LIMA - PERÚ SÁBADO 23 DE JUNIO DEL 2018 MENSAJE # 2565
ECLESIASTÉS 7:1-3, 5.
"Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor es el día de la muerte que el día del nacimiento. Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón. Mejor es el pesar que la risa, porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón,,, Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios".
=== El predicador ha llegado en su instructiva a lo que llamaremos vivas reflexiones que contrastan la correcta sabiduría con la torpe insensatez, invitándonos a reflexionar sobre ello, exponiéndonos los hechos y los resultados de estos. Al referir acerca de la fama, habla de tu reputación, de lo que has logrado ganar como alguien que ha mantenido una línea de acción coherente con lo que aprueba Dios, y lo que otros del ámbito social reconocen como conveniente y positivo, señalándote su aprecio y especial consideración; en contraposición, el buen ungüento es un aroma artificial que desprendes a tu paso, cuyo efecto es de corta duración, retornando al PH personal que siempre tratas de neutralizar, ocultar o desaparecer, sin que ello deje de identificarte tras un día trajinado, obligándote al aseo personal correspondiente para que tu esencia se perciba distinta al influjo del perfume, el desodorante y el ungüento que te haga acepto socialmente. Pero, ¿por qué el día de la muerte podría ser MEJOR que el día del nacimiento? Porque lo primero, ha dejado tras de ti un recuerdo, marcando tu influencia, tu bondad, y estableciendo tu record como alguien que supo aprovechar su tiempo en medio de los vivientes; proclamando tu sabiduría; o lo opuesto, haciendo que quienes te conocieran se alegren de que ya no estés, procurando que tu epitafio no desdore más tu ya penoso recuerdo; y a más de esto, al trasponer el velo, tú entrarás al plano trascendente de los que viven en la presencia de Dios; o de los que permanecerán ajenos a su presencia por tu continua rebeldía y tu oposición al propósito eternal. El nacimiento te hace debutar en la vida terrenal, y todo está por hacer; en el deceso, todo lo que hiciste compone tu destino, y será con ello que sabrás cuál es tu sino, el cual habrá sido definido por tus hechos.
=== La casa del luto, te pondrá en antecedentes en lo concerniente a la vida misma, y a la duración que ella tiene, y al plano de tu responsabilidad delante de Dios. A todos los manda al cielo el clérigo alquilado, y el 'buen sentir' de los deudos o de los amigos en vida, quienes no ignoran tus hechos y tus determinaciones, tus desvíos y tus excesos; intentando matemática y mágicamente ubicarte en su 'cielo imaginario', esperando que su 'dios ideal' les haga ese favor, como lo imaginan para ellos, aunque 'su justicia no haya superado a la de los fariseos y maestros de la ley'. Aquellos que no ignoran su panorama espiritual, y asisten al sepelio de algún amigo que fuera para ellos entre los cristianos insigne, se proyectan a aquel día feliz en que se encontrarán con el Señor, y con una multitud de los millares o miríadas que lo hayan precedido a la gloria, y que querrán servirle de cicerones para que vaya reconociendo la vastedad del hogar celestial y de los disfrutes que en ella tendremos... ¡y cuánto más! De modo análogo a lo referido con anterioridad, el placer de la casa del banquete es de efímera duración, y el gozo y el recuerdo se desvanecen; y cuando ello no pasa, hay que usar alguna sal de frutas burbujeante o un par de pastillas para la resaca, para quitarte el efecto si no fuiste prudente. El hombre prudente pondrá estas cosas en su corazón, y enderezará sus pasos y se acoplará a la marcha de los santos que las edades han sabido contemplar.
=== Aquel pesar que nos afectara, nos hará comparar las risotadas de los momentos de diversión, las cuales se apagan en corto tiempo, pierden rápidamente el sentido de propiedad y de correcta educación, y tienen que ser sostenidas con ciertas prácticas o vicios para atizarlas y justificarlas, 'hasta que el vino los enciende', y lo demás es historia. La tristeza del rostro (según Dios en este caso), propondrá una enmienda al corazón, hará entrar al hombre en una profunda reflexión sobre su edad cronológica, sus achaques, su quebrantada salud, sus opciones y el hecho de que todos pasamos por esta experiencia en algún momento; y si bien el trasponer el velo es algo fácil, la dirección que tomarán nuestras almas son una profunda preocupación para los que no han considerado el proceso santificador en serio, y han asumido una conducta que Dios reprueba, reprende y castiga, con un solo afán: que no nos condenemos. Es en lugares como estos donde los sabios hacen conocer las reprensiones divinas, invitándonos a reconsiderar nuestra posición y nuestro pacto con el Creador-Redentor, y a mejorar nuestras relaciones célico-pedestres, poniendo a punto nuestra fe y nuestra fidelidad como adoradores del Dios vivo. Las alegrías efímeras no son malas, pero tienen su tiempo y ocasión; y todo aquello que nos oriente a mejorar nuestra relación con el Señor debe recibir por nuestra parte una cálida bienvenida.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 23/06/2018 MENSAJE # 2565
NUESTRA NSTRUCCIÓN ESPIRITUAL DEBE CONSIDERAR LOS PROS Y CONTRAS DE LA VIDA MISMA, PREPARÁNDONOS PARA SER SABIOS EN CONDUCIRNOS COMO GENTE DE DOS CAMPAMENTOS. LA IMPORTANCIA DE MEDITAR EN LOS VALORES ESPIRITUALES Y TRASCENDENTES.
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