LIMA - PERÚ DOMINGO 21 DE MAYO DEL 2017 MENSAJE # 1766
PRIMERA DE CORINTIOS 2:1-5
"Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios".
=== El apóstol Pablo quiere aclarar lo que es el estar en Cristo, y la funcionalidad de la realidad célico-pedestre que hizo de los hermanos corintios lo que eran en Cristo Jesús. Y a continuación, él comienza a hacer historia. La carga apostólica era el anunciar el testImonio de Dios, vale decir lo que él había hecho a favor nuestro, paso a paso, de modo tal que lo entendamos por los resultados de sus operaciones entre los cristianos de la localidad, gente de una perspectiva helenística (utópica, imaginaria, filosófica, y de profundo arraigo con el plano anímico y físico, emocional e intelectual, y bipartito en esencia); cuyo mayor deleite era el mecer pendularmente sus mentalidades entre lo probable y lo hipotético, asumiendo realidades axiomáticas (que no necesitaban demostrarse porque no había cómo ni con qué), y que vivieran en una MATRIX cuyos supuestos componían su realidad onírica. Pero la realidad misma tiene sus postulados, y revela sus tesis como una realidad viviente, actuante y trascendente; pasando de los dichos, a los hechos demostrables e innegables. Con Dios no hay nada fantástico, aunque sí haya mucho de misterioso para las mentalidades impreparadas, ilusas y quiméricas. El testimonio de Dios afecta definida y definitivamente el mundo real, no siendo su manifestación una cosa aparte, sino algo que tiene que ver con nuestro diario vivir, y que no es ajeno al continuo devenir, porque: "El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra... él es quien da vida y aliento y todas las cosas... porque en él vivimos, y nos movemos, y somos... porque linaje suyo somos"(Hch.17:24a, 25b, 28).
=== Si bien las palabras de sabiduría, y la excelencia oratoria, pueden satisfacer el plano cultural del pensamiento helenista, llenando sus mentes con el pensar acostumbrado de quien viaja montado en las hipótesis, o reclinado en el palanquín de las ilusiones, o navegando en los bajeles de los pensamientos más dispersos, hasta el extremo del absurdo; la realidad divinal les da una bofetada de ida y vuelta a todo ello, haciéndolos aterrizar en el plano de las superiores realidades ¿Cómo? Mostrándoles al Verbo hecho carne, y trasladándolos al monte Calvario, donde los pecados nuestros fueran perdonados, y nuestra comunión con la Deidad se hacía factible más allá de lo evidente, abriéndose el portal del acceso al Padre por su gracia en el sacrificio vicario de Cristo en el Gólgota cruel; no habiendo en ello nada de fantástico, sino de dura realidad. Enfrentarse a aquellas mentalidades navegadoras de la utopía ateniense precisaba de algo más que un lenguaje convincente; se requeriría algo sobrenatural operando en el mundo real ante los azorados ojos de los asistentes, hasta allí pavonados de fantasía. ¿Podría el apóstol sacarlos de su ostracismo e idealismo vestido de tradicionalismo? Pablo nos refiere que temblaba, que se sentía amedrentado, y debilitado en extremo; ¿por qué? Porque le era negado todo lo que pudiera impresionar o significar algo para las mentes ahítas de hipótesis fantásticas, de vanidades ilusorias, y de soberbias proclamas gnósticas, epicúreas y estoicas. ¿De qué se iba a agarrar el apóstol de los gentiles?
=== Ni su palabra (forma de expresión, lenguaje puro), ni su predicación (el testimonio expuesto que había de ser refrendado por las obras poderosas que debían sustanciar su ministración), se vieron engalanadas, reforzadas, y dueñas de una perspectiva aplastante que derrumabara las ponencias filosóficas, eclécticas o sincretistas, que componían el bagaje cultural de la nación griega; antes bien, ellas estaban llenas de simplicidad para alcanzar hasta la mente más roma, poniendo ante ellos el peso de la evidencia, que les permitía ver lo que era ser los representantes de dos campamentos, hallando que lo que se referia era confirmado por los hechos mediante las señales, prodigios y milagros que certificaran que el mensaje provenía de arriba. Y aqui les traigo a la memoria lo que pasó cuando Pablo sanó al cojo en Listra en Hechos 14:8-18. La forma de pensar ateniense entendía como posible la corporeización, pero ellos se lo atribuían a sus dioses, y no al Dios verdadero; y cuando Pablo quiso darle la gloria a quien sí la tenía, aunque apaciguó los ánimos, estos fueron cambiados por los maestros judíos lavadores de cerebros venidos de Antioquía e Iconio, apedreando al apóstol. La verdad pura del evangelio no necesita asistencias mágicas o cosas por el estilo proponiendo una realidad no negociable, en la que Dios se complace en mostrarse mediante sus ministros del nuevo pacto. Eso es lo que conocemos como la demostración del Espíritu y de poder.
=== El fundamento de nuestra fe no debe estar basado en la sabiduría de los hombres (el gnosticismo apelaba a un superior saber y a un dominio del conocimiento apoyado por poderes místicos o de la oscuridad); sino en el testimonio puro de la realidad del reino divino. El reino diabólico enfermaba, amenazaba y poseía; el reino divino sanaba, invitaba, y nos traía a la participación voluntaria para identificarnos con los valores eternos, los mismos que traían un estado de bienaventuranza, componiendo nuestra felicidad trascendente. Allí es donde nos ubica el poder de Dios.