LAS REALIDADES NEOCREACIONALES SON LAS QUE VAN DESDIBUJANDO LAS FORMAS SIMBÓLICAS, Y VAN COBRANDO FORMAS REALES Y DEFINITIVAS EN NUESTRA EXPERIENCIA REDENTIVA, GLORIFICANDO A DIOS, Y AVERGONZANDO PÚBLICAMENTE AL ENEMIGO. EL CUERPO DE CRISTO ES LA SUPREMA REALIDAD, CREZCAMOS DENTRO DE ESE CONTEXTO.

LIMA - PERÚ   DOMINGO 06 DE MARZO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS COLOSENSES

Colosenses 2:14-19.

"Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios".

*** Al haber transgredido los cánones de la ley divina surgió una acusación y condenación que debía ser resuelta, y todas las evidencias fueron acumuladas, figurando como un documento de deuda que nos acusaba, evidenciaba y sentenciaba, ¡y que no podía negarse o soslayarse! Debía ser confrontada con la justicia pertinente, y pagada totalmente, ¡y así fue! El Señor, pues, tomó el expediente completo, y lo clavó en la cruz del Calvario juntamente con el hombre de pecado, y el acusador vio satisfecha su demanda, haciendo Dios justicia sustitutiva, eliminando nuestra naturaleza pecaminosa en la cruz, e impartiéndonos vida nueva, siendo desconectados del ámbito judicial por haber dejado de existir, y moviéndose en vida nueva de resurrección.

*** Aquellos fiscalizadores al ver el sacrificio sustitutivo (que no quieren nunca reconocer), ya no tenían facultad para acusarnos; y habiendo perdido su dominio sobre nosotros por una conciencia culpable que ahora pasea muy campante en su círculo célico-pedestre, no se limitó a regocijarse con su libertad absoluta; sino que exhibió en un paseo triunfal a todos sus enemigos en carros alegóricos con forma de cruces, con sus expedientes tintos en sangre que no osan tocar para no sentir el infierno con anticipación, haciendo notoria la victoria triunfal en todas las esferas, anulando el poder hegemónico del dominio satánico que otrora fuera su fuerza. Al pasar las tres horas de oscuridad en el monte Calvario, la luz se exhibió a sus anchas, proclamando su victoria sobre la acusación, la muerte y la condenación; y en un plazo de tres días, nos ubicó en el contexto de la redención, donde vivimos hasta hoy.

*** Los prejuicios de las formas rituales, nada podían contra la realidad manifiesta, la misma que ya no precisara más de simbolismos y caracterizaciones o disfraces alegóricos. Todo lo que fue, antes de Cristo, era alegórico y prometedor; mas cuando él llegó, lo típico dejó su espacio a lo antitípico, y la sombra proyectada desapareció, porque la realidad trascendente ahora ocupaba su lugar, porque al mediodía desaparecen las sombras, pero "el cuerpo es de Cristo" (Col.3:17).

*** Cuando nos animamos a participar en un plano anímico y ritual, lleno de renuncias o plagado de sacrificios que Dios ya no nos pide, cubrimos con un paño gris nuestra victoria en Cristo Jesús, no entendiendo nuestra posición como hijos amados, maduros y bien ubicados en la gloria, y nos degradamos ofreciendo veneración y culto a los ángeles, y aquí me refiero a los caídos, y no a nuestros consiervos espirituales en las cosas del reino, quienes siempre rechazarán cualquier forma de veneración de nuestra parte. Para Satán y sus compinches, eso es algo que no pueden ocultar; para los ángeles buenos que sirven a Dios, eso está lejos de su querer, tal como se lo refiriera Gabriel a Juan, y como Juan el Bautista lo hiciera al menguar en su gloria como heraldo, o como Pedro, rechazando la veneración de Cornelio.

*** Quienquiera que busque reconocimiento, aplausos, alabanzas, o gloria personal, ¡NO TRABAJA PARA DIOS COMO SIERVO SUYO! Está vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no está asido de la Cabeza, quien nos ubica en el cuerpo de Cristo como una realidad corporativa que otorga la gloria y la honra al verdadero Dios. El Señor Jesús es quien nos comunica la vida y el crecimiento mediante lo que nos otorga la unidad con él, vía las coyunturas y ligamentos, lo siervos de Dios que laboran con ese propósito.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  06/03/2016