LIMA - PERÚ DOMINGO 17 DE JUNIO DEL 2018 MENSAJE # 2554
MEDITACIONES VARIAS
Salmo 42:2.
"Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré
y me presentaré delante de Dios?".
La angustia debilitante, y la horrible desesperación de David eran por su
sanidad
por retornar otra vez al trono y a su vocación musical ejerciendo toda
autoridad.
Para un creyente hebreo no había realidad fuera del templo, menos
reconciliación,
y no hay mejor sanidad que el ser retornado a la comunión y la bendita
adoración.
La aflicción del verdadero adorador se traducirá en sed del alma, en la
ansiedad
crónica por establecer contacto con el Salvador, y percibir nuevamente su
piedad.
Las referescantes corrientes divinas han de calmar la sed espiritual del
redimido
que como un ciervo clama por la frescura del río que tornará la vida a su
ungido.
Las duras aflicciones de su enfermedad, y su amplia estadía en su lecho de
dolor,
le puso otra tonalidad a sus salmos, haciendo clara distinción entre odio y
amor.
El dolor se hizo río en sus ojos y llaga en su corazón, ansiando su
restauración
ya no como algo personal y particular, pero para mostrar que sí hay Dios en
Sión.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 17/06/2018 MENSAJE # 2554
ASI COMO EL HAMBRE Y LA SED SE MANIFIESTAN EN NUESTRO FUERO INTERNO, ASÍ NUESTRA NECESIDAD DE DIOS AFLOR ANE NUESTROS CORAZONES, Y AQUELLA ARIDEZ QUE APARECE, NOS HACE DESEAR LA PRESENCIA DIVINA EN UNA FORMA MUY ABIERTA Y URGENTE, ¡SACIA ESA SED Y ESE HAMBRE!
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