LIMA - PERÚ DOMINGO 01 DE JULIO DEL 2018 MENSAJE # 2581
LAMENTACIONES 3:19-28, 31-33.
"Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel; lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí; esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Yahweh no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Yahweh, dijo mi alma; por tanto en él esperaré. Bueno es Yahweh a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Yahweh. Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud. Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso... Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres".
=== Los lamentos correspondientes a las desgracias que se dieron en la tierra de Judá, no eran producto de la mala suerte; sino consecuencias del pecado. El derecho a reclamo era algo inexistente para aquellas almas rebeldes, irreverentes y profanas hasta el extremo. Al quebrantar el pacto, ceder a la idolatría y al paganismo sin tapujos, y pretender deshacerse del Dios vivo como el propietario de la tierra de promisión que les fuera adjudicada por gracia, y al negarse al arrepentimiento que reiterativamente les fuera comunicado, hasta las últimas instancias, ya no hubo más remedio, y la invasión babilónica prometida desde mucho tiempo atrás, llegó a conquistar a la nación impenitente, destruyendo todo lo que había en la ciudad, y llevándose a casi todos cautivos, dejando en el territorio a la gente pobre y sin posibilidades, de modo que una posible resistencia fuera cancelada por muy buen tiempo. La guerra, el hambre, la muerte y la peste se hicieron presentes en la ciudad amurallada, y el espectáculo fue algo desolador, monstruoso, doloroso y terrible; y todo ello tuvo que ver con la naturaleza rebelde de los habitantes de Judá, especialmente de la obstinación de sus dirigentes, llevando a los reyes al desastre. Los falsos profetas, con falsas esperanzas a su sazón, incentivaron la rebelión, y propagaron la obstinación religiosa, engañándose a sí mismos con supuestas esperanzas que el Padre no ofreciera, y que sus seudo-profetas y malos dirigentes les ofrecieran vanamente.
=== Esta tercera lamentación llega a tornarse un tanto reflexiva, y en medio de todas las cosas, se puede considerar el plano de la misericordia divina. El profeta hace una descripción bastante gráfica de todo el castigo que llegó a la nación hebrea, asombrándose del enojo divino por la necedad de ellos, y su soberbia, que exigía el castigo hasta el límite como premio a su obstinación. El látigo de la ira divina, fue probado por los necios elegidos, Y CUANDO TÚ PROCURAS HUIR DEL CASTIGO DIVINO, NO HAY ESCAPE, y tus clamores no serán oídos; comprobarás también que la puntería divina no falla jamás, exponiéndote con cada nuevo acierto, hasta hacerte perder la esperanza cuando quedas exánime, y será en ese instante en que el paroxismo de tu dolor te hará reflexionar, y ver cómo era tu vida antes de tus rebeldías y perversiones, y en ese dolor de tu alma, comprenderás que las reprensiones divinas, y sus castigos, no buscan eliminarte; sino devolverte a la cordura, y en medio de su cuerpo maltrecho o magullado, el Señor te revela opciones, y te extiende su mano para que, arrepentido, te recuperes, sintiendo cómo su balsámica mano acaricia tu corazón y te va recobrando progresivamente, alejando el dolor, y trayendo el alivio y el confort que tanto necesitabas.
=== La misericordia de Yahweh es la que evita que seamos consumidos por nuestras maldades, y en un acto de bondad muy peculiar, te hace ver su bondad para los ue en él esperan, para el alma que le busca. Él te invita a ponerte el yugo que es fácil, y la carga que es ligera; si es difícil y agotador el tal, no es de Dios; búscalo y ubícatelopara que le dé descanso a tu alma. Mientras más temprano nos lleguemos a uncir el yugo, más breve será la curva de crecimiento, y dejaremos de sentirnos aturdidos, llegando al nivel de disfrutar esta imposición, y los ayes y las quejas deaparecerán, aprendiendo por las afrentas y aflicciones el porqué y para qué de su labor en nosotros. El desechamiento divino no es para siempre, y tras el castigo oportuno y necesario, el mismo Señor curará nuestras heridas, hasta hacer desaparecer aquellas cicatrices externas, dejando en nosotros hondamente marcadas y arraigadas las huellas de su actividad, haciendo de nosotros aquella nueva creación, la misma que nos hace saber que esto no fue hecho voluntariamente por él; sino que nosotros lo obligamos con nuestra desobediencia; siendo así que el alfarero consigue las vasijas que desea su corazón para los fines ya trazados.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 01/07/2018 MENSAJE # 2582
"Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel; lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí; esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Yahweh no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Yahweh, dijo mi alma; por tanto en él esperaré. Bueno es Yahweh a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Yahweh. Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud. Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso... Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres".
