LIMA - PERÚ VIERNES 15 DE ABRIL DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS
Hebreos 9:1-8.
"Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaba el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie".
***La gloria pactual, como todo lo que del Padre procede, siempre tiene un orden específico al cual es preciso ceñirse para serle agradables. Tanto las ordenanzas de culto, como el santuario terrenal, les permitían saber cómo acercarse a Dios, y cómo fluir en su presencia (simbólicamente), manteniendo la verticalidad y el recogimiento que le eran propios a las funciones litúrgicas. Al versar sobre la disposición de los muebles tabernaculares, se nos da una perspectiva ordinal y correcta sobre la utilización de los mismos, y su sentido aplicativo en el nuevo testamento. Aquí no se consideran los dos primeros muebles del tabernáculo, los que estaban en el atrio, y simbólicamente nos hacen reconocer el sacrificio vicario, y el bautismo en agua, que son nuestras posiciones preliminares al ingresar en el panorama que rige nuestra vida espiritual y anímica, las cuales habitan en el interior tabernacular.
*** Continuando con la visión panorámica del tabernáculo, el autor menciona que en el Lugar Santo, al cual denomina la primera parte del tabernáculo o celeste habitación, tiene tres muebles, aunque solamente se mencionan dos:
(I) El Candelabro (Representa la Iglesia en su espiritual fluir);
(II) La Mesa de los panes (Representando la comunión y la aceptación divina de los que componen la familia de Dios); y, tras el segundo velo estaba el Lugar Santísimo, donde había un incensario de oro (no confundir con el altar del incienso) y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes (dentro y fuera, implicando el cómo Yahweh nos envuelve con su naturaleza divinal); y
(1) Una urna conteniendo el maná (la divina provisión, que apuntara al pan de vida);
(2) La vara de Aarón que reverdeció (la vida de resurrección o vida genérica que no moriría), y (3) Las tablas del pacto (que representan la santidad divina complacida en el plano célico-pedestre), componiendo todo ello lo único que habitará en su presencia para siempre.
*** Y continúa, porque no se ha olvidado, con lo que corona el arca, los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio, hechos de una pieza con el tal, implicando la redención que permite el contacto con la celeste esfera por la vía sacrificial, y que era el lugar desde donde Dios se comunicara con Moisés: de en medio de los querubines, forjando la trina comunión con la humanidad escogida por esta triple representación célica: Yahweh, y los dos querubines (Éx.25:21-22). Este es el lugar de la Intimidad con la Deidad; el simbólico Edén, la Gloria Shekinah, la fusión de la Estrella de David (1Jn.5:7-8). Estas eran las cosas de las que el autor sagrado consideraba que no se podía hablar en detalle (He.9:5).
*** Volviendo a la enjundiosa narrativa, arguye que en la primera parte se ingresaba muchas veces para cubrir la liturgia cultual; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, en la fiesta del Yom Kippur, podía entrar, llevando consigo la sangre que ofrecía por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo... Y ojo aquí: Dando el Espíritu Santo a entender la no manifestación del camino al Lugar Santísimo, mientras que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Aquí hemos de recordar a los serafines quienes pronunciaran el cnocido: "santo, santo,santo, Yahweh de los ejércitos" (Is.6:3), que no se refería a un Dios tres veces santo, sino al superlativo hebreo: Santísimo, ya que los santos se habrían identificado con Dios en su pensar, sentir y definir, que son los que definen nuestras almas personales ante el Señor. Así, pues, el intelecto, las emociones y la voluntad se habrían identificado totalmente con el Señor, haciendo accesible su herencia. Las realidades neocreacionales no nos pueden afectar si seguimos ligados a lo perentorio; y será la combustión del incienso lo que será capaz de traspasar la gruesa cortina que separa el Lugar Santo del Santísimo como veremos con posterioridad.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/04/2016
***La gloria pactual, como todo lo que del Padre procede, siempre tiene un orden específico al cual es preciso ceñirse para serle agradables. Tanto las ordenanzas de culto, como el santuario terrenal, les permitían saber cómo acercarse a Dios, y cómo fluir en su presencia (simbólicamente), manteniendo la verticalidad y el recogimiento que le eran propios a las funciones litúrgicas. Al versar sobre la disposición de los muebles tabernaculares, se nos da una perspectiva ordinal y correcta sobre la utilización de los mismos, y su sentido aplicativo en el nuevo testamento. Aquí no se consideran los dos primeros muebles del tabernáculo, los que estaban en el atrio, y simbólicamente nos hacen reconocer el sacrificio vicario, y el bautismo en agua, que son nuestras posiciones preliminares al ingresar en el panorama que rige nuestra vida espiritual y anímica, las cuales habitan en el interior tabernacular.
*** Continuando con la visión panorámica del tabernáculo, el autor menciona que en el Lugar Santo, al cual denomina la primera parte del tabernáculo o celeste habitación, tiene tres muebles, aunque solamente se mencionan dos:
(I) El Candelabro (Representa la Iglesia en su espiritual fluir);
(II) La Mesa de los panes (Representando la comunión y la aceptación divina de los que componen la familia de Dios); y, tras el segundo velo estaba el Lugar Santísimo, donde había un incensario de oro (no confundir con el altar del incienso) y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes (dentro y fuera, implicando el cómo Yahweh nos envuelve con su naturaleza divinal); y
(1) Una urna conteniendo el maná (la divina provisión, que apuntara al pan de vida);
(2) La vara de Aarón que reverdeció (la vida de resurrección o vida genérica que no moriría), y (3) Las tablas del pacto (que representan la santidad divina complacida en el plano célico-pedestre), componiendo todo ello lo único que habitará en su presencia para siempre.
*** Y continúa, porque no se ha olvidado, con lo que corona el arca, los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio, hechos de una pieza con el tal, implicando la redención que permite el contacto con la celeste esfera por la vía sacrificial, y que era el lugar desde donde Dios se comunicara con Moisés: de en medio de los querubines, forjando la trina comunión con la humanidad escogida por esta triple representación célica: Yahweh, y los dos querubines (Éx.25:21-22). Este es el lugar de la Intimidad con la Deidad; el simbólico Edén, la Gloria Shekinah, la fusión de la Estrella de David (1Jn.5:7-8). Estas eran las cosas de las que el autor sagrado consideraba que no se podía hablar en detalle (He.9:5).
*** Volviendo a la enjundiosa narrativa, arguye que en la primera parte se ingresaba muchas veces para cubrir la liturgia cultual; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, en la fiesta del Yom Kippur, podía entrar, llevando consigo la sangre que ofrecía por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo... Y ojo aquí: Dando el Espíritu Santo a entender la no manifestación del camino al Lugar Santísimo, mientras que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Aquí hemos de recordar a los serafines quienes pronunciaran el cnocido: "santo, santo,santo, Yahweh de los ejércitos" (Is.6:3), que no se refería a un Dios tres veces santo, sino al superlativo hebreo: Santísimo, ya que los santos se habrían identificado con Dios en su pensar, sentir y definir, que son los que definen nuestras almas personales ante el Señor. Así, pues, el intelecto, las emociones y la voluntad se habrían identificado totalmente con el Señor, haciendo accesible su herencia. Las realidades neocreacionales no nos pueden afectar si seguimos ligados a lo perentorio; y será la combustión del incienso lo que será capaz de traspasar la gruesa cortina que separa el Lugar Santo del Santísimo como veremos con posterioridad.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/04/2016
SERÁ PRECISO INTERIORIZARSE EN EL TABERNÁCULO, PARA DESCUBRIR EL PLANO REPRESENTATIVO Y EL SISTEMA DE ADORACIÓN ARQUEOTESTAMENTRIO; PARA PODER HURGAR, JUNTO CON EL AUTOR SAGRADO, LAS REALIDADES QUE HABRÁN DE AFECTARNOS DENTRO DEL NUEVO PACTO. ES IMPERATIVO QUE ESTEMOS ATENTOS A TODO LO QUE SE NOS MUESTRA, PARA NO PERDER DETALLE.
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