LIMA - PERÚ SÁBADO 14 DE JULIO DEL 2018 MENSAJE # 2607
LUCAS 12:21-31. (VERSIÓN REINA-VALERA CONTEMPORANEA).
"Después, Jesús dijo a sus discípulos: Por eso les digo que no se preocupen por su vida ni por lo que han de comer, ni por su cuerpo ni por lo que han de vestir. La vida es más que la comida, y el cuerpo es más que el vestido. Fíjense en los cuervos: no siembran, ni siegan; no tienen almacenes ni bodegas, y no obstante Dios los alimenta. ¿Acaso no valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por mucho que lo intente, puede añadir a su estatura un codo? Pues si ustedes no pueden hacer ni lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por lo demás? Fíjense en los lirios, cómo crecen, y no trabajan ni hilan; pero yo les digo que ni aun Salomón, con todas sus riquezas, llegó a vestirse como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¿cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe? Así que no se preocupen ni se angustien por lo que han de comer, ni por lo que han de beber. Todo esto lo busca la gente de este mundo, pero el Padre sabe que ustedes tienen necesidad de estas cosas. Busquen ustedes el reino de Dios, y todas estas cosas les serán añadidas".
=== Tanto el afán, como la ansiedad, componen para nosotros los estados del ánimo que hacen que nos olvidemos de lo principal en el ámbito de lo espiritual. Estas cosas nos separan del plano más importante de nuestra realización como hijos de Dios, tornándonos anímicos y vacilantes, dubitativos y despistados; derivando nuestra atención hacia asuntos de importancia complementaria, haciendo que nuestra escala de valores cambie sus perspectivas, anteponiendo lo urgente a lo importante y trascendente, nociones que pueden darse en un ser bipartito (cuerpo-alma, en ese orden) que vive solamente en el orden de lo natural y perecedero, dejando atrás los valores eternos; llegando a ser como Giezi, el criado y probable sucesor de Eliseo en el panorama profético israelita; quien juzgando a su maestro como un torpe negociante del ministerio profético de balaámica cepa, corrió detrás del sirio Naamán, para quedarse con una parte de lo que este general recién convertido había traído para ofrecérselo como presente al siervo de Dios que lo curara de su lepra, y le presentara al Dios vivo como el único Dios a quien debía de adorar. Giezi pensaba en su futuro inmediato y mediato, y el ministerio quedaba en un segundo plano, al proyectarse en el sentido natural, pensando en sus propiedades, ganados, fama y riquezas, que no le venían mal a nadie ... ¡Valores prácticos! Y junto con ese 'tesoro guardado', vino también la lepra a convertirse en parte de la herencia.
=== El afán se presenta en estas formas: 1) Como un trabajo esforzado, solícito y congojoso; o 2) Como un anhelo vehemente que no le da tregua al corazón; y la ansiedad, se destaca como un estado del ánimo que se traduce en: (1) Agitación, (2) Inquietud y (3) Una constante zozobra, que nos absorbe, y nos aleja del plano principal en el que la Deidad nos llamara a vivir. El Señor, nos ayuda a contemplar nuestras prioridades en su exacta dimensión, diciéndonos que NO NOS PREOCUPEMOS, y la preocupación es definida aquí como una impresión que hace algo en el ánimo de uno, de modo que no le permite admitir alguna otra perspectiva; una ofuscación del entendimiento originada por pasión, error, etc.; o el tener cuidado, desvelo o previsión de alguna contingencia adversa. Y es nuestra falta de confianza en el divino obrar, lo que nos pone en guardia sobre una posible 'defección divinal' (una forma de disculpar nuestras falencias o torpezas en el accionar de nuestra naturaleza bipartita), la misma que 'no siente que Dios esté obrando de consuno con ella'. Esos dos aspectos son abarcados en el verso 22 al referir la vida del cuerpo, y el abrigo del mismo (ambas, necesidades primarias, con la impresión de que Dios las olvida muy frecuentemente). Al cotejarlas y compararlas, entendemos que la vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Entonces Dios apunta a la naturaleza, y nos muestra a los cuervos, los cuales no mueven una pluma o un ala para conseguir su alimento, ni tienen una organización dedicada a ello, y Dios los alimenta, y nosotros valemos mucho más que todas las aves para nuestro Padre celestial. Luego se desplaza a nuestra talla o estatura y medidas, recordándonos que no hemos podido afectar las tales a pesar de nuestros recursos, y él nos dice que estas son cosas muy pequeñas que nos están retrasando en cuanto al reino.
=== Y el Señor pasa del traje de faena, y del jean, al esmóquin (así se escribe en español), y se refiere a Salomón, argumentando que él nunca tuvo la elegancia y la vistosidad que un lirio sí. Al decirnos que Dios viste la hierba así, para que luego se seque y sirva de leña, es porque le dio tremenda importancia; y es por eso que a ti y a mí nos hizo a su imagen y semejanza, a despecho de nuestra corta duración en la corriente del tiempo. Nuestra subsistencia, y nuestra elegancia (de gala o de sport elegante), dice el Señor que ya está suplida, y que nuestras necesidades son la diaria ocupación (no preocupación) divina... Believe or not! y que no debemos olvidar nuestro efod sacerdotal, y nuestra regio atuendo como los proclamadores de las realidades tripartitas. al saber que somos aquel contingente de individuos que estamos revestidos de su bendita representación.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/07/2018 MENSAJE # 2607.