=== Los lamentos correspondientes a las desgracias que se dieron en la tierra de Judá, no eran producto de la mala suerte; sino consecuencias del pecado. El derecho a reclamo era algo inexistente para aquellas almas rebeldes, irreverentes y profanas hasta el extremo. Al quebrantar el pacto, ceder a la idolatría y al paganismo sin tapujos, y pretender deshacerse del Dios vivo como el propietario de la tierra de promisión que les fuera adjudicada por gracia, y al negarse al arrepentimiento que reiterativamente les fuera comunicado, hasta las últimas instancias, ya no hubo más remedio, y la invasión babilónica prometida desde mucho tiempo atrás, llegó a conquistar a la nación impenitente, destruyendo todo lo que había en la ciudad, y llevándose a casi todos cautivos, dejando en el territorio a la gente pobre y sin posibilidades, de modo que una posible resistencia fuera cancelada por muy buen tiempo. La guerra, el hambre, la muerte y la peste se hicieron presentes en la ciudad amurallada, y el espectáculo fue algo desolador, monstruoso, doloroso y terrible; y todo ello tuvo que ver con la naturaleza rebelde de los habitantes de Judá, especialmente de la obstinación de sus dirigentes, llevando a los reyes al desastre. Los falsos profetas, con falsas esperanzas a su sazón, incentivaron la rebelión, y propagaron la obstinación religiosa, engañándose a sí mismos con supuestas esperanzas que el Padre no ofreciera, y que sus seudo-profetas y malos dirigentes les ofrecieran vanamente.
=== Esta tercera lamentación llega a tornarse un tanto reflexiva, y en medio de todas las cosas, se puede considerar el plano de la misericordia divina. El profeta hace una descripción bastante gráfica de todo el castigo que llegó a la nación hebrea, asombrándose del enojo divino por la necedad de ellos, y su soberbia, que exigía el castigo hasta el límite como premio a su obstinación. El látigo de la ira divina, fue probado por los necios elegidos, Y CUANDO TÚ PROCURAS HUIR DEL CASTIGO DIVINO, NO HAY ESCAPE, y tus clamores no serán oídos; comprobarás también que la puntería divina no falla jamás, exponiéndote con cada nuevo acierto, hasta hacerte perder la esperanza cuando quedas exánime, y será en ese instante en que el paroxismo de tu dolor te hará reflexionar, y ver cómo era tu vida antes de tus rebeldías y perversiones, y en ese dolor de tu alma, comprenderás que las reprensiones divinas, y sus castigos, no buscan eliminarte; sino devolverte a la cordura, y en medio de su cuerpo maltrecho o magullado, el Señor te revela opciones, y te extiende su mano para que, arrepentido, te recuperes, sintiendo cómo su balsámica mano acaricia tu corazón y te va recobrando progresivamente, alejando el dolor, y trayendo el alivio y el confort que tanto necesitabas.
=== La misericordia de Yahweh es la que evita que seamos consumidos por nuestras maldades, y en un acto de bondad muy peculiar, te hace ver su bondad para los ue en él esperan, para el alma que le busca. Él te invita a ponerte el yugo que es fácil, y la carga que es ligera; si es difícil y agotador el tal, no es de Dios; búscalo y ubícatelopara que le dé descanso a tu alma. Mientras más temprano nos lleguemos a uncir el yugo, más breve será la curva de crecimiento, y dejaremos de sentirnos aturdidos, llegando al nivel de disfrutar esta imposición, y los ayes y las quejas deaparecerán, aprendiendo por las afrentas y aflicciones el porqué y para qué de su labor en nosotros. El desechamiento divino no es para siempre, y tras el castigo oportuno y necesario, el mismo Señor curará nuestras heridas, hasta hacer desaparecer aquellas cicatrices externas, dejando en nosotros hondamente marcadas y arraigadas las huellas de su actividad, haciendo de nosotros aquella nueva creación, la misma que nos hace saber que esto no fue hecho voluntariamente por él; sino que nosotros lo obligamos con nuestra desobediencia; siendo así que el alfarero consigue las vasijas que desea su corazón para los fines ya trazados.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 01/07/2018 MENSAJE # 2582
UN ANÁLISIS COHERENTE DE LAS PREMISAS DEL CASTIGO DIVINO NOS PUEDEN DAR LA MADUREZ DEL CASO PARA SER ENSEÑADOS AUN EN MEDIO DE LA TRIBULACIÓN Y LA ANGUSTIA, SABIENDO QUE AL FINAL VEREMOS SU ROSTRO EN PAZ Y BENDITA COMUNIÓN
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