viernes, 8 de abril de 2016

EL VALOR ETERNAL DEL OFICIO DIVINO SUMO SACERDOTAL, HABRÍA DE DEJAR SUS SEÑALES O HITOS EN LA CORRIENTE DEL TIEMPO, PARA QUE EL PLANO ETERNAL SE VIERA REFRENDADO EN AMBAS ESFERAS: LA TERRENAL Y LA CELESTIAL. LA FIRMEZA E INAMOVILIDAD DE LA ESPERANZA, SIGUEN DONDE SIEMPRE HAN ESTADO, EN EL CENTRO DE LA VOLUNTAD DE DIOS; GUARDÁNDONOS, AGUARDÁNDONOS, ASEGURÁNDONOS Y AFIRMÁNDONOS.

LIMA - PERÚ  VIERNES 08 DE ABRIL DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS

Hebreos 6:16-20.

"Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que henos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec".

*** A continuación, el autor sagrado nos compartirá el valor trascendente del juramento divino evidenciando que su duración posee la característica singular de la inalterabilidad, pues así como el Señor sostiene todas las cosas con la palabra de su poder, así sostiene el juramento que sale de su boca, tornándolo real e inmutable, válido por todas las edades.

*** El juramento que los hombres hacen, involucra a alguien que en todo sentido es mayor que ellos, proponiendo su integridad y veracidad como una garantía de que el tal se cumplirá. Y fue así que se instituyó el juramento como una señal de confirmación de que todo lo prometido o asegurado por alguien se cumpliría a cabalidad, conforme a lo dicho, adquiriendo un valor pactual para los comprometidos o juramentados. Y esa fue la razón por la que Yahweh, para dar a entender la invariabilidad y sostenibilidad de su consejo, interpuso juramento, mostrando así su compromiso como algo que no se podría alterar de ninguna manera; impartiéndole plena seguridad a los herederos.

*** El autor refrenda que son dos las cosas inmutables que deben inyectarnos confianza plena durante el trámite de nuestra peregrinación santificante: La promesa, y el juramento que lo convalida. Cuando se nos dice que es imposible que Dios mienta, y mucho menos en algo tan serio como su compromiso redentivo, es porque se quiere incentivar nuestra fe en el Señor como el Autor de nuestra salvación. Ello debe servirnos de consuelo en los tiempos más críticos y desesperanzadores, ya que tales circunstancias nos agarrarán firmemente adheridos a la bendita esperanza que compartimos como hijos de Abraham.

*** Esa certeza se constituye (según una figura marítima en la navegación en la celeste esfera) en un ancla que, al ser echada al mar, penetra hasta las mayores profundidades para adherirse a algún lugar firme en el fondo marino, manteniéndonos firmes y estables en nuestra posición; y esa es la figura al decir que ésta penetra hasta dentro del velo, donde Jesús se nos adelantara para mostrarnos la senda a seguir, y todo ello en su calidad de sumo sacerdote del orden de Melquisedec, implicando el valor eternal y trascendente de su obra redentora.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  08/04/2016

1 comentario:

  1. NADA ES MÁS IMPORTANTE QUE LA CERTEZA DEL CORAZÓN DE LOS HIJOS DE DIOS, Y ES POR ESO QUE EL PADRE ESTABLECE LA PROMESA, Y A LA MISMA AÑADE EL JURAMENTO, CONSOLIDANDO DE ESTE MODO SU COMPROMISO CON EL SELLO DE LA INMUTABILIDAD.

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