"Después, Jesús dijo a sus discípulos: Por eso les digo que no se preocupen por su vida ni por lo que han de comer, ni por su cuerpo ni por lo que han de vestir. La vida es más que la comida, y el cuerpo es más que el vestido. Fíjense en los cuervos: no siembran, ni siegan; no tienen almacenes ni bodegas, y no obstante Dios los alimenta. ¿Acaso no valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por mucho que lo intente, puede añadir a su estatura un codo? Pues si ustedes no pueden hacer ni lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por lo demás? Fíjense en los lirios, cómo crecen, y no trabajan ni hilan; pero yo les digo que ni aun Salomón, con todas sus riquezas, llegó a vestirse como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¿cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe? Así que no se preocupen ni se angustien por lo que han de comer, ni por lo que han de beber. Todo esto lo busca la gente de este mundo, pero el Padre sabe que ustedes tienen necesidad de estas cosas. Busquen ustedes el reino de Dios, y todas estas cosas les serán añadidas".
=== Tanto el afán, como la ansiedad, componen para nosotros los estados del ánimo que hacen que nos olvidemos de lo principal en el ámbito de lo espiritual. Estas cosas nos separan del plano más importante de nuestra realización como hijos de Dios, tornándonos anímicos y vacilantes, dubitativos y despistados; derivando nuestra atención hacia asuntos de importancia complementaria, haciendo que nuestra escala de valores cambie sus perspectivas, anteponiendo lo urgente a lo importante y trascendente, nociones que pueden darse en un ser bipartito (cuerpo-alma, en ese orden) que vive solamente en el orden de lo natural y perecedero, dejando atrás los valores eternos; llegando a ser como Giezi, el criado y probable sucesor de Eliseo en el panorama profético israelita; quien juzgando a su maestro como un torpe negociante del ministerio profético de balaámica cepa, corrió detrás del sirio Naamán, para quedarse con una parte de lo que este general recién convertido había traído para ofrecérselo como presente al siervo de Dios que lo curara de su lepra, y le presentara al Dios vivo como el único Dios a quien debía de adorar. Giezi pensaba en su futuro inmediato y mediato, y el ministerio quedaba en un segundo plano, al proyectarse en el sentido natural, pensando en sus propiedades, ganados, fama y riquezas, que no le venían mal a nadie ... ¡Valores prácticos! Y junto con ese 'tesoro guardado', vino también la lepra a convertirse en parte de la herencia.
=== El afán se presenta en estas formas: 1) Como un trabajo esforzado, solícito y congojoso; o 2) Como un anhelo vehemente que no le da tregua al corazón; y la ansiedad, se destaca como un estado del ánimo que se traduce en: (1) Agitación, (2) Inquietud y (3) Una constante zozobra, que nos absorbe, y nos aleja del plano principal en el que la Deidad nos llamara a vivir. El Señor, nos ayuda a contemplar nuestras prioridades en su exacta dimensión, diciéndonos que NO NOS PREOCUPEMOS, y la preocupación es definida aquí como una impresión que hace algo en el ánimo de uno, de modo que no le permite admitir alguna otra perspectiva; una ofuscación del entendimiento originada por pasión, error, etc.; o el tener cuidado, desvelo o previsión de alguna contingencia adversa. Y es nuestra falta de confianza en el divino obrar, lo que nos pone en guardia sobre una posible 'defección divinal' (una forma de disculpar nuestras falencias o torpezas en el accionar de nuestra naturaleza bipartita), la misma que 'no siente que Dios esté obrando de consuno con ella'. Esos dos aspectos son abarcados en el verso 22 al referir la vida del cuerpo, y el abrigo del mismo (ambas, necesidades primarias, con la impresión de que Dios las olvida muy frecuentemente). Al cotejarlas y compararlas, entendemos que la vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Entonces Dios apunta a la naturaleza, y nos muestra a los cuervos, los cuales no mueven una pluma o un ala para conseguir su alimento, ni tienen una organización dedicada a ello, y Dios los alimenta, y nosotros valemos mucho más que todas las aves para nuestro Padre celestial. Luego se desplaza a nuestra talla o estatura y medidas, recordándonos que no hemos podido afectar las tales a pesar de nuestros recursos, y él nos dice que estas son cosas muy pequeñas que nos están retrasando en cuanto al reino.
=== Y el Señor pasa del traje de faena, y del jean, al esmóquin (así se escribe en español), y se refiere a Salomón, argumentando que él nunca tuvo la elegancia y la vistosidad que un lirio sí. Al decirnos que Dios viste la hierba así, para que luego se seque y sirva de leña, es porque le dio tremenda importancia; y es por eso que a ti y a mí nos hizo a su imagen y semejanza, a despecho de nuestra corta duración en la corriente del tiempo. Nuestra subsistencia, y nuestra elegancia (de gala o de sport elegante), dice el Señor que ya está suplida, y que nuestras necesidades son la diaria ocupación (no preocupación) divina... Believe or not! y que no debemos olvidar nuestro efod sacerdotal, y nuestra regio atuendo como los proclamadores de las realidades tripartitas. al saber que somos aquel contingente de individuos que estamos revestidos de su bendita representación.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/07/2018 MENSAJE # 2607.
SI ESTAMOS ATENTOS A LAS DIRECTIVAS, ENCONTRAREMOS RESPUESTAS CALRAS Y PRECISAS PARA RESOLVER TODOS NUESTROS PROBLEMAS, Y PODREMOS ABORDAR LAS LABORES DEL REINO CON UNA TOTAL EFICACIA.
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