CADA UNA DE LAS REFERENCIAS A ABRAHAM Y MELQUISEDEC NOS PERMITEN SACAR CONCLUSIONES DE ORDEN IRREBATIBLE SOBRE LO QUE CADA QUIEN REPRESENTA PARA DIOS Y SUS INTERESES, TANTO EN LAS GENERACIONES COMO POR LAS EDADES, OBTENIENDO SU BENEPLÁCITO SEGÚN LO PROGRAMADO.ES MAGISTRAL LA FORMA COMO EL AUTOR SAGRADO HACE PLANOS COMPARATIVOS, PROPONIENDO CONTRASTES, DEJANDO QUE LA REALIDAD SE EVIDENCIE POR SÍ MISMA.

LIMA - PERÚ   DOMINGO 10 DE ABRIL DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS

Hebreos 7:4-10.

"Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro".

*** Al solicitar a los destinatarios que consideren, o pesen en balanza, la grandeza del sacerdote Melquisedec, lo hace para que se distinga plenamente lo que cada uno representa para Yahweh, y los honores y roles protagónicos, cada uno dentro de su contexto, que les correspondieran. Si miramos a Abraham, el patriarca, como el padre de la fe; nos llena de consternación que alguien sobre la faz de la tierra pudiera tener una mayor significación que él; pero el vínculo célico-pedestre se mantenía a través de Melquisedec, y seguiría siendo así a pesar de la inclusión del sacerdocio levítico, el cual tras cumplir su cometido simbólico, dejaría de ser, retornando a su fuente original el sacerdocio según el orden de Melquisedec del que Jesús fuera declarado SACERDOTE PARA SIEMPRE, y SUMO SACERDOTE (He.5:6, 10).

*** El dar los diezmos a Melquisedec, proponía el reconocimiento tácito de Abraham ante el representante mismo de la Deidad, entendiendo claramente su rol trascendental; sometiendo el suyo, que era patriarcal y profético; hasta la aparición de la simiente divina en el seno familiar, dándole el sello de la sobrenaturalidad a su existencia, introduciéndolo en la cronología humana mediante el prodigio de un nacimiento humanamente imposible, pero oficiado por Dios para el cumplimiento de su propósito, haciendo todo como él acostumbra: SOBRENATURALMENTE.

*** El diezmo, bajo el orden levítico, estaba debidamente establecido, tomando la tribu elegida de entre sus hermanos esta décima parte dedicada a Dios para servir a todos los israelitas como nexo entre el cielo y la tierra, disponiendo colectivamente de la herencia en la tierra prometida. Y ello fue establecido por mandamiento divino, independientemente del hecho de provenir del mismo progenitor. Y al ver que alguien que no perteneciera a esta casta, recibe los diezmos (recordemos que todavía no se habían establecido los tales, pues ello vino mucho después, y se hizo norma en el pueblo judío aunque su precedente tuviera ya muchos siglos de existencia), nos puede parecer inaudito, insólito, increíble, inadecuado, indebido, etc.; pero si Abraham hizo esto, fue porque se sintió impelido a hacerlo por una divina instancia, y nunca vimos que Dios se opusiera a tal designio.

*** Añadimos a ese hecho el que Melquisedec bendijera a Abraham en el nombre del Dios Altísimo (El Elyon), asumiéndolo después el patriarca como su estandarte particular (Gn.14:19, 22), lo cual ya resulta el colmo para la mente judaica. El autor apela a un principio inalterable: El menor es bendecido por el mayor. El reconocimiento de ese hecho por Abraham, involucró a los que él llevara en sus lomos, algo a lo que se refiere muy puntillosamente el autor más adelante. Los diezmos, en lo natural, son recibidos por hombres mortales, pero en este párrafo se nos indica que el que los recepcionó VIVE en el contexto de las edades. Es más, se nos refiere que el mismo Leví, quien recibe los diezmos, tuvo que diezmar ante este majestuoso, glorioso e insigne personaje, haciéndolo en los lomos de su padre. El autor, mediante estos considerandos, nos ha mostrado que Melquisedec era mayor que Abraham; sí, mayor que el padre de nuestra fe. ¿Quién es este personaje extraordinario? El autor responderá a esta interrogante en los siguientes párrafos.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   10/04/2016