EL PANORAMA REVELACIONAL ES INTERRUMPIDO AQUÍ PARA HACER REFLEXIONAR A LOS DESTINATARIOS ACERCA DE LOS VALORES ESPIRITUALES QUE LA MISMA PALABRA DE DIOS NOS MUESTRA, EVIDENCIANDO ASÍ LA SUPERIORIDAD E INSUPERABILIDAD DE LA INDIVIDUALIDAD Y EL OBRAR DE CRISTO; Y DE LO TRISTE QUE ES QUE NO SE HAYA PRESTADO ATENCIÓN A LA ENSEÑANZA, Y HABERLA RECIBIDO COMO LO QUE ES: LA MISMÍSIMA PALABRA DE DIOS. LA NIÑEZ Y LA MADUREZ CONTRASTADAS, TENIENDO COMO BASE EL VALOR DE LO RECIBIDO

LIMA- PERÚ  DOMINGO 03 DE ABRIL DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS

Hebreos 5:11-14.

"Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios: y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal".

*** Conforme el autor sacro fue avanzando en el plano revelacional acerca de Jesús, se descubría la necesidad de quienes no habían absorbido la enseñanza puntual que se impartiera con anterioridad; y es por eso que el hagiógrafo se detiene aquí para hacerles conocer su evaluación respecto al crecimiento espiritual que lleva a la madurez, y a la aceptación divina que te ubica en la gloria. ¿Por qué parecía que no había una progresión sistemática, y no se asumía la realidad divinal hasta alcanzar plenitud?

*** El autor hace esta referencia: Tengo mucho que decir, pero resulta difícil explicarles porque OS HABÉIS HECHO TARDOS PARA OÍR. No es que el maestro fuera incompetente, las carpetas incómodas, o la currícula deficiente; el problema estaba en sus oídos y en su intención, los cuales consideraban las cosas de Dios por debajo de las "cosas más importantes", incitándolos a la desidia y al menosprecio por la enseñanza: "Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable" (2Co.10:10).

*** Todo lo vertido hasta ese momento en ellos, haciendo un cálculo muy certero, habría hecho de ellos unos maestros, después de tanto tiempo; pero cuando hay la necesidad de retroceder y recomenzar desde la etapa de párvulos, comenzando con el ABC del evangelio, no podemos menos que sorprendernos, asombrándonos de la dejadez y despreocupación por los valores espirituales que forjaran la estructura básica del cuerpo de la verdad que compone nuestra fe; y tras hacer una concienzuda evaluación respecto a la estatura espiritual de los destinatarios, le hace ver la necesidad de preparar biberones para los bebés, llevándose los alimentos sólidos por "indigeribles".

*** El inspirado autor, hará notorio que el participar de la leche, no compone el desconocimiento de la palabra, sino el jamás haberla puesto por obra para experimentar lo real de la misma. Y la palabra de justicia nos habla de la justipreciación de la obra de Cristo en la cruz del Calvario, de la justicia perdurable que nos concedió la eterna salvación, y que no está oscilando de continuo entre dos pensamientos, claudicando en su posición ante la Deidad. Todos los que dudan sobre lo que Cristo hizo por ellos, en calidad de creyentes, ofenden al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, quienes han interactuado en el plano redentivo para que todos podamos gozarnos de nuestra posición en Dios, la misma que no tiene intermitencias, y que nos dice que todas las promesas son en Cristo Sí y Amén (2Co.1:20).

*** La niñez, está habituada a los movimientos pendulares, y "sus capacidades en Dios" oscilan con ellos, en luces enseriadas que se prenden y se apagan; pero que no tienen una posición fija, siendo cual luciérnagas seudo espirituales. En contraposición, los que alcanzaron la madurez con la misma enseñanza que se le impartió a ellos, no dejan (continuidad como factor básico para el adecuado crecimiento espiritual) de discernir lo bueno de lo malo; eligiendo lo primero, y desechando lo segundo. Su bien y su mal no tienen relación con el árbol del bien y del mal; sino con el árbol de la vida, separando lo verdadero de lo aparente, y lo genuino de lo falsificado. El uso, pues, de nuestras dotaciones espirituales, nos harán aptos para el regio fluir en esta esfera.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   03/04/2016