LIMA - PERÚ DOMINGO 15 DE JULIO DEL 2018 MENSAJE # 2609
JONÁS 3:1-10.
"Vino palabra de Yahweh por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue Nínive conforme a la palabra de Yahweh. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo".
=== Desde su llamamiento inicial, para ir a Nínive, y su repentina huida a Tarsis, habían pasado una serie de eventos, los mismos que les parecieran extraños a la marinería de la nave en la que se embarcó el hijo de Amitai, involucrándolos en la más grande historia jamás contada acerca del poder y dominio soberano del Rey de reyes y Señor de señores, haciendo que el mar se levantara a través de una gran tempestad que les hizo temer por sus vidas, y percatarse que sus ídolos no servían para nada, y que sus promesas y sacrificios a futuro no evitaran que todo ello pasara, procediendo a achicar (botar del barco toda la carga que se llevara) con el fin de no hundirse, y comenzando luego la búsqueda del culpable de aquel hecho anecdótico, hallándolo en Jonás, el hebreo que intentara escapar de Yahweh para no cumplir su comisión de ir a prevenir a Nínive de la catástrofe que les vendría. Echado al mar, éste se apaciguó, y un gran pez devoró a Jonás. Recordemos que tanto la tempestad y su bravura, como la paz que llegara después, y el gran pez que se comió a Jonás de un bocado para transportarlo hacia Nínive en un viaje submarino de tres días y tres noches, fueron hechos de su factura; no dándole tregua al díscolo profeta para que cubriera su rol en el ámbito de la voluntad divina.
=== El vientre del gran pez, sirvió de improvisado despacho para que Jonás pudiera pensar y meditar acerca de su condición por causa de su rebeldía, al no querer oficiar como heraldo divino ante los asirios, para no constituirse por la vía profética en su centinela y advertidor de lo que vendría como sumario juicio divinal, y posteriormente, como su anónimo salvador. Su triste y húmeda condición, no reprimió su capacidad intercesora (con mayor razón siendo él el posible acusado en calidad de reo contumaz), y pasó los siguientes minutos en una descriptiva y sesuda intercesión, lamentando su crisis situacional, y rogando por su vida y su anhelo de volver a estar en la presencia de Dios, en una condición menos opresiva. Fue así que exhaló su fe en Dios, y se convirtió en un obrero divino otra vez, cubriendo así su consigna. Y fue por esa oración intercesora que él saliera del vientre del gran pez, blanqueado por los jugos gástricos, y teniendo una apariencia fantasmal, que ingresara a la ciudad ninivita de tres días de camino, y anunciara el juicio divino para dentro de cuarenta días a partir de su proclamación. Y fue así que la advertencia divina despertó el celo y el arrepentimiento de la nación asiria para tornarse a Dios urgentemente, implorando por su misericordia, y haciéndolo en el modo oriental más connotado: Vestirse de cilicio, ayunar y sentarse en ceniza, evidenciando así su cambio frente a la advertencia divina, buscando evitar el ser juzgados sumariamente por la ira divinal.
=== El cilicio, y las cenizas se hicieron el sentir general de la nación asiria; y aun los animales fueron incluidos en este clamor a la Deidad, y los hombres, mujeres, niños, y sus ganados clamaban por el perdón y el favor divino, mostrando con sus hechos que le habían creído a la Deidad, que habían escuchado a sus demandas. Y hecho el análisis por Yahweh, y sabiendo que el arrepentimniento nacional era auténtico, Dios revocó su castigo. El uso que aquí se hace de la palabra arrepentirse, aplicándola a Dios, no es el más exacto. Pues es Dios quien invita al arrepentimiento a los que son culpables de alguna falta contra él. La divina inhibición es el resultado del arrepentimiento o el volverse del pecado por parte de los ninivitas; y es en ese instante que Dios quita de sobre ellos la posibilidad de un castigo que, de otro modo, sería algo irrevocable. Es por ello que Yahweh toma la decisión de revocar el castigo a la casta asiria, guardándose de hacerles el mal por todos sus pecados. El arrepentimiento ninivita convenció al Señor de su cambio de mentalidad.
"Vino palabra de Yahweh por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue Nínive conforme a la palabra de Yahweh. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo".
