LIMA - PERÚ LUNES 11 DE JUNIO DEL 2018 MENSAJE # 2541
ESDRAS 4:1-5.
"Oyendo los enemigos de Judá y de Jerusalén que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Yahweh Dios de Israel, vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí. Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Yahweh Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia. Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara. Sobornaron además contra ellos a loa consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia".
=== El autor se refiere a las personas que vinieron a observar el trabajo que se hacía para restaurar el templo del Señor como LOS ENEMIGOS DE JUDÁ; y es muy importante que nosotros consideremos sus palabras en su exacta significación, pues no hay ningún error en tal apreciación. La gente que habitara los territorios israelitas de antaño tenían y mantenían una posición idolátrica y politeísta, que para nada condecía con la unicidad de adoración que le correspondiera a la nación elegida, la que compuesta de doce tribus tenía en Jerusalén su capital, antes que ésta se dividiera. Y fue por ello que Israel, separada ya de Judá, fue llevada al cautiverio por los asirios, mucho antes de que Judá fuera conquistada y desterrada a Babilonia por Nabucodonosor. Dichos habitantes eran usurpadores, no perteneciendo a la casta hebraica y no estando comprometidos pactualmente con Yahweh, aunque le ofrecieran sacrificios como a sus otros dioses también. La relación célico-pedestre sólo es válida por la elección divinal, y no por intrusión o por inclusión dentro del conglomerado de dioses a los que esta gente venerara. La elección divina es algo que viene de él. No es nuestro dios por elección, o por simpatía, o por alguna otra causa (Jn.15:16). "Porque tú eres pueblo santo para Yahweh tu Dios; Yahweh tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Yahweh y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Yahweh os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Yahweh con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce, pues, que Yahweh tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones" (Dt.7:6-9).
=== Nótese cómo en el diálogo de esta gente con Zorobabel y los ancianos de las casas paternas ellos intentan incluirse. Ni siquiera lo sugieren o lo ofrecen, buscando imponerse como si fueran ellos los dueños de la tierra, o los señores de aquel lugar; los que buscaran certificar su posición invocando a Esar-hadón por su gloria y fama anterior (recordemos que Judá estuvo setenta años fuera de su territorio, y que el tal había sido adjudicado a una mezcla de naciones por sus conquistadores, y no por derecho que la Deidad haya expresado; y eso marcaba la diferencia). El imperio o señorío de los adjudicatarios no componía una autoridad, y cuando fueran rechazados por las cortantes frases de Zorobabel, de inmediato mostraron su indignación y su naturaleza recalcitrante, utilizando después la fuerza y las amenazas para impedir que el templo fuera edificado, y que la nación judía fuera restaurada a su antiguo nivel, siendo los legitimos poseedores de la tierra por la divina asignación y por el refrendo divino. Lo que la masa extranjera de circunstanciales ocupantes del territorio israelita supuso un orgullo judío que los denigrara, no tenía que ver con la jactancia, sino con la certeza de la elección. que marcara su respeto a Dios y a la ordenanza persa de Ciro, el ungido de Yahweh. La naturaleza hipócrita y sincretista de aquellos ocupantes del territorio hebreo, no esperó mucho tiempo para hacer ver la clase de gente que eran. Y el espíritu que los gobernara, de orgullo y altanería y de sentido de propiedad, les hizo asumirse como poseedores y defensores de aquel territorio que fuera parte de la herencia del pueblo israelita.
=== Haciendo uso de su fuerza militar, y de una serie de argucias políticas y financieras, estas naciones mezcladas postergaron durante varios años la reedificación del templo, el muro y la ciudad. Si hay algo que el enemigo odia profundamente, es que los caídos sean restaurados, y que la gloria de Dios brille en forma tan esplendorosa al ver la fuerza con la que él nos recobra. Y si Egipto, Babilonia y Persia, no pudieron evitar que la gloria de Dios se manifestara en sus elegidos, tampoco ninguna fuerza enemiga podrá evitar que el pueblo de Dios llegue a alcanzar la plenitud que Dios aparejara para ellos. Preparémonos a vencer los temores que el opositor generará para impedir nuestra transformación, conformación, santificación y glorificación. Así ninguna de sus argucias, legales o ilegales, surtirá el efecto deseado por ellos, que nos durmamos bajo el arrullo de un espíritu de postergación, contra el cual habremos de luchar siempre, hasta que el lucero de la mañana salga en nuestros corazones.
"Oyendo los enemigos de Judá y de Jerusalén que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Yahweh Dios de Israel, vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí. Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Yahweh Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia. Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara. Sobornaron además contra ellos a loa consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia".
=== El autor se refiere a las personas que vinieron a observar el trabajo que se hacía para restaurar el templo del Señor como LOS ENEMIGOS DE JUDÁ; y es muy importante que nosotros consideremos sus palabras en su exacta significación, pues no hay ningún error en tal apreciación. La gente que habitara los territorios israelitas de antaño tenían y mantenían una posición idolátrica y politeísta, que para nada condecía con la unicidad de adoración que le correspondiera a la nación elegida, la que compuesta de doce tribus tenía en Jerusalén su capital, antes que ésta se dividiera. Y fue por ello que Israel, separada ya de Judá, fue llevada al cautiverio por los asirios, mucho antes de que Judá fuera conquistada y desterrada a Babilonia por Nabucodonosor. Dichos habitantes eran usurpadores, no perteneciendo a la casta hebraica y no estando comprometidos pactualmente con Yahweh, aunque le ofrecieran sacrificios como a sus otros dioses también. La relación célico-pedestre sólo es válida por la elección divinal, y no por intrusión o por inclusión dentro del conglomerado de dioses a los que esta gente venerara. La elección divina es algo que viene de él. No es nuestro dios por elección, o por simpatía, o por alguna otra causa (Jn.15:16). "Porque tú eres pueblo santo para Yahweh tu Dios; Yahweh tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Yahweh y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Yahweh os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Yahweh con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce, pues, que Yahweh tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones" (Dt.7:6-9).
=== Nótese cómo en el diálogo de esta gente con Zorobabel y los ancianos de las casas paternas ellos intentan incluirse. Ni siquiera lo sugieren o lo ofrecen, buscando imponerse como si fueran ellos los dueños de la tierra, o los señores de aquel lugar; los que buscaran certificar su posición invocando a Esar-hadón por su gloria y fama anterior (recordemos que Judá estuvo setenta años fuera de su territorio, y que el tal había sido adjudicado a una mezcla de naciones por sus conquistadores, y no por derecho que la Deidad haya expresado; y eso marcaba la diferencia). El imperio o señorío de los adjudicatarios no componía una autoridad, y cuando fueran rechazados por las cortantes frases de Zorobabel, de inmediato mostraron su indignación y su naturaleza recalcitrante, utilizando después la fuerza y las amenazas para impedir que el templo fuera edificado, y que la nación judía fuera restaurada a su antiguo nivel, siendo los legitimos poseedores de la tierra por la divina asignación y por el refrendo divino. Lo que la masa extranjera de circunstanciales ocupantes del territorio israelita supuso un orgullo judío que los denigrara, no tenía que ver con la jactancia, sino con la certeza de la elección. que marcara su respeto a Dios y a la ordenanza persa de Ciro, el ungido de Yahweh. La naturaleza hipócrita y sincretista de aquellos ocupantes del territorio hebreo, no esperó mucho tiempo para hacer ver la clase de gente que eran. Y el espíritu que los gobernara, de orgullo y altanería y de sentido de propiedad, les hizo asumirse como poseedores y defensores de aquel territorio que fuera parte de la herencia del pueblo israelita.
=== Haciendo uso de su fuerza militar, y de una serie de argucias políticas y financieras, estas naciones mezcladas postergaron durante varios años la reedificación del templo, el muro y la ciudad. Si hay algo que el enemigo odia profundamente, es que los caídos sean restaurados, y que la gloria de Dios brille en forma tan esplendorosa al ver la fuerza con la que él nos recobra. Y si Egipto, Babilonia y Persia, no pudieron evitar que la gloria de Dios se manifestara en sus elegidos, tampoco ninguna fuerza enemiga podrá evitar que el pueblo de Dios llegue a alcanzar la plenitud que Dios aparejara para ellos. Preparémonos a vencer los temores que el opositor generará para impedir nuestra transformación, conformación, santificación y glorificación. Así ninguna de sus argucias, legales o ilegales, surtirá el efecto deseado por ellos, que nos durmamos bajo el arrullo de un espíritu de postergación, contra el cual habremos de luchar siempre, hasta que el lucero de la mañana salga en nuestros corazones.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 11/06/2018 MENSAJE # 2541
EL PANORAMA DIVINAL SIEMPRE SE HA VISTO EN DIFICULTADES PARA PIDER EXPRESARSE TOTALMENTE; PERO TODA OPOSICIÓN EN LA CORRIENTE DEL TIEMPO HA SIDO DESECHADA, Y LA VOLUNTAD SOBERANA DEL PADRE HA DE VERSE REALIZADA A PLENITUD.
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