LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 20 DE JUNIO DEL 2018 MENSAJE # 2559
FILEMÓN 8-14.
"... Y aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, más bien te ruego por amor. Yo, Pablo, que ya soy anciano, y además prisionero de Jesucristo, te ruego por mi hijo Onésimo, que es el fruto de mis prisiones. En otro tiempo, él te resultaba inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí. Ahora vuelvo a enviártelo, y te pido recibirlo como si me recibieras a mí mismo. Yo quisiera retenerlo conmigo,para que me sirviera en mis prisiones por el evanngelio, en lugar tuyo; pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que tu favor no te resulte una imposición, sino que sea un acto voluntario".
=== Esta breve misiva al hermano Filemón, quien junto con su familia había dedicado su casa para ser el lugar donde se hospedaran todos los ministros itinerantes, y se oficiaran los cultos para los locatarios, recibe del apóstol un atento y considerado saludo; y apelando a su fe y su vocación de servicio a toda la iglesia de Dios, en un sentido corporativo, le extiende una solicitud a través de Onésimo, un esclavo de Filemón que en un acto de deslealtad hubiera cometido un delito y se hubiera dado a la fuga, y que habiendo sido prendido hubiera llegado a caer en la misma prisión donde Pablo estaba recluido por el delito de 'predicar el reino de Dios mediante el evangelio'. La providencia divina llevó a este esclavo prófugo ante Pablo, quien lo instruyera en la fe, recibiendo este varón al Señor Jesús como su Salvador y su Señor, llegando a ser un continuo servidor del apóstol. En esa intimidad, el prófugo le confesó a Pablo su delito y su temor de ser remitido a Filemón, temiendo lo peor. Pablo asumió esta situación, y en una conmovedora misiva personal al esposo de la hermana Apia, y progenitor de Arquipo, lo envía de nuevo ante su antiguo amo portando una carta suya, de modo que Filemón procediera con el retornado esclavo en la forma solicitada por Pablo; esto es; perdonando su agravio, y comprometiéndose personalmente y por entero al pago de la deuda que le significara el delito que se hubiera cometido en perjuicio del destinatario.
=== El corazón de Filemón fue remecido en extremo, y todo lo que hubiera podido albergar en él contra este esclavo prófugo, comenzaba a disolverse como nieve al sol mientras leía la carta, y meditaba en todo lo que el discípulo de Gamaliel le comunicara a través de ella. El escritor de la misiva tenía la suficiente autoridad como para pedirle a Filemón que se reprimiera de hacerle un daño a su ofensor (que era lo que convenía a todas luces para mantener su testimonio incólume); pero Pablo apela a una rogativa por aquel que ahora era su hermano en Cristo, y que hubiera estado sirviendo al apóstol allá en la prisión, y a quien Dios ya hubiera perdonado, aprendiendo a sr útil en lo espiritual y lo material durante el corto discipulado al lado de Pablo. El apóstol le atribuye la gloria a Dios por la salvación de Onésimo, y por su dedicación postrera como su más cercano coadjutor. Ahora este ombre podía ser de inesimable ayuda, tanto para el destinatario de la carta, como para el remitente. Y Pablo asume las culpas y faltas de Onésimo como si fueran propias, comprometiéndose a pagar a cabalidad todo el daño hecho a Filemón, y eso 'puso en jaque' a Filemón quien tendría que responder, no como amo de su esclavo; sino como un hermano en Cristo que hace volver a un pecador del error de su camino, cubriendo multitud de pecados, y exaltando su fraternidad hasta el extremo, por amor a su padre espiritual.
=== La forma de ser y de obrar de Pablo siempre debe llamarnos la atención: Él sabía quién era, y el alto grado de su autoridad espiritual (difícilmente comparable) que tenía, y era de una recia personalidad (a pesar de su estatura), y muchas veces ese rasgo de su naturaleza se hiciera evidente en sus cartas y mensajes, no perdiendo su verticalidad como siervo de Dios o como padre espiritual. Había, pues, que tomar una decisión: el retener a Onésimo para su propia comodidad; o desafiar a Filemón a aceptarlo como alguien que si bien era su esclavo, también era su hermano en Cristo, y que traía de parte de Pablo una rogativa a la que no se podría negar dado su compromiso con Dios y con sus autoridades delegadas. Pablo tomó su decisión, y ello involucraba retar a Filemón para obrar como un digno servo de Dios, no sintiendo esa orden como una imposición, sino como un sano consejo espiritual que lo ensalzara al obedecerlo sin más trámite. Y aunque a veces me imagino un Onésimo sudoroso y asustado, cogido por los brazos por otros consiervos, y a Filemón sentado en un sillón, pensando y tomando una decisión que podría ser atendida de este modo: Suelten a mi hermano Onésimo, déjenlo hacer sus deberes con la presteza y dignidad que antes lo hiciera. ¡Bienvenido a tu casa y a tu Iglesia, querido Onésimo!
"... Y aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, más bien te ruego por amor. Yo, Pablo, que ya soy anciano, y además prisionero de Jesucristo, te ruego por mi hijo Onésimo, que es el fruto de mis prisiones. En otro tiempo, él te resultaba inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí. Ahora vuelvo a enviártelo, y te pido recibirlo como si me recibieras a mí mismo. Yo quisiera retenerlo conmigo,para que me sirviera en mis prisiones por el evanngelio, en lugar tuyo; pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que tu favor no te resulte una imposición, sino que sea un acto voluntario".
=== Esta breve misiva al hermano Filemón, quien junto con su familia había dedicado su casa para ser el lugar donde se hospedaran todos los ministros itinerantes, y se oficiaran los cultos para los locatarios, recibe del apóstol un atento y considerado saludo; y apelando a su fe y su vocación de servicio a toda la iglesia de Dios, en un sentido corporativo, le extiende una solicitud a través de Onésimo, un esclavo de Filemón que en un acto de deslealtad hubiera cometido un delito y se hubiera dado a la fuga, y que habiendo sido prendido hubiera llegado a caer en la misma prisión donde Pablo estaba recluido por el delito de 'predicar el reino de Dios mediante el evangelio'. La providencia divina llevó a este esclavo prófugo ante Pablo, quien lo instruyera en la fe, recibiendo este varón al Señor Jesús como su Salvador y su Señor, llegando a ser un continuo servidor del apóstol. En esa intimidad, el prófugo le confesó a Pablo su delito y su temor de ser remitido a Filemón, temiendo lo peor. Pablo asumió esta situación, y en una conmovedora misiva personal al esposo de la hermana Apia, y progenitor de Arquipo, lo envía de nuevo ante su antiguo amo portando una carta suya, de modo que Filemón procediera con el retornado esclavo en la forma solicitada por Pablo; esto es; perdonando su agravio, y comprometiéndose personalmente y por entero al pago de la deuda que le significara el delito que se hubiera cometido en perjuicio del destinatario.
=== El corazón de Filemón fue remecido en extremo, y todo lo que hubiera podido albergar en él contra este esclavo prófugo, comenzaba a disolverse como nieve al sol mientras leía la carta, y meditaba en todo lo que el discípulo de Gamaliel le comunicara a través de ella. El escritor de la misiva tenía la suficiente autoridad como para pedirle a Filemón que se reprimiera de hacerle un daño a su ofensor (que era lo que convenía a todas luces para mantener su testimonio incólume); pero Pablo apela a una rogativa por aquel que ahora era su hermano en Cristo, y que hubiera estado sirviendo al apóstol allá en la prisión, y a quien Dios ya hubiera perdonado, aprendiendo a sr útil en lo espiritual y lo material durante el corto discipulado al lado de Pablo. El apóstol le atribuye la gloria a Dios por la salvación de Onésimo, y por su dedicación postrera como su más cercano coadjutor. Ahora este ombre podía ser de inesimable ayuda, tanto para el destinatario de la carta, como para el remitente. Y Pablo asume las culpas y faltas de Onésimo como si fueran propias, comprometiéndose a pagar a cabalidad todo el daño hecho a Filemón, y eso 'puso en jaque' a Filemón quien tendría que responder, no como amo de su esclavo; sino como un hermano en Cristo que hace volver a un pecador del error de su camino, cubriendo multitud de pecados, y exaltando su fraternidad hasta el extremo, por amor a su padre espiritual.
=== La forma de ser y de obrar de Pablo siempre debe llamarnos la atención: Él sabía quién era, y el alto grado de su autoridad espiritual (difícilmente comparable) que tenía, y era de una recia personalidad (a pesar de su estatura), y muchas veces ese rasgo de su naturaleza se hiciera evidente en sus cartas y mensajes, no perdiendo su verticalidad como siervo de Dios o como padre espiritual. Había, pues, que tomar una decisión: el retener a Onésimo para su propia comodidad; o desafiar a Filemón a aceptarlo como alguien que si bien era su esclavo, también era su hermano en Cristo, y que traía de parte de Pablo una rogativa a la que no se podría negar dado su compromiso con Dios y con sus autoridades delegadas. Pablo tomó su decisión, y ello involucraba retar a Filemón para obrar como un digno servo de Dios, no sintiendo esa orden como una imposición, sino como un sano consejo espiritual que lo ensalzara al obedecerlo sin más trámite. Y aunque a veces me imagino un Onésimo sudoroso y asustado, cogido por los brazos por otros consiervos, y a Filemón sentado en un sillón, pensando y tomando una decisión que podría ser atendida de este modo: Suelten a mi hermano Onésimo, déjenlo hacer sus deberes con la presteza y dignidad que antes lo hiciera. ¡Bienvenido a tu casa y a tu Iglesia, querido Onésimo!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 20/06/2018 MENSAJE # 2559
NUESTRAS RELACIONES FRATERNALES SERÁN SOMETIDAS A PRUEBAS DIVERSAS, Y CUANDO SEAMOS CONFRONTADOS, SE EVIDENCIARÁ LO QUE LLEVAMOS DENTRO. ¿ESTAMOS PREPARADOS PARA ELLO? ALGUNA VEZ NOS TOCARÁ A NOSOTROS.
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