LIMA - PERÚ LUNES 09 DE JULIO DEL 2018 MENSAJE # 2597
JOEL 2:1-3.
"Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Yahweh, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte, semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones. Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto desolado, ni tampoco habrá quien de él escape".
=== Joel fue un profeta muy singular, y se le permitió ver el panorama profético en perspectiva; así el que ya había acontecido -y nos referimos a la plaga de langostas que dejó todo el país en completa desolación, desapareciendo de él toda la hierba verde, y la productividad de alimentos básicos-. Tal calamidad no se puede prever, pues viene sin aviso, y después de que ha causado todo el mal posible, se va sin dejar rastro. Para el pueblo hebreo, ello suponía un infortunio, mas no veían en ello un acto divino, castigando su pecado y su maldad. La tierra de promisión estaba sujeta al cuidado divino, y era el Padre quien manejara sus tiempos y sazones, garantizando así la productividad y el sustento de la nación hebrea. La relación con Yahweh era algo vivo y continuo, y la cabal obediencia a su palabra, hacía su bendición y su sustento algo tan natural como el día y la noche, viviendo en total dependencia del divino favor; funcionando este como un reloj suizo. Cuando algo disfuncionaba, era porque el pacto había sido quebrantado en alguna área específica, y había que arrepentirse, reparar el daño, o superar la crisis, y la solución se daba al compás del ritmo cadencioso que producía el gozo divino-humano que no debía quebrantarse, haciendo que todo funcionara óptimamente, disfrutando todos de su relación pactual. Cuando no somos capaces de discernir qué está pasando, es porque estamos complacidos en la sutil o descarada desobediencia, no teniendo en cuenta al Dios vivo.
=== La plaga de langosta apuntaba al pasado, viendo el hambre y la sed; la carencia y la angustia; el llanto y la desesperación, y cómo el sacerdocio se sentía impotente al no haber los frutos y los alimentos del caso, no habiendo forma de hacerle a Dios los homenajes continuos, y que todo pareciera trágico, terrible e inexplicable; y la soberbia asumía que eran tiempos de desdicha que alguna vez les pasara a todos los pueblos. ¡Pero este era el territorio de Yahweh y de su pueblo elegido! Y cosas como estas no eran parte de su panorama relacional. ¡Algo tenía que estar pasando! Y cuando observamos que Joel se refiere al día de Yahweh hasta en cinco oportunidades, tenía que estar hablando fuerte al corazón y las mentes de la descendencia de Abraham. Y es que habían días de Yahweh puntuales y específicos; pero en el panorama relacional con la Deidad, todos los días, y de manera continua, era el DÍA DE YAHWEH. Y lo pasado prefiguraba lo que vendría por la falta del arrepentimiento; lo siguiente era la invasión de un pueblo perverso y conquistador cuyo único afán era destruir y asolar al resto de la humanidad, dejando aquellas ciudades invadidas como una zona de desastres; no pensando sino en la gloria del momento, en el poder de su fuerza y de su naturaleza destructiva. Pero en el caso de Yahweh, él nos conquista para hacer las cosas diferentes, restaurarlo todo al orden original, y componer luego un destino diferente que trajera bienestar y amor, productividad y prosperidad, dicha y felicidad, dando en medio de sus juicios una palabra de esperanza.
=== Y fue así que, al describir el calamitoso pasado por la plaga de langostas que abatiera a todo el país; se hablara del futuro cercano como algo inminente, y tan desastroso como lo anterior; y luego al proyectarse al futuro allá distante, se refiriera a la venida del Espíritu Santo y las bendiciones que abarcarían a todos con su presencia, y las crisis que vendrían mucho más adelante; siempre el Padre supo poner en sus corazones el triunfo de su gracia y su misericordia recobrando a Israel de su cautividad, y haciendo juicio sobre las naciones, hasta hacer del monte de Sion el lugar de su presencia y bendición. Y siempre veremos a Dios actuando para que su propósito se efectúe, y su soberano fluir cumpla con su beneplácito. Reaccionemos hacia Dios y su gracia impartida, y disfrutemos de su amor y aceptación en Cristo Jesús.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 09/07/2018 MENSAJE # 2597
"Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Yahweh, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte, semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones. Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto desolado, ni tampoco habrá quien de él escape".
