LIMA - PERÚ SÁBADO 09 DE ABRIL DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO A LOS HEBREOS
Hebreos 7:1-3.
"Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que venía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de Justicia, y también Rey de Salem, esto es Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre".
*** Los capítulos 5 y 6 nos presentaron un sacerdocio superior al levítico, introduciendo en este mensaje a los hebreos la trascendencia de lo que Dios ya había preordenado en cuanto a la comunión célico-pedestre, y que había de permanecer en el trámite de la cronología humana, aun después de la introducción parentética del orden levítico, el cual, ni bien cumplida su labor, apuntando a una realidad simbólica, desaparece al manifestarse el plano real de lo que su fluir representaba.
*** El autor nos habla de Melquisedec, quien era sacerdote del Dios Altísimo (uno de los nombres más antiguos del Señor con el que se revelara a Abraham), que sale a recibirlo después que éste hubiera vencido a los reyes que se llevaran a Lot y a su familia, y rescatado a todos los lugareños del sector, y lo bendice en el nombre de Yahweh, el Dios Altísimo que creó los cielos y la tierra, el patriarca se siente movido a darle a Melquisedec los diezmos de todo, porque entiende la majestad de la que este sacerdote estaba revestido.
*** Los diezmos implican adoración, sumisión y comunión con el Dios vivo, y los acatamientos pertinentes con aquel que lo representa de este lado del velo; ¡no se le dan a cualquiera! Y la bendición de que Abraham fuera objeto, revelaba una relación viva y un reconocimiento tácito de quién era el mayor en el área de la autoridad y representatividad ante Dios y los hombres, lo que el autor del texto referirá más adelante. La bendición de Melquisedec era una muestra de la divina aprobación para su siervo, y de impulsarlo hacia adelante en el plano de la obediencia, entendiendo también con ello el agrado divinal que nos insta a algo persistente y permanente.
*** Si Melquisedec era Rey, era porque tenía un territorio, y gente que lo habitaba y a la que él cubría espiritual y físicamente, que vivía bajo sus términos y sus leyes ¿Dónde estaba su reino, su territorio y su gente? El autor nos dice que su nombre significa REY DE JUSTICIA, indicando que él gobernaba bajo esa premisa básica, que todo el que hace justicia habita en el perímetro de su aceptación y bendición, que su trono se sostiene por esa naturaleza suya que le hace ser quien es, y ser como es; y si hay algo que caracteriza al Padre es su naturaleza justa y equitativa, convirtiéndose Melquisedec en su eco a nivel pedestre, en su retrato antropomórfico, en su viva representación ¿No nos recuerda eso a alguien que ya conocemos?
*** Pero así como Israel fue un reino al norte y al sur; así también se nos dice que era Rey de Salem, esto es Rey de Paz. Mientras que lo primero nos hablaba del territorio y sus súbditos, esta adición nos habla de lo que es el disfrute de la justicia, es decir, la paz, llegando ésta como una cosecha en principio y actitud que corona las existencias gratas de quienes viven bajo la sombra de sus alas. Pablo lo sintetiza así: "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien tabién tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios" (Ro.5:1-2). ¿Recordamos cómo el árbol de la vida crece a uno y otro lado del río? (Ap.22:2).
*** El plano del territorio, y el de su fructificación dentro del mismo, nos hablan de él; y al salir a buscar y encontrar a Abraham nos hace ver cómo se integran los vasos del Señor al tener contacto con él. Pero el autor añade más, ingresando al factor "tiempo", haciéndonos ver como ilimita el fluir de Melquisedec, apuntando a la trascendencia, que es el contacto entre la eternidad pasada y la futura, al decir: "Sin padre (sin progenitor), sin madre (implicando cómo el proceso de la vida natural no lo ata), sin genealogía (no hay ascendencia conocida, ¿de dónde procede?), que ni tiene principio de días, ni fin de vida (no puede ser abarcado por la cronología humana, ni yendo hacia atrás, ni proyectándose al futuro, desapareciendo en el horizonte visual de la tercera dimensión), hecho semejante al Hijo de Dios (¡era a éste a quien se parecía!), permanece sacerdote para siempre (sinónimo de perenne en el tiempo y el espacio mientras el hombre necesite un nexo entre Dios y él).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 09/04/2016
LA MAJESTUOSA FORMA EN LA QUE EL AUTOR DE HEBREOS NOS REVELA AL HIJO DE DIOS, NO TIENE PARANGÓN EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS, MOSTRANDO SU SOLVENCIA ESPIRITUAL Y SU CONOCIMIENTO ACERCA DE QUIÉN ES NUESTRO SEÑOR, Y DE CÓMO SU SUPERIORIDAD DEJA ATRÁS TODO LO QUE COMPONE AQUELLO QUE EL HOMBRE SIEMPRE ADMIRÓ Y VENERÓ ¡JESÚS ESTÁ POR ENCIMA DE TODO ELLO!
ResponderEliminar