viernes, 25 de diciembre de 2015

AUN EN LAS FASES MÁS CRÍTICAS, Y EN LOS MOMENTOS MÁS COMPROMETIDOS ANTE LOS DEMÁS; EL MODO EN QUE NOS AFERRAMOS A DIOS SE HACE TANGIBLE EN TALES CIRCUNSTANCIAS, MOSTRANDO EL CALIBRE DE NUESTRA FE POR LA FORMA EN QUE DESCANSAMOS EN LO QUE DIOS HA DICHO EN LO INHERENTE A LA CRISIS QUE CONFRONTAMOS. LA CONFIANZA DE PABLO SE TRANSFORMÓ EN SANGRE FRÍA FRENTE A LA DIFICULTAD, Y SU ÁNIMO Y CONFIANZA ABIERTOS GANARON UNA SANA ACTITUD EN SUS COMPAÑEROS DE DESGRACIA.

LIMA - PERÚ   VIERNES 25 DE DICIEMBRE DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS.

Hechos 27:23-34.

"Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. Con todo, es necesario que demos en alguna isla. Venida la decimacuarta noche, y siendo llevados a través del mar Adriático, a la medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra; y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas. Y temiendo dar en escollos, echaron cuatro anclas por la popa, y ansiaban que se hiciese de día. Entonces los marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban como que querían echar las anclas de proa. Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros. Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife, y lo dejaron perderse. Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada. Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá".

*** Tras censurar la actitud de los que acordaron zarpar de Creta; no evitando el perjuicio y las pérdidas que podrían no haberse dado; Pablo alienta los corazones de los navegantes, diciendo que no se perdería la vida de ninguno, pero sí la nave en la que viajaban. ¿De dónde sacó eso el judío aquél? De un tiempo de visitación celestial, en el que el ángel Yahweh hiciera contacto con el apóstol, contestando atentamente a su oración intercesora, haciéndole saber la necesidad de que llegue a Roma, ante César; y cómo Dios le había concedido la vida de los doscientos setenta y seis tripulantes de la nave. Mientras que cada uno en el barco se sumergía en sus propias abstracciones, en su miedo de morir, y se llenaban de angustia mortal; Pablo se sometía al arbitrio divino, confiaba en la promesa divinal, y hacía intercesión por la gente que con él viajara, sin hacer acepción de personas, condición o casta, confiando en la divina providencia y en su amplia benevolencia.

*** Pablo, pues, declara públicamente su confianza en que Dios cumplirá lo prometido, reposando en ello (algo que pocos hacemos cuando nos encomendamos al Señor, dudando de su fidelidad y cuidado por nosotros; no dejando la preocupación, mientras que se acentúan nuestras líneas de expresión). El apóstol, pues, con su monólogo, dio por sentado que el divino obrar se cumpliria según lo que le fuera referido, aunque hizo una admonición: "Es necesario que demos en una isla" (v.26). Me encanta ver que cuando un varón de Dios recibe información de arriba, se le solicita que haga su parte. Dios no te está pidiendo que te afanes, sino que te sintonices con él, y que estés alerta para cuando esa promesa suya se cumpla, colaborando con el Padre, para que veas hasta qué punto él se liga con nosotros en principio y actitud, como lo harían dos socios en cualquier negocio. ¿Es así de valiosa nuestra participación con el Señor; o nos tornamos descuidados, inciertos e indiferentes?

*** Los marineros llegaron a entender las palabras de aliento del apóstol Pablo, conservando su agudeza, y estando muy atentos a la posibilidad de encontrar tierra, percibieron que se hallaban cerca de alguna isla. El sonido de las olas, y otras señales les hacían saber que la tierra estaba cerca; y echando la sonda para saber la profundidad, hallaron veinte brazas, y pasando un poco más adelante fueron quince; ¡inequívocamente se acercaban a una isla! ¿Qué tanto? Y entendiendo que hallarían escollos, echaron cuatro anclas por la popa, anhelando el amanecer, y el poder ver qué tanto estaban cerca de tierra. Y los marineros, intentando huir de la nave, y dejar a todos al garete y sin saber qué hacer, siendo observados por Pablo, echaron el bote salvavidas al mar, aduciendo que querían "largar las anclas de proa"; y el Espíritu le hizo intuir a Pablo que si ellos no permanecían en la nave, morirían todos. La pericia y practicidad de aquellos egoístas que pretendieran abandonar a los navegantes, se hacía necesaria para poder llegar a salvo hasta aquella isla. Y los soldados romanos cortaron las amarras del esquife dejando que éste se perdiera en el mar.


*** Casi al amanecer, Pablo exhortó a los presentes a alimentarse, porque ya eran dos semanas que nadie comía nada; y si zozobraban, iban a necesitar de toda su energía para poder llegar a la orilla, instándolos a superar su momentána flaccidez, y a convencerse que todos salvarían sus vidas con toda seguridad. Aunque el momento crítico hacía trizas su minúscula fe (basada en las palabras del apóstol), algo dentro de ellos, instintivamente los llevaba a acatar las paulinas sugerencias, como veremos más adelante. El temor de morir es una de las fortalezas más grandes para el enemigo de nuestras almas, y una de las trampas caza bobos que más resultados le da en estados de incertidumbre. Lo único de lo que podían asirse, era de aquellas palabras de fe vertidas por el preso Pablo, las que llegaron a tener el protagonismo en su fuero interno.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   25/12/2015

1 comentario:

  1. CUANDO EL PELIGRO ES ALGO INMINENTE, Y SE CONFRONTA UNA CRISIS DE OBEDIENCIA, DIFÍCILMENTE PRIMA EL SENTIDO COMÚN. CADA INTERVENCIÓN DE PABLO FUE PUNTUAL; CADA FRASE, MEDIDA A CABALIDAD; Y SIEMPRE FUE PARA MANTENER A FLOTE EL ÁNIMO DE TODOS. Y PARA SER CELOSO DE GUARDAR TODO LO QUE DIOS LE HABÍA REFERIDO; AUN AL EVITAR EL ESCAPE DE LOS MARINEROS. Y LA OBEDIENCIA INMEDIATA DE LOS SOLDADOS ROMANOS PARA SOLTAR LAS AMARRAS DEL ESQUIFE, SALVANDO LA INTEGRIDAD DE LOS DOSCIENTOS SETENTA Y SEIS TRIPULANTES.

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