TODO EL PANORAMA FIGURATIVO ARQUEOTESTAMENTARIO HUBO DE CUMPLIRSE A CABALIDAD; Y SEGÚN LAS PAUTAS DIVINAS TODO LLEGÓ A EJECUTARSE PARA CUBRIR CADA DETALLE EN EL PLANO CRONOLÓGICO, PASANDO DE LA PROMESA AL CUMPLIMIENTO QUE NOS OTORGA LA HERENCIA, POR EL VALOR DEL SACRIFICIO VICARIO.

LIMA - PERÚ  LUNES 18 DE ABRIL DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS

Hebreos 9:23-28.

"Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas con mejores sacrificios que éstos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De esta manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan".

*** El sistema de purificación arqueotestamentario marcaba las pautas a seguir para convalidar el plano pactual entre Dios y su pueblo, así, pues, fue necesario que también el NUEVO PACTO fuera purificado con la sangre de Jesús. El escritor sagrado establece que era una necesidad que se pasara por el rito de la purificación para que las figuras de las cosas celestiales quedaran impolutas ante la Deidad; pero las cosas celestiales mismas, precisaban un nivel de purificación superior a ello ¿Por qué? Porque el Señor no entró a un santuario de humana fabricación -que no era más que un facsímil del verdadero- sino al cielo mismo como la ofrenda aparejada y solicitada por él, presentándose ante el Padre por nosotros, según lo requerido; y este acto sería irrepetible y único, desemejando así de los que se hicieran de modo anual, pues éstos prefiguraban la realidad que el Cordero de Dios cubrió en forma plena ¡De allí que el tal hecho no se volvería a repetir!

*** Por otro lado, Jesús oficiaba como Oferente y como Ofrenda al mismo tiempo, y la sangre ajena de los sacrificios anónimos que antes se ofrecieran quedarían desfasados ¡Adiós sacrificio anual! ¡Bienvenida, eterna redención! Así, pues, los sacrificios repetitivos prefiguraban una realidad que al cumplirse, perderían su significado típico, dejando lugar a la realidad a la que apuntaban. Hubiera sido de antología imaginar que Jesús estuviera volviendo cada cierto tiempo para repetir la escena del Calvario, y esto desde el principio del mundo, buscando revalidar el significado sacrificial del mismo; y por ello ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una sola vez para siempre para que por el sacrificio de sí mismo, QUITARA DE EN MEDIO EL PECADO (Jn.1:29; Dn.9:24). Ya no es la cobertura de los pecados, sino la total erradicación del mismo; nótese el singular, implicando la esencia o naturaleza misma del pecado (kakós en griego), resolviendo finalmente este asunto ante Dios, el diablo y los hombres.

*** Ya que se había establecido para el género humano caído que murieran una sola vez, y después pasar a juicio apuntando a lo eternal; también Cristo fue ofrecido por única vez, para llevar los pecados de muchos; y aquí el autor menciona la Segunda Venida, SIN RELACIÓN CON EL PECADO, para salvar a los que le esperamos. La obra completa de nuestra redención había llegado a su total consumación; y eso es lo que estamos disfrutando hoy, por nuestra identificación con Jesús en todo el panorama redentivo.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   18/04/2016