LIMA - PERÚ DOMINGO 27 DE DICIEMBRE DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS
Hechos 28:1-10.
"Estando ya a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendieron un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío. Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas, las echó al fuego, y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano. Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir. Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció. Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de repente; mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios. En aquellos lugares había propiedades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y hospedó solícitamente tres días. Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó. Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados; los cuales también nos honraron con muchas atenciones, y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias".
*** Lucas nos refiere los hechos de los primeros instantes en aquella isla que, cuando ves el mapa, puedes notar como el Señor dirigió la nave rumbo a Roma, recorriendo medio mar Mediterráneo, y acercándolos a Sicilia. En medio de todo lo que pudo pasar, incluidos las tormentas y los huracanes, la mano de Dios, de modo providencial preservó la vida de aquellas personas, llevándolas a un lugar muy próximo a su destino ¡Abba es maravilloso!
*** La isla se llamaba Malta, al sudoeste de Sicilia. La gente de la isla se comportó de un modo muy cordial y amable para con toda la gente que llegó hasta ellos por el divino designio; y digo esto por todo lo que pasaría con ellos durante su estadía allí, teniendo a Pablo como protagonista, mostrando las bondades de la gracia divina, y el poder para preservar la vida de su elegido contra viento y marea. Así, la lluvia, el frío, los cuerpos húmedos, y el desaliento, dejaron de cubrir a los náufragos; siéndoles prodigadas las atenciones de los malteses con toda la fraternidad de la que fueran capaces. Pablo, fue a recoger leña, implicando su sentido de participación y camaradería; y cuando echó la leña al fuego, una víbora que huía del calor se prendió de su mano, llamando la atención de la gente de la isla, quienes asumían que Pablo era un asesino, y que era castigado por la "justicia divina" (esa manera de pensar es muy común entre ciertos "hermanos en Cristo" cuando se trata de juzgar al resto, pensando y hablando lo peor, llevándote desde las prisiones eventuales, hasta el lago de fuego, en un viaje de ida solamente; el recobro o la redención no tiene cabida en sus bocas).
*** Esa filosofía de pagana factura, de religioso cuño, y de dogmática ponencia; vio a Pablo, sacudirse la víbora en el fuego (¡Nadie quiso el chicharrón de ofidio después!); y el morbo de los naturales aguardó por las consecuencias de la mordedura (mismos Dostoievskis en su Crimen y Castigo, observando la agonía de una culpable conciencia); y aunque aguardaron por mucho tiempo, esperando algún síntoma o señal, o que se hinchase o se cayese muerto; y viendo que el largometraje se extendía demasiado en la pantalla, abandonaron el cine; y llegaron a la conclusión de que el apóstol era algún dios. La "sabiduría de la filosofía profana" cultiva el sistema de las opiniones siempre cambiantes, que son más cómodas que las posiciones fijas e inalterables, que son clásicas de Dios. Lucas no nos dice si a Pablo lo adoraron o si le levantaron algún monumento; acusaremos a los naturales de una "idolatría limitada".
*** Publio, el hombre principal de la isla, los trató muy solícitamente por tres días; y en esa intimidad se enteraron que su padre estaba enfermo, con fiebre y disentería; y sin más trámite "aquel dios salido del mar" fue a visitarle, oró por él, y luego le impuso las manos y lo sanó. Los naturales hicieron cola para visitar al sanador aquel, siendo sanados de cualquier enfermedad que tuviesen. Esta actitud paulina hizo que los naturales se prodigaran hasta lo sumo en cuanto a sus atenciones. La forma en la que se desarrollaron las cosas dejaba perplejo al centurión, al piloto y al dueño de la nave naufragada; a Publio y a su padre; y a todos los malteses, a los cuales seguramente Pablo les predicara el evangelio durante los próximos noventa días, antes de zarpar. Aquella isla no tuvo nunca una dicha tan extensa, y todos los que iban en la nave no pudieron menos que maravillarse de las injusticias hechas con aquel hombre de Tarso de talla tan singular.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 27/12/2015.
LA PRESENCIA DE AQUEL NÁUFRAGO JUDÍO LLEGÓ A CONSTIUIRSE PARA LOS MALTESES EN UNA BENDICIÓN DE TRES MESES, MUCHAS PERSONAS SANADAS, UNA VÍBORA MENOS EN LA ISLA; UNA PERSPECTIVA CORRECTA ACERCA DEL AMPARO DIVINO SOBRE SUS SIERVOS UNGIDOS, Y UNA GLORIOSA VISITACIÓN QUE LES TRAJO AQUELLA TORMENTA TROPICAL, LLEVÁNDOLES BENDICIÓN Y VIDA ETERNA.
ResponderEliminar