de Dios hacia su habitación gloriosa. La redención ya se operó en forma completa en la cruz del Calvario, y la referencia paulina acerca de su aflicción "por el cuerpo, que es la iglesia", no guarda relación con el panorama redentivo que fuera logrado a plenitud por el Señor Jesús, sino por el llamado a la labor ministerial quíntuple que expone a los ministros a una serie de vicisitudes por su alto grado de involucramiento al estar a la cabeza de los que van peregrinando a la tierra de promisión.


*** Las heridas y las llagas en la cruz (hechas mayormente en la espalda del Señor), simbolizaban un anticipo del significado de llevar las cargas por causa del mensaje que se porta, revelando que el ministerio en pro de quienes se asimilan al cuerpo de Cristo implicaría todo ello en sus múltiples manifestaciones. Todo servidor de las iglesias pasa de la ilusión por el liderazgo, a la carga por el servicio, entendiendo que su responsabilidad es más amplia que el llevar un nombre o distinguirse entre sus compañeros; y quien consideró que el servicio a los santos era un viaje en primera clase en un navío de lujo, observa el traje de grumete que se le asigna, porque las ligas mayores no son para neófitos.


*** La administración de cada una de las cosas precitadas, resuelve el misterio escondido desde los siglos en Dios, que es Cristo en nosotros la esperanza de gloria. La mente más privilegiada, la más roma, la más legalista, la más turbada, se siguen preguntando: ¿Qué pretende el Señor con todo este contingente de personas venidas de tantas partes, tan diferentes unas de otras, tan variopintas en el pensar, hablar y obrar? ¿Qué pretendes, Señor?: Unirlos en el vínculo fraterno que hará de todos una familia por compartir la presencia gravitante de Jesús dentro de ustedes: Amonestar, enseñar y presentar a todo hombre ante el Señor como una obra acabada, es la magna tarea que el apostólico fluir tenía como consigna, contando con este hecho peculiar: El Señorío de Jesús operando en cada uno hacia una perspectiva convergente.


*** "Para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí". La tesonera labor apostólica seguía orientando a Pablo hasta poder entregar en las puertas francas de Sión a cada creyente debidamente transformado y conformado, vía la santificación por el Espíritu, para que adquiera su herencia en la medida justa de fe que el Padre requiriera, en el nivel de hijos maduros.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  02/03/2016

1 comentario:

  1. ANUNCIAR A TODO HOMBRE, AMONESTAR A TODO HOMBRE, ENSEÑAR A TODO HOMBRE, PRESENTAR A TODO HOMBRE PERFECTO EN CRISTO JESÚS, ES LA CONSIGNA APOSTÓLICA, CONTANDO CON LA PRESENCIA Y EL SEÑORÍO DE JESÚS PARA QUE DICHA OBRA SE COMPLETE SEGÚN EL PLAN DEL PADRE. DISPÓN TU CORAZÓN PARA QUE ESTO SEA ASÍ.

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