=== Joel fue un profeta muy singular, y se le permitió ver el panorama profético en perspectiva; así el que ya había acontecido -y nos referimos a la plaga de langostas que dejó todo el país en completa desolación, desapareciendo de él toda la hierba verde, y la productividad de alimentos básicos-. Tal calamidad no se puede prever, pues viene sin aviso, y después de que ha causado todo el mal posible, se va sin dejar rastro. Para el pueblo hebreo, ello suponía un infortunio, mas no veían en ello un acto divino, castigando su pecado y su maldad. La tierra de promisión estaba sujeta al cuidado divino, y era el Padre quien manejara sus tiempos y sazones, garantizando así la productividad y el sustento de la nación hebrea. La relación con Yahweh era algo vivo y continuo, y la cabal obediencia a su palabra, hacía su bendición y su sustento algo tan natural como el día y la noche, viviendo en total dependencia del divino favor; funcionando este como un reloj suizo. Cuando algo disfuncionaba, era porque el pacto había sido quebrantado en alguna área específica, y había que arrepentirse, reparar el daño, o superar la crisis, y la solución se daba al compás del ritmo cadencioso que producía el gozo divino-humano que no debía quebrantarse, haciendo que todo funcionara óptimamente, disfrutando todos de su relación pactual. Cuando no somos capaces de discernir qué está pasando, es porque estamos complacidos en la sutil o descarada desobediencia, no teniendo en cuenta al Dios vivo.
=== La plaga de langosta apuntaba al pasado, viendo el hambre y la sed; la carencia y la angustia; el llanto y la desesperación, y cómo el sacerdocio se sentía impotente al no haber los frutos y los alimentos del caso, no habiendo forma de hacerle a Dios los homenajes continuos, y que todo pareciera trágico, terrible e inexplicable; y la soberbia asumía que eran tiempos de desdicha que alguna vez les pasara a todos los pueblos. ¡Pero este era el territorio de Yahweh y de su pueblo elegido! Y cosas como estas no eran parte de su panorama relacional. ¡Algo tenía que estar pasando! Y cuando observamos que Joel se refiere al día de Yahweh hasta en cinco oportunidades, tenía que estar hablando fuerte al corazón y las mentes de la descendencia de Abraham. Y es que habían días de Yahweh puntuales y específicos; pero en el panorama relacional con la Deidad, todos los días, y de manera continua, era el DÍA DE YAHWEH. Y lo pasado prefiguraba lo que vendría por la falta del arrepentimiento; lo siguiente era la invasión de un pueblo perverso y conquistador cuyo único afán era destruir y asolar al resto de la humanidad, dejando aquellas ciudades invadidas como una zona de desastres; no pensando sino en la gloria del momento, en el poder de su fuerza y de su naturaleza destructiva. Pero en el caso de Yahweh, él nos conquista para hacer las cosas diferentes, restaurarlo todo al orden original, y componer luego un destino diferente que trajera bienestar y amor, productividad y prosperidad, dicha y felicidad, dando en medio de sus juicios una palabra de esperanza.
=== Y fue así que, al describir el calamitoso pasado por la plaga de langostas que abatiera a todo el país; se hablara del futuro cercano como algo inminente, y tan desastroso como lo anterior; y luego al proyectarse al futuro allá distante, se refiriera a la venida del Espíritu Santo y las bendiciones que abarcarían a todos con su presencia, y las crisis que vendrían mucho más adelante; siempre el Padre supo poner en sus corazones el triunfo de su gracia y su misericordia recobrando a Israel de su cautividad, y haciendo juicio sobre las naciones, hasta hacer del monte de Sion el lugar de su presencia y bendición. Y siempre veremos a Dios actuando para que su propósito se efectúe, y su soberano fluir cumpla con su beneplácito. Reaccionemos hacia Dios y su gracia impartida, y disfrutemos de su amor y aceptación en Cristo Jesús.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 09/07/2018 MENSAJE # 2597
LA FORMA EN LA QUE JOEL PRESENTA EL DIVINO FLUIR, SUJETÁNDOSE A LA EXPRESIÓN: "EL DÍA DE YAHWEH", ES REALMENTE IMPRESIONANTE, Y PONE DE RELIEVE SU INMENSO AMOR Y MISERICORDIA PARA CON SU PUEBLO ESCOGIDO EN MEDIO DE AGUDAS CRISIS.
ResponderEliminar