sábado, 21 de julio de 2018

LA CLARIDAD PAULINA DEBE LLENAR NUESTROS CORAZONES DE LAS REALIDADES NEOCREACIONALES, DEL MARAVILLOSO ACTO DIVINO DE NUESTRA REDENCIÓN POR LA FE EN EL SALVADOR, QUIEN HICIERA EFECTIVA LA MISMA UNA VEZ PARA SIEMPRE.

LIMA - PERÚ     VIERNES 20 DE JULIO DEL 2018    MENSAJE # 2619

ROMANOS 3:21-28.     (VERSIÓN REINA-VALERA CONTEMPORÁNEA)

"Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, y de ello dan testimonio la ley y los profetas. La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, es para todos los que creen en él. Pues no hay diferencia alguna, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios; pero son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús, a quien Dios puso como sacrificio de expiación por medio de la fe en su sangre. Esto lo hizo Dios para manifestar su justicia, pues en su paciencia ha pasado por alto los pecados pasados, para manifestar su justicia en este tiempo, a fin de que él sea el justo y, al mismo tiempo, el que justifica al que tiene fe en Jesús. Entonces, ¿dónde eestá la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley".


=== Cuando el apóstol comenzó a comparar el panorama religioso (no necesariamente el espiritual y trascendente) llegó a la conclusión que tenemos un mundo culpable, y que el pecado es un común denominador, tanto para los judíos como para los gentiles. Y aunque los judíos tenían la ley como un orden divinal que debiera obedecerse para tener justicia, no superaban a los gentiles en sus quehaceres religiosos, viéndose en la necesidad de ser redimidos. Así, pues, ni la culpa más grosera de los impíos, que no conocen a Dios; puede ser desprendida de la hipocresía judaica que, teniendo la ley, la desobedece y la afrenta públicamente. Ni el desvergonzado impío; ni el cínico judío nominal, llegan al estándar divino promovido por Dios, haciéndolos converger en su necesidad de redención por gracia, la cual opera a través de la misericordia divina. Así, pues, los judíos, y los no judíos, requerían de una fórmula específica que les permitiera acercarse al Señor, y obtener su divina redención. Y Pablo hace notorio que la ley, por sí misma, no puede ministrarnos misericordia, porque no es ese su rol específico; sino el ayudarnos a reconocer el pecado como tal, y la condenación que se trae por ello. Pero como no todo son malas noticias, la luz divina en la inspirada pluma apostólica, nos regala este hálito de esperanza en lo inherente a la justicia de Dios la cual se revela como ALGO APARTE DE LA LEY, es decir, que no puede ser objetado ni anulado por ella, poseyendo un valor absoluto que servirá tanto a judíos como a gentiles para alcanzar la salvación en Dios de toda condenación. ¡Mejor noticia que esa no hay!


=== Y tanto la ley, como los profetas, habían dado testimonio al respecto. Y Pablo arguye que se trata de la JUSTICIA DE DIOS, POR MEDIO DE LA FE EN JESUCRISTO (v.22a), esto es el único requisito para que la humanidad se reencontrara con su Creador en calidad de Redentor. La gloria Verbal antropomórfica se convertía así en la puerta de acceso al Padre, en la dádiva de su amor que nos reuniría con él una vez para siempre, Y debido a esta actitud divina, el apóstol ratifica que NO HAY DIFERENCIA entre judíos y gentiles, por cuanto TODOS PECARON, habiendo sido destituidos, despojados, desnudados de la gloria de Dios. Aquella luz que un día identificara a la raza humana como parte misma de la Deidad, y su más excelente representación, SE APAGÓ POR CAUSA DEL PECADO, requiriendo desesperadamente recobrar aquella luminosidad que los hiciera su singularísima expresión entre todas las cosas creadas. La gloria perdida tenía tanto valor para Dios, que el Padre no dudó en pagar el precio con todo lo que tenía. Para Satán, somos carne de cañón, y criaturas prescindibles; pero para el Padre, somos SUS HIJOS, SU IMAGEN Y SEMEJANZA, SU GLORIA PERSONIFICADA, Y AQUELLO QUE ÉL AMA HASTA EL EXTREMO; y fue por eso que no dudó en manifestar su gracia, su favor, su buena voluntad para con los hombres, y nos envió UN SALVADOR, EL CUAL ES CRISTO EL SEÑOR.


=== Aquel carísimo sacrificio, proveyó para nosotros el CORDERO DE DIOS QUE QUITARÍA EL PECADO DEL MUNDO, expiando todos nuestros pecados, pidiendo que tuviéramos fe en su sangre (vida). ¿Y qué haríamos con todos los pecados cometidos, acumulando así una total condenación? El mismo Señor se haría cargo de suprimir el valor de todo ello por el costo sacrificial, el cual superara con creces la satisfacción de su justicia, la cual habría de manifestarse porque él decidiera PASAR POR ALTO TODOS LOS PECADOS PASADOS, desapareciendo así la condenación, y haciendo válida esta participación para que supliera la necesidad de la humanidad toda por todas sus generaciones, haciendo de Jesús EL JUSTO Y EL QUE JUSTIFICA A QUIEN TENGA LA FE EN JESÚS.Y fue así que la jactancia de la hipotética "superioridad judía", haciendo notorio que la única ley que nos restituye al pleno contacto con la Deidad, es la ley de la fe. Y siempre me ha llenado de un gozo inefable este versículo: "...Llegamos a la conclusión de que EL HOMBRE ES JUSTIFICADO POR LA FE, SIN LAS OBRAS DE LA LEY". La expresión 'el hombre' nos plantea un panorama indivisible, donde no hay judío ni griego, sino solamente gente necesitada de la misericordia divina, ansiosa de compartir esta gracia que también es para cada uno de mis lectores, en el nombre de Jesús.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA      20/07/2018      MENSAJE # 2619.

1 comentario:

  1. EL CORAZÓN DEL CREYENTE GENUINO HA DE REPOSAR EN LA OBRA PERFECTA DEL SALVADOR, SINTIÉNDOSE LLENO DE SATISFACCIÓN, Y DEBIDAMENTE COMPROMETIDO CON EL PADRE Y EL HIJO, DISFRUTANDO SU PLANO ETERNAL SIENDO GUIADO PO EL ESPÍRITU SANTO.

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