viernes, 13 de julio de 2018

ABDÍAS, NOS MUESTRA UNA CIRUGÍA DE CORAZÓN ABIERTO, IDENTIFICANDO COMO EL MAL UN ESPÍRITU INFRATERNO, ALGO QUE SÓLO LA CIRUGÍA DIVINA PUEDE EXTIRPAR, A MENOS QUE LA VOLUNTAD HUMANA DEL ODIADOR SE OPONGA.

LIMA - PERÚ     VIERNES 13 DE JULIO DEL 2018      MENSAJE # 2605

ABDÍAS 1-4.

"Visión de Abdías. Yahweh el Señor ha dicho así en cuanto a Edom: Hemos oído el pregón de Yahweh, y mensajero ha sido enviado a las naciones. Levantaos, y levantémonos contra este pueblo en batalla. He aquí pequeño te he hecho entre las naciones; estás abatido en gran manera. La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras entre las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra? Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas hicieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Yahweh.

=== Las cosas que para el Padre son importantes y vitales, nunca dejan de ser parte de sus considerandos. Si estamos atentos a su accionar en lo concerniente a sus planes con sus escogidos, veremos que él es muy detallista, y que no consiente que otros o terceros se involucren en el devenir histórico y profético de sus escogidos, asumiendo cada actitud de los extraños como una ofensa particular a su soberanía, a una profana intromisión que no lo considera a él en su más excelsa investidura como Rey y Señor de las edades. Y cuando sus peculiares intereses no son asimilados por los demás como algo que solamente debe manejar él, se pone de manifiesto la actitud soberbia, que es totalmente indiferente a Dios, su existencia y su obrar. Edom, al igual que Caín, asumió una conducta perversa e irreverente contra la Deidad; en el caso del segundo de los nombrados, esto no tardó en dirimirse, y Caín mató a Abel, pensando que de ese modo las preferencias divinas pasarían a ser suyas, no existiendo una segunda instancia. Dios le dio a Caín la posibilidad de agradarlo, haciendo lo que era correcto; pero el ensañado corazón de Caín no tuvo su error de percepción como el causante de su decepción; y vio a su hermano Abel como un estorbo en su panorama relacional con la Deidad, considerando como una superior opción su eliminación. Si en el pasado, Jacob y Esaú se reconciliaron, la descendencia de Esaú, los edomitas, le guardaron rencor a los descendientes de Israel, y cuando se dio la ocasión (dado que rechazaban a Dios y su intervención en el devenir histórico) no dudaron en pasar de su pasividad observativa en el día de su calamidad, y se deleitaron de poder ver morbosamente desde la parte alta del monte Seir el sufrimiento de sus hermanos, sintiéndose tentados en aumentar el daño, robarles, y entregarlos a quienes los buscaran para cautivarlos o ultimarlos

=== Al observar el Decálogo, vemos que hay dos aspectos vitales: El amor a Dios por sobre todas las cosas; y el amor al prójimo en el plano interrelacional, vale decir, el amor fraternal. Estos dos mandamientos rigen todo lo que es fundamental para ser aceptos ante la Deidad. Al pecar contra los mismos, quedamos fuera del concierto divino, y provocamos el juicio contra nosotros de modo indefectible. La nación edomita rechazó a Yahweh en una forma plena, y cultivó la egolatría como su principio regente. Asumiendo  la auto suficiencia, echó a Dios, y a cualquier forma de idolatría (salvo la personal y apoteósica) lejos de sí. Y fue por eso que eligió las alturas de Seir para sentirse superior, más alto que los demás, protegido contra cualquier ataque, y sus considerandos eran desafíos al Dios vivo. Y fue por eso que el Padre concertó a las naciones circunvecinas, aliados habituales de los edomitas, para hacerse uno y atacar a los hijos de Esaú por su espíritu infraterno. Las cosas que llegan a ser notorias en las personas y en las castas son la suma de sus decisiones particulares; y es por eso que cuando Rebeca fue a consultar sobre lo que acontecía en su prominente vientre gemelar, se enteró que habían dos naciones en ella que contendían entre sí, y que con el tiempo se ahondarían los sentimientos, pero que al final el mayor serviría al menor. También arguyó el Señor: A Jacob amé, y a Esaú aborrecí. Eso no fue algo arbitrario, pero la omnisciencia divina entendió lo que sería más adelante, y Dios Padre no se equivocó en su elección, proclamando de antemano lo que sería la actitud de Edom hacia él; y aquel profano rechazador, fue rechazado también por su nefasta actitud.

=== La soberbia del corazón, nos habla de un espíritu altanero, de la auto veneración que nos eleva imaginariamente, y nos hace sentirnos poderosos, invencibles, magníficos y apoteósicos; y el Señor refiere que eso es producto del auto engaño. La carne gusta de la propia glorificación, del aplauso y de las lisonjas, minténdose a sí misma al sobredimensionar su valor en ese limbo en el que vive, y en el que nunca hay un S. E. U. O. (salvo error u omisión). Las ubicaciones en las hendiduras de las peñas, refieren un lugar inexpugnable, estando a cubierto de todo posible ataque, y a salvo de las acometidas del enemigo, infiriendo seguridad, protección e invulnerabilidad. Y el lenguaje retador, propio del fanfarrón, sale del errado y engañado corazón arguyendo: ¿quién me derribará a tierra?  Realmente, el orgullo es la más desagradable de todas las fanfarronadas, las mismas que nadie aplaude, y que más de uno piensa en quebrantar. El Señor, entonces, manifiesta el cómo su mano será contra Edom, amenazando con derribarlo y con desaparecerlo. Gimo a Dios pidiendo que ninguno de mis lectores, y menos este escriba, pueda llegar hasta ese extremo, desatando la ira de Dios Padre.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA        13/07/2018        MENSAJE # 2605.

1 comentario:

  1. ES PENOSO OBSERVAR EN LOS OJOS DE TUS ALLEGADOS LA IRA Y EL ENCONO CONTRA TI. LOS QUE CULTIVAN UN ESPÍRITU INFRATERNO PONEN EN EVIDENCIA QUE SU REGENERACIÓN NO ESTÁ PROCESÁNDOSE CONVENIENTEMENTE. RENUNCIEMOS A TODO SENTIMIENTO INFRATERNO POR NUESTRO PROPIO BIEN.

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