jueves, 9 de junio de 2016

LA VIDA ESPIRITUAL, Y LAS RIQUEZAS QUE LE SON CARACTERÍSTICAS, DEBEN SER CONOCIDAS Y UTILIZADAS POR LOS SIERVOS DEL SEÑOR, ENTENDIENDO QUE NUESTRA VIDA ESPIRITUAL NO ES IMAGINARIA, SINO REAL. SI NOS MOLESTAMOS EN DARLE SU LUGAR AL ESPÍRITU, LA VIDA CRISTIANA RESULTARÁ A SU SAZÓN, SIENDO GENTE ENTERAMENTE PREPARADA PARA TODA BUENA OBRA. SOMOS LLAMADOS A REALIZARNOS TRIPARTITAMENTE (1TS.5:23).

LIMA - PERÚ   JUEVES 09 DE JUNIO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO SOBRE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO

Primera de Pedro 4:1-6.

"Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipaciones y abominables idolatrías. A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios".

*** (1P.4:1a) Después de mostrarnos la obra del Cristo sepultado durante tres días y tres noches, yendo a cada parte de la esfera del hades y de la muerte, mostrando su poder sobre ellos, el Señor nos concedió una CONCIENCIA REGIA, estando ubicados con él a la diestra del Padre, y viendo la efectividad de la autoridad divinal asignada sobre ángeles, autoridades y potestades, algo que debe gobernar nuestros corazones para movernos con certidumbre en ello. Ahora, el apóstol ingresa en el área de nuestras funciones como hijos, para que entendamos cuál es el espíritu en el que debemos andar, mentalizándonos en las espiritualidades correspondientes, vale decir, en el diario andar presididos por él.

*** (1P.4:1b) Los padecimientos del Señor, habiendo sufrido por nosotros en la carne, deben empoderarnos, para no cedernos como antes al dominio de la misma, manteniendo un espíritu renovado en nuestra mente (Ef.4:21-24, 23e). Cuando nuestra mente es adornada de una actitud gravitacional, surge lo que Pablo llama EL ESPÍRITU DE VUESTRA MENTE, dando a entender la fortaleza espiritual del pensamiento que nos guía, de triunfadores, no de perdedores. Dado que el padecimiento, la crucifixión, la muerte y resurrección se han efectuado en Cristo, de forma sustitutiva; no tiene caso que todas estas cosas tengan un señorío aún sobre nosotros. Así Dios nos llama al plano de la realización en Cristo, y cuando penetramos en nuestra armadura, estamos libres de cualquier falla o error. No se trata, pues, de una continua lucha con el pecado; sino de someternos a la realidad de nuestra victoria en Cristo Jesús, creyéndole a Dios, y avanzando en línea recta para que nuestro galardón se materialice delante de nosotros, y el diablo huirá de nosotros (Stg.4:7).

*** (1P.4:2)"Para no vivir el tiempo que resta en la carne".- La vida de la carne es la inacción del espíritu, no haciendo uso de nuestras dotaciones y capacidades de orden trascendente, obrando en el orden natural de las cosas, viviendo bajo los límites del alma y del cuerpo; sucumbiendo vez tras vez a los apetitos, instintos e impulsos de la carne, y de los deseos, pensamientos e intentos del alma no gobernada por Dios; ese desorden conocido como la concupiscencia se llega a apoderar de la voluntad humana, que sigue los impulsos carnales que la inducen a lo malo. La voluntad de Dios tiene sus reglas distintivas, y nos llama a operar desde nuestro espíritu, bajo las órdenes del Espíritu Santo, haciendo las cosas conforme a su deseo, agradando a la Deidad en todo (Gá.5:16-18).


*** (1P.4:3) "Baste ya el tiempo pasado..." El apóstol le pone coto aquí al andar natural típico de quienes no conocen a Dios, dejándose guiar por los deseos carnales que batallan contra el alma. Hay que dejar de andar conforme al morbo de los corazones desaprensivos, siguiendo el desorden habitual de un corazón no regenerado, excediéndose en todo hasta la intoxicación, cediéndose a las prácticas abominables greco-romanas andando en orgías y bacanales, del disoluto andar que lleva luego a las abominables idolatrías (Nada mejor para el inicuo que un dios modelado a su imagen y semejanza, degradado por el pecado).


*** (1P.4:4) Tus ex-compañeros de maldades se asombran de que ya no gustes de lo que antaño era tu alegría, de los vicios compartidos, y de las degeneraciones habituales que terminaban en resacas y problemas con las autoridades locales. Juzgándote como un traidor a su amistad y camaradería, te humillan y te denigran privada y públicamente, acusándote de mil cosas distintas, y ninguna cierta; sintiéndose mal por tu abstención de los disfrutes sensoriales de antes, y culpándote por no ser parte del equipo o pandilla que les otorgara su identidad grupal y su aceptación, sin lo cual se sienten privados de una esencia particular.


*** (1P.4:5) La naturaleza carnal posee como su base la transitoriedad, disfrutando lo pasajero como si fuera lo único o lo último, como si el placer del momento marcara su todo esencial. Ni la vida ni la muerte poseen trascendencia en seres intrascendentes, opacos, ciegos, libertinos, degenerados, infames, abyectos y miserables. Son gente sin nombre, sin alma y sin sentido; existiendo sin vivir; vagando sin rumbo fijo, dejando que la corriente los lleve en cualquier dirección; no entendiendo que todos hemos de dar cuenta al que juzgará a los vivos y a los muertos. La irresponsabilidad es consecuencia de la inconsciencia.


*** (1P.4:6) Hemos de entender esta porción del mensaje pedrino apoyándonos en el mensaje dado por Pablo a los efesios: "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais MUERTOS EN VUESTROS DELITOS Y PECADOS (Ef.2:1-3), porque como dijo Jesús: "Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven" (Lc.20:37-39). El juicio de la carne se basa en los hechos de los hombres; mas el Señor no se queda con las impresiones probables, sino que ausculta hasta lo más profundo del corazón, impartiendo vida al que tiene corazón perfecto para con él (1Cr.28:9). La vida espiritual trasciende la muerte natural, haciendo que nuestra vida se mantenga del impulso divinal en todo tiempo, llevando nuestro tripartito ser a un servicio útil a la Deidad.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  09/06/2016

1 comentario:

  1. EN LA MEDIDA EN QUE VAYAMOS OBTENIENDO UN MAYOR CONOCIMIENTO DE QUIÉNES SOMOS, QUÉ TENEMOS, Y QUÉ PODEMOS; NUESTRA INTEGRACION ESPIRITUAL HABRÁ DE FORJAR UNA NATURALEZA TRIPARTITA QUE SE RINDA A DIOS EN TODO TIEMPO, Y QUE OPERE PARA SU GLORIA Y HONOR, AGRADÁNDLE EN TODO.

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