=== Desde su llamamiento inicial, para ir a Nínive, y su repentina huida a Tarsis, habían pasado una serie de eventos, los mismos que les parecieran extraños a la marinería de la nave en la que se embarcó el hijo de Amitai, involucrándolos en la más grande historia jamás contada acerca del poder y dominio soberano del Rey de reyes y Señor de señores, haciendo que el mar se levantara a través de una gran tempestad que les hizo temer por sus vidas, y percatarse que sus ídolos no servían para nada, y que sus promesas y sacrificios a futuro no evitaran que todo ello pasara, procediendo a achicar (botar del barco toda la carga que se llevara) con el fin de no hundirse, y comenzando luego la búsqueda del culpable de aquel hecho anecdótico, hallándolo en Jonás, el hebreo que intentara escapar de Yahweh para no cumplir su comisión de ir a prevenir a Nínive de la catástrofe que les vendría. Echado al mar, éste se apaciguó, y un gran pez devoró a Jonás. Recordemos que tanto la tempestad y su bravura, como la paz que llegara después, y el gran pez que se comió a Jonás de un bocado para transportarlo hacia Nínive en un viaje submarino de tres días y tres noches, fueron hechos de su factura; no dándole tregua al díscolo profeta para que cubriera su rol en el ámbito de la voluntad divina.
=== El vientre del gran pez, sirvió de improvisado despacho para que Jonás pudiera pensar y meditar acerca de su condición por causa de su rebeldía, al no querer oficiar como heraldo divino ante los asirios, para no constituirse por la vía profética en su centinela y advertidor de lo que vendría como sumario juicio divinal, y posteriormente, como su anónimo salvador. Su triste y húmeda condición, no reprimió su capacidad intercesora (con mayor razón siendo él el posible acusado en calidad de reo contumaz), y pasó los siguientes minutos en una descriptiva y sesuda intercesión, lamentando su crisis situacional, y rogando por su vida y su anhelo de volver a estar en la presencia de Dios, en una condición menos opresiva. Fue así que exhaló su fe en Dios, y se convirtió en un obrero divino otra vez, cubriendo así su consigna. Y fue por esa oración intercesora que él saliera del vientre del gran pez, blanqueado por los jugos gástricos, y teniendo una apariencia fantasmal, que ingresara a la ciudad ninivita de tres días de camino, y anunciara el juicio divino para dentro de cuarenta días a partir de su proclamación. Y fue así que la advertencia divina despertó el celo y el arrepentimiento de la nación asiria para tornarse a Dios urgentemente, implorando por su misericordia, y haciéndolo en el modo oriental más connotado: Vestirse de cilicio, ayunar y sentarse en ceniza, evidenciando así su cambio frente a la advertencia divina, buscando evitar el ser juzgados sumariamente por la ira divinal.
=== El cilicio, y las cenizas se hicieron el sentir general de la nación asiria; y aun los animales fueron incluidos en este clamor a la Deidad, y los hombres, mujeres, niños, y sus ganados clamaban por el perdón y el favor divino, mostrando con sus hechos que le habían creído a la Deidad, que habían escuchado a sus demandas. Y hecho el análisis por Yahweh, y sabiendo que el arrepentimniento nacional era auténtico, Dios revocó su castigo. El uso que aquí se hace de la palabra arrepentirse, aplicándola a Dios, no es el más exacto. Pues es Dios quien invita al arrepentimiento a los que son culpables de alguna falta contra él. La divina inhibición es el resultado del arrepentimiento o el volverse del pecado por parte de los ninivitas; y es en ese instante que Dios quita de sobre ellos la posibilidad de un castigo que, de otro modo, sería algo irrevocable. Es por ello que Yahweh toma la decisión de revocar el castigo a la casta asiria, guardándose de hacerles el mal por todos sus pecados. El arrepentimiento ninivita convenció al Señor de su cambio de mentalidad.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/07/2018 MENSAJE # 2609
LAS ASIGNACIONES DIVINAS, CUANDO SON DESOBEDECIDAS, DEBEN BUSCAR LA MANERA EN QUE LOS PROFETAS ASOCIADOS AL DIVINO FLUIR HAGAN SU PARTE EN CALIDAD DE TALES. JONÁS NO TUVO DOS ASIGNACIONES, SINO UNA, Y CUANDO OBEDECIÓ A ELLA, LA PLENA VOLUNTAD DIVINA SE EJECUTÓ A SU SAZÓN.
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