sábado, 2 de abril de 2016

EL CRISTO, SEGÚN LA CARNE, HABÍA DE PASAR POR EL PROCESO DIVINAL ACORDADO PARA QUE FUERA APTO AMPLIAMENTE PARA OCUPAR SU POSICIÓN COMO SUMO SACERDOTE SEGÚN EL ORDEN DE MELQUISEDEC. AUNQUE POSEAMOS LAS APTITUDES DEL CASO, SI LAS TALES NO SON PROBADAS A CABALIDAD, NO TENEMOS LA GARANTÍA DE QUE NO COLAPSARÁN A LOS GRADOS DE PRESIÓN A QUE DEBEN SER SOMETIDAS. EL PADRE NO DEJA NADA AL ACASO. ¡ACUÉRDATE DE ELLO EN MEDIO DE TUS CUITAS!

LIMA - PERÚ  SÁBADO 02 DE ABRIL DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS

Hebreos 5:7-10.

"Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec".

*** El orden nuevo, que precediera al levítico en el plano temporal (el de Melquisedec), debía aparecer con los rigores del caso, siendo probado hasta el extremo. Y el autor nos llama a contemplar a Jesús en los "días de su carne", esto es, antropomorfizado, para que lo veamos y lo juzguemos en su humano fluir. Si alguno pensaba que un frío Jesús observaba las cosas como algo que él ya sabía, o que dominaba completamente, deberá observar lo que el autor dice a continuación. ¿Qué ofrecía Jesús? Ruegos y súplicas: esto equivale a una rogativa humilde y sumisa; pero en el foro judicial es un recurso contra la sentencia de vista del tribunal superior ante el mismo; ¿sería factible revocar un mandato divino, y hacerlo de alguna otra forma que no implique un sacrificio de esa naturaleza? 

*** Pero no, no es que Jesús se aterrara por la muerte de cruz; sino que rogaba para ser librado de una muerte prematura, pues el dolor que experimentó en el huerto de Getsemaní estaba a punto de exterminarlo, y un ángel fue enviado para consolarlo e impartirle fortaleza; ¡pero no para librarlo! El preludio de la cruz anunciaba el horno de aflicción que le tocaría a Jesus sufrir por nosotros. El temor reverente lo llevó a suplicar; no a exigir o demandar; y el autor nos dice que "... Fue oído a causa de su temor reverente". Su posición de Hijo no lo eximió en ninguna forma del padecimiento y la aflicción; nosotros oramos siempre: "Líbranos, Señor", no considerando que nuestro entrenamiento nos hará aptos para sobrellevar momentos grises y una serie de vicisitudes, habiendo de experimentar las asperezas de nuestra cruz, que nadie tallara o lijara para una "eventual comodidad sacrificial". Cristo experimentaba en carne propia nuestras crisis humanas, los pensamientos atravesados, y todas las cosas que el pecado deformara, haciendolas extremadamente torturantes, hasta hacer más deseable la muerte que la vida.

*** Y ¡gloria a Dios! ello hizo a nuestro sumo sacerdote apto para operar en el nuevo orden institucional que haría de su intervención ante el Padre sacrificios aceptos y agradables, que la Deidad Paterna recibía con placer. El autor inicia este verso con la expresión: "Y habiendo sido perfeccionado", implicando una obra completa y absoluta del panorama redentivo, tanto en Jesús como el Cordero de Dios, y su aptitud para ser nuestro sumo sacerdote en un plano eternal, y adiciona que él vino a ser el autor de la eterna salvación de aquellos que le obedecen. Dios se ocupó de  recuperarnos, restaurarnos y restituirnos al orden al que pertenecíamos en calidad de hijos amados; y entonces, fue declarado por el Padre como nuestro sumos sacerdote según el orden de Melquisedec.


*** El autor ha subido el tono, yendo de menos a más, comprobando la superioridad de Cristo al cotejarlo con todo lo que ante la mente hebraica fuera de un valor supremo. Cada aspecto, individualidad, servicio sacerdotal, o lo que fuera; no podía equipararse con la persona del Hijo de Dios y su trabajo en el orden redentivo, en el cual está puesta nuestra confianza.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  02/04/2016

1 comentario:

  1. EL ENTRENAMIENTO DE NUESTROS HIJOS SUPONE UNA GRAN RESPONSABILIDAD, Y ES POR ESO QUE HAN DE SER CRIADOS EN LA DISCIPLINA Y AMONESTACIÓN DEL SEÑOR, DEL ADECUADO ENTRENAMIENTO SURGE LA APTITUD Y SUFICIENCIA PARA EJECUTAR LA DIVINA ORDENACIÓN CON LA COMPETENCIA REQUERIDA, AJUSTADA A LA VISIÓN Y AL PROPÓSITO.

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