LIMA - PERÚ MARTES 09 DE MAYO DEL 2017 MENSAJE # 1742
MATEO 7:21-23.
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mi, hacedores de maldad".
=== En el contexto de los falsos profetas, y el falso profetismo (Mt.7:15-19), el Señor sigue ministrando sobre la necesidad de cuidarse de las apariencias, y de las falsas representaciones, llamando nuestra atención al fruto como la cabal manifestación del fluir de cualquiera, implicando una final condenación para quienes no fructifiquen como árboles impartidores de la vida de Dios, arguyendo que todo árbol que no da buen fruto es cortado (eliminado), y echado en el fuego (condenado sin atenuantes). Recordemos que al iniciarse este Sermón del Monte, el Señor dejó claro que lo que se estaba compartiendo era la Constitución del Reino, su esencia, su naturaleza, su identificación; y nadie puede mostrarse indiferente a lo que Jesús nos ministra, como una instrucción que apunta a un veredicto final sobre el sentido de la Justicia Operativa. Ella no es un adorno que cuelga del cuello, algo simbólico o imaginario que pueda ser aceptado o desechado según nuestro parecer; sino una línea de acción que compone la Piedad como Estilo de Vida, conduciéndonos mediante el obrar espiritual a la perpetaución de la Voluntad divina, como aquello que le da sentido a todo lo que pensamos, decimos y hacemos.
=== El llamar a Jesús Señor, no es una formalidad, sino una comunión esencial reconociendo sus derechos en calidad de tal, debiendo presidir cada movimiento que nos lleva a agradar al Padre en todo nuestro fluir, ya que estaremos componiendo su beneplácito y el cubrimiento de su Voluntad durante el período de la Gracia; estando sometidos a él en todo, así en el principio como en la práctica; operando a su sazón. Aun el decirle Señor, Señor puede estar incluido en las vanas repeticiones. Recordemos que el hipócrita ora para ser visto, perdiendo su recompensa por autodeterminación. La oración es vista como parte de la intimidad célico-pedestre entre Dios y sus siervos; y la recompensa es algo que será manifestado plural y públicamente. Y aquí está el meollo del asunto: "No uséis vanas repeticiones, como los paganos, que piensan que por su palabrería serán oídos". Los rezos, las mantras, las oraciones repetitivas, etc.; ¡nada tienen que ver con la vida relacional con la única Deidad! (Mt.6:5-7). La entrada al reino de los cielos tiene una sola llave: HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS (v.21). La Fe para Obrar viene por el Oír la Palabra de Dios en lo concerniente a su deseo, y al protagonismo que él le ha dado a cada siervo suyo para actuar de consuno con él por la fe en todo lo que compone su beneplácito, cubriendo así su propósito.
=== Al referir el Señor el aspecto del juicio una vez más se oye de parte de los participantes que aprovecharan todo lo que Dios les había dado sin considerar sus órdenes, ni su perspectiva. ¿Qué hicieron? 1) Profetizaron en su nombre; 2) Echaron fuera demonios en su nombre; 3) Hicieron muchos milagros en su nombre. Todas estas obras forman el fluir espiritual de los auténticos hijos de Dios, tomando la autoridad del Hijo, y operando maravillas que daban a entender que eran personas ungidas y poderosas, exhibiendo la palabra y el poder que corresponden a los hijos; solo que habiendo olvidado que estaban bajo las órdenes del Padre, y que toda actividad regia debe ser gobernada, dirigida y operada por él. ¿Recuerdan qué fue lo que hizo Moisés cuando Dios le dijo que hablara a la roca para que diera su agua? Moisés no le habló, la golpeó, e igual salió agua. ¿Dará lo mismo Chana que Juana? ¡¡¡NO!!! Y por este pecado que Dios identificó como: NO HABERLO SANTIFICADO ANTE LA CONGREGACIÓN, NO HABER CREÍDO EN ÉL, NO ENTRARON EN LA TIERRA PROMETIDA LOS HIJOS DE AMRAM Y JOCABED: MOISÉS Y AARÓN, ni tampoco toda la congregación (Nm.20:8-13). El Señor no reconocerá nada que no haya sido hecho según su voluntad operativa; identificando a estas personas como obradores de maldad; no por lo que hicieron, sino por cómo lo hicieron, no proclamando la gloria y la santidad del Padre, sino buscando su propia gloria. las personas que arguyen que todo esto fue obra del diablo, o que tales cosas ya no se dan en el siglo XXI, dicen eso para excusar su incredulidad por su falta de poder.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 09/05/2017 MENSAJE # 1742.
"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mi, hacedores de maldad".
=== En el contexto de los falsos profetas, y el falso profetismo (Mt.7:15-19), el Señor sigue ministrando sobre la necesidad de cuidarse de las apariencias, y de las falsas representaciones, llamando nuestra atención al fruto como la cabal manifestación del fluir de cualquiera, implicando una final condenación para quienes no fructifiquen como árboles impartidores de la vida de Dios, arguyendo que todo árbol que no da buen fruto es cortado (eliminado), y echado en el fuego (condenado sin atenuantes). Recordemos que al iniciarse este Sermón del Monte, el Señor dejó claro que lo que se estaba compartiendo era la Constitución del Reino, su esencia, su naturaleza, su identificación; y nadie puede mostrarse indiferente a lo que Jesús nos ministra, como una instrucción que apunta a un veredicto final sobre el sentido de la Justicia Operativa. Ella no es un adorno que cuelga del cuello, algo simbólico o imaginario que pueda ser aceptado o desechado según nuestro parecer; sino una línea de acción que compone la Piedad como Estilo de Vida, conduciéndonos mediante el obrar espiritual a la perpetaución de la Voluntad divina, como aquello que le da sentido a todo lo que pensamos, decimos y hacemos.
=== El llamar a Jesús Señor, no es una formalidad, sino una comunión esencial reconociendo sus derechos en calidad de tal, debiendo presidir cada movimiento que nos lleva a agradar al Padre en todo nuestro fluir, ya que estaremos componiendo su beneplácito y el cubrimiento de su Voluntad durante el período de la Gracia; estando sometidos a él en todo, así en el principio como en la práctica; operando a su sazón. Aun el decirle Señor, Señor puede estar incluido en las vanas repeticiones. Recordemos que el hipócrita ora para ser visto, perdiendo su recompensa por autodeterminación. La oración es vista como parte de la intimidad célico-pedestre entre Dios y sus siervos; y la recompensa es algo que será manifestado plural y públicamente. Y aquí está el meollo del asunto: "No uséis vanas repeticiones, como los paganos, que piensan que por su palabrería serán oídos". Los rezos, las mantras, las oraciones repetitivas, etc.; ¡nada tienen que ver con la vida relacional con la única Deidad! (Mt.6:5-7). La entrada al reino de los cielos tiene una sola llave: HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS (v.21). La Fe para Obrar viene por el Oír la Palabra de Dios en lo concerniente a su deseo, y al protagonismo que él le ha dado a cada siervo suyo para actuar de consuno con él por la fe en todo lo que compone su beneplácito, cubriendo así su propósito.
=== Al referir el Señor el aspecto del juicio una vez más se oye de parte de los participantes que aprovecharan todo lo que Dios les había dado sin considerar sus órdenes, ni su perspectiva. ¿Qué hicieron? 1) Profetizaron en su nombre; 2) Echaron fuera demonios en su nombre; 3) Hicieron muchos milagros en su nombre. Todas estas obras forman el fluir espiritual de los auténticos hijos de Dios, tomando la autoridad del Hijo, y operando maravillas que daban a entender que eran personas ungidas y poderosas, exhibiendo la palabra y el poder que corresponden a los hijos; solo que habiendo olvidado que estaban bajo las órdenes del Padre, y que toda actividad regia debe ser gobernada, dirigida y operada por él. ¿Recuerdan qué fue lo que hizo Moisés cuando Dios le dijo que hablara a la roca para que diera su agua? Moisés no le habló, la golpeó, e igual salió agua. ¿Dará lo mismo Chana que Juana? ¡¡¡NO!!! Y por este pecado que Dios identificó como: NO HABERLO SANTIFICADO ANTE LA CONGREGACIÓN, NO HABER CREÍDO EN ÉL, NO ENTRARON EN LA TIERRA PROMETIDA LOS HIJOS DE AMRAM Y JOCABED: MOISÉS Y AARÓN, ni tampoco toda la congregación (Nm.20:8-13). El Señor no reconocerá nada que no haya sido hecho según su voluntad operativa; identificando a estas personas como obradores de maldad; no por lo que hicieron, sino por cómo lo hicieron, no proclamando la gloria y la santidad del Padre, sino buscando su propia gloria. las personas que arguyen que todo esto fue obra del diablo, o que tales cosas ya no se dan en el siglo XXI, dicen eso para excusar su incredulidad por su falta de poder.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 09/05/2017 MENSAJE # 1742.
DIOS VA A HONRAR TU OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE ÉL, Y ÉL QUIERE QUE CADA UNO DE NOSOTROS PERMANEZCA LISTO PARA SU SERVICIO, CONSTITUYENDOSE ASÍ EN UN INSTRUMENTO ÚTIL PARA DIOS EN EL TIEMPO UE ÉL LO SOLICITE, Y CONFORME A SU PROPÓSITO.
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