jueves, 2 de junio de 2016

TODOS LOS CONSIDERANDOS DIVINOS QUE PEDRO NOS APLICA, SE AJUSTAN A LAS REALIDADES ESPIRITUALES QUE CORRESPONDEN A LOS HEREDEROS DE LA GLORIA, LOS MISMOS QUE, AL HABER ALCANZADO REDENCIÓN, SON LLAMADOS A VIVIR DE ACUERDO CON SU GLORIOSA INVESTIDURA. EL ESTILO DE VIDA DE LOS SANTOS DEBE RIMAR CON SU EXALTADA POSICIÓN, REFRENDANDO SU FLUIR POR UN TOTAL APEGO AL ORDEN DIVINAL INSTITUIDO.

LIMA - PERÚ  JUEVES 02 DE JUNIO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO

Primera de Pedro 2:9-14.

"Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviado para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien".

*** (1P.2:9) Los símiles elegidos por el Espíritu Santo, y transmitidos al apóstol al escribirnos, componen las prioridades en las que somos llamados a movernos para la gloria y honra de la Deidad: Al denominarnos LINAJE ESCOGIDO nos identifica en cuanto a nuestra filiación con el Padre, y en lo concerniente a nuestra herencia por nuestra condición de elegidos. Al referirse a nosotros como REAL SACERDOCIO, postula el panorama regio, y nuestra posición de mediadores a favor de toda la humanidad, en lo que se llama un "reino de sacerdotes" (Ap.5:9-10). La NACIÓN SANTA, alude al hecho de haber sido extraídos del mundo para ser única y exclusivamente de él, otorgándonos una identidad que nos singulariza y que es programada según su beneplácito para ser de su agrado. Siendo un PUEBLO ADQUIRIDO POR DIOS, es preciso el concientizarnos de nuestra redención, y del alto costo de la misma dados nuestros deméritos, y la necesidad de ser recogidos por su misericordia para ubicarnos en el contexto de su idealidad; ¿por qué? Porque hemos de constituirnos en sus heraldos, y en una fiel demostración de sus virtudes operativas con un cumplimiento real en aquellos que obedecen al evangelio, saliendo de la lobreguez mortal que nos hundiera en el ostracismo espiritual, y componiendo parte del resplandor glorioso que hace admirable su esfera.

*** (1P.2:10) Aquí, Pedro reflexiona sobre este panorama paradójico, en el que gente ignota sale del anonimato por el gran poder que exhibe la Deidad (Dt.4:20;7:6;14:2), aplicando algo análogo al escribir Pablo a Tito (2:14). Al referirse a ellos como el pueblo de Dios, apunta a su herencia; al manifestar el alcance de la misericordia divinal, implica aquello que Dios recupera para su gloria, considerando su valor más allá de la momentánea y circunstancial defección. La misericordia alcanzada nos habla de plena restitución a la comunión con el Padre (Os.2:23).

*** (1P.2:11-12) Aquí, Pedro intima con los santos a los que escribiera, haciéndoles una rogativa como a gente que está de paso, marcando su condición y sentido en calidad de peregrinos (He.11:8-10), dando a entender que no se deben fijar en las cosas materiales como cosas a las cuales aferrarse, ni a los afanes y ansiedades que nuestro contacto con el mundo forja, y que de continuo batallan contra nuestras almas como deseos o ansiedades que exigen atención y apego. El estilo de vida de los creyentes debe singularizarlos, haciendo notoria su condición y posición de gente renacida y gobernada por los principios divinos. Con la impiedad no cabe la neutralidad, sino la manifestación de una identidad que glorifica a Dios y los ofende, haciéndolos reaccionar, haciéndoles tomar una de tres actitudes: O nos rechazan por completo, o nos critican por nuestra forma de ser, o se sienten intrigados por la forma como somos bendecidos por el Señor al que servimos, ansiando participar de la misma. al contemplarnos como malhechores, y murmurar de nosotros como tales; se sentirán consternados al ver cómo nos visita Dios al operar de consuno con él, no entendiendo cómo es que se puede vivir en la tierra de Gosén en medio de todas las crisis que ellos pasan.

*** (1P.2:13-14) El principio de autoridad es algo divino en su fundamento, y es por ello que se insta a todos a la obediencia a la misma (Ro.13:1-6; Jn.19:10-11), comprendiendo ello a los reyes y los gobernantes, los cuales fueron puestos en esa posición para hacer lo que es justo e interpretar el orden divinal que todo lo mantiene obedeciendo a su voluntad. Si la autoridad está siendo utilizada injustamente, debemos clamar al Señor al respecto (Ec.5:8), y la Corte Suprema actuará a su sazón. El malhechor debe ser castigado, y los que hacen el bien, alabados.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   02/06/2016

1 comentario:

  1. LAS CARACTERÍSTICAS QUE SINGULARIZAN AL PUEBLO DE DIOS SON AQUÍ REVELADAS UNA A UNA CON EL FIN DE QUE LAS OBEDEZCAMOS, Y AL HACERLO, OBTENGAMOS PAZ Y UN BUEN TESTIMONIO, DE MODO QUE PODAMOS MOSTRAR LA NATURALEZA SANTA Y JUSTA DE NUESTRO DIOS EN PRINCIPIOS Y PRÁCTICAS.

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