LIMA - PERÚ LUNES 22 DE MAYO DEL 2017 MENSAJE # 1768
JOB 17:1-5.
"Mi aliento se agota, se acortan mis días, y me está preparado el sepulcro. No hay conmigo sino escarnecedores, en cuya amargura se detienen mis ojos. Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti. Porque, ¿quién querrá responder por mí? Porque a éstos has escondido de su corazón la inteligencia; por tanto, no los exaltarás. Al que denuncia a sus amigos como presa, los ojos de sus hijos desfallecerán",
=== En este texto de Job podemos observar la crisis de quien está sufriendo por un acto peculiar de la soberanía divina. Los primeros capítulos nos muestran los movimientos en el orbe celestial. Es Yahweh quien pone a Job como un ejemplo básico de rectitud y justicia en todo lo que hace, mostrando con un fluir auténtico la gloria que Dios prepara para con sus hijos que le obedecen y guardan sus mandamientos. El funesto Satán no se queda callado ante la divina proposición, y reta al Señor aduciendo que la obediencia y sumisión de Job para con Dios es por causa de sus bendiciones, y por sus riquezas materiales, habiéndolo hecho el más rico de los orientales. El enemigo nunca asume que hayan seres humanos que puedan bendecir a Dios siendo obedientes a su palabra, sobre la base de la luz que ellos poseen, y que encuentren en esa relación la dicha, el bienestar y la felicidad que Dios ha preparado para los que le aman. La naturaleza satánica, insatisfecha, resentida, y odiadora abierta de toda figura de autoridad; no es feliz si no pone en el tapete la justicia divina, y la consiguiente obediencia en el género humano, trayendo consigo una valiosa comunión que compone la idealidad célico-pedestre que nos trae bendición, salud, preservación, liberación, curación y protección total; abrigándonos el Padre con su amor y su ternura porque esa es su naturaleza. El Acusador tiene en Dios al principal culpable de su desazón, de su desgracia y su destino; y la acusación tiene como su fuerza principal el desautorizar, culpar y objetar la justicia divina; algo que él aborrece porque la redención no estaba preparada para los ángeles, sino para la descendencia de Abraham. Él odia nuestra dicha con Dios, nuestro panorama relacional que nos otorga toda bendición, y el verse desfasado, rechazado y condenado irremisiblemente, teniendo el infierno como su siuo particular..
=== Luego, seguiría la salud de Job (hay quienes aducen que Job soportó siete meses de enfermedad y tribulación según Job 7:3); y después de una semana de silencio, el sonido de las voces no pudo ser contenido más, y los lamentos y los razonamientos, dieron paso a las acusaciones más grandes debido a la perspectiva de la justicia retributiva, y los tres amigos de Job, más allá de su compartido dolor, no hacían sino componer las peores imágenes y las más trágicas perspectivas, hasta hacer desmayar el corazón del patriarca; llegando este último a defender su posición al no haber encontrado en su particular introspección culpa alguna en él que mereciera este trato de parte de la Deidad/El largo sufrimiento de Job hizo salir de sus adentros sus quejas y sus inconsideraciones de parte de Dios; y sus amigos solamente sabían acusarle; y cuando tú estás enfermo no sueles ser muy simpático con quienes te dedican una andanada de acusaciones basadas en su presunción de su conocimiento de la justicia divina, echando sal y vinagre sobre las heridas. Y la porción que analizamos habla del hastío del patriarca, y de su deseo de morir, porque todo lo que significara su vida esencial carecía de sentido. Lo lamentable de los consoladores es que se habían convertido en escarnecedores, y cada ponencia, con su entendimiento incluido dentro del contexto de la justa retribución a la maldad, descartaba lo que el patriarca decía, porque siendo verdad, no se parecía a su forma de pensar.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 22/05/2017 MENSAJE # 1768.
"Mi aliento se agota, se acortan mis días, y me está preparado el sepulcro. No hay conmigo sino escarnecedores, en cuya amargura se detienen mis ojos. Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti. Porque, ¿quién querrá responder por mí? Porque a éstos has escondido de su corazón la inteligencia; por tanto, no los exaltarás. Al que denuncia a sus amigos como presa, los ojos de sus hijos desfallecerán",
=== En este texto de Job podemos observar la crisis de quien está sufriendo por un acto peculiar de la soberanía divina. Los primeros capítulos nos muestran los movimientos en el orbe celestial. Es Yahweh quien pone a Job como un ejemplo básico de rectitud y justicia en todo lo que hace, mostrando con un fluir auténtico la gloria que Dios prepara para con sus hijos que le obedecen y guardan sus mandamientos. El funesto Satán no se queda callado ante la divina proposición, y reta al Señor aduciendo que la obediencia y sumisión de Job para con Dios es por causa de sus bendiciones, y por sus riquezas materiales, habiéndolo hecho el más rico de los orientales. El enemigo nunca asume que hayan seres humanos que puedan bendecir a Dios siendo obedientes a su palabra, sobre la base de la luz que ellos poseen, y que encuentren en esa relación la dicha, el bienestar y la felicidad que Dios ha preparado para los que le aman. La naturaleza satánica, insatisfecha, resentida, y odiadora abierta de toda figura de autoridad; no es feliz si no pone en el tapete la justicia divina, y la consiguiente obediencia en el género humano, trayendo consigo una valiosa comunión que compone la idealidad célico-pedestre que nos trae bendición, salud, preservación, liberación, curación y protección total; abrigándonos el Padre con su amor y su ternura porque esa es su naturaleza. El Acusador tiene en Dios al principal culpable de su desazón, de su desgracia y su destino; y la acusación tiene como su fuerza principal el desautorizar, culpar y objetar la justicia divina; algo que él aborrece porque la redención no estaba preparada para los ángeles, sino para la descendencia de Abraham. Él odia nuestra dicha con Dios, nuestro panorama relacional que nos otorga toda bendición, y el verse desfasado, rechazado y condenado irremisiblemente, teniendo el infierno como su siuo particular..
=== Luego, seguiría la salud de Job (hay quienes aducen que Job soportó siete meses de enfermedad y tribulación según Job 7:3); y después de una semana de silencio, el sonido de las voces no pudo ser contenido más, y los lamentos y los razonamientos, dieron paso a las acusaciones más grandes debido a la perspectiva de la justicia retributiva, y los tres amigos de Job, más allá de su compartido dolor, no hacían sino componer las peores imágenes y las más trágicas perspectivas, hasta hacer desmayar el corazón del patriarca; llegando este último a defender su posición al no haber encontrado en su particular introspección culpa alguna en él que mereciera este trato de parte de la Deidad/El largo sufrimiento de Job hizo salir de sus adentros sus quejas y sus inconsideraciones de parte de Dios; y sus amigos solamente sabían acusarle; y cuando tú estás enfermo no sueles ser muy simpático con quienes te dedican una andanada de acusaciones basadas en su presunción de su conocimiento de la justicia divina, echando sal y vinagre sobre las heridas. Y la porción que analizamos habla del hastío del patriarca, y de su deseo de morir, porque todo lo que significara su vida esencial carecía de sentido. Lo lamentable de los consoladores es que se habían convertido en escarnecedores, y cada ponencia, con su entendimiento incluido dentro del contexto de la justa retribución a la maldad, descartaba lo que el patriarca decía, porque siendo verdad, no se parecía a su forma de pensar.
=== El ya agotado patriarca observaba las miradas de su funestos amigos, y sólo hallaba amargura y contención, suspicacias y acusaciones; como tienen los religiosos legalistas de la actualidad. Al solicitarle fianza a Dios, Job pedía una tregua, e imploraba que su Juez hiciera un análisis de cada uno de sus hechos, no temiendo ser hallado culpable; ni por sus hechos ni por sus palabras. Y aunque estaba consciente que nadie contendería con la Deidad por él, ni les respondería en una manera coherente a sus amigos en calidad de abogado defensor, pues todo hacía pensar a los retributivos que Job tenía que ser culpable (Jn.9:1-3; Lc.13:1-5); esperaba hallar algo de cordura en sus escuchas, quienes se mantuvieran en sus máximas, las cuales Job calificara como refranes de ceniza. Alguien inteligente, hubiera razonado como Job en las realidades que él refiriera; pero el religioso obcecado no razona, no analiza, no comprende, no capta; porque su corazón se ha cerrado; y es por eso que el patriarca habla de la inteligencia del corazón como un preclaro entendimiento. ¿De quién es Hijo el Cristo? ¡De David! Entonces, ¿por qué le llama Señor? Y la doctrina milenaria sufrió un revés inesperado ante la interrogante del Señor. Y luego Job arguye: "Al que denuncia sus amigos como presa, los ojos de sus hijos desfallecerán". Si todo lo que nuestras bocas saben hacer es prejuzgar y escarnecer a quien hallamos en una condición semejante a la del patriarca, nuestra progenie se sentirá sin esperanza, temiendo que algo así le pudiera pasar a cualquiera, y todo lo que tendría sería una formal acusación.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 22/05/2017 MENSAJE # 1768.
AQUEL QUE TIENE UNA PALABRA DE CONSOLACIÓN, DEBE ENTENDER QUE LA ACUSACIÓN Y LA CONDENACIÓN NO SON PARTE DE SU LENGUAJE, CUANDO SE ATIENDE UNA HERIDA HAY QUE TENER EXPERIENCIA Y DELICADEZA PARA NO HACERLA MÁS GRANDE, Y MINIMIZAR EL DOLOR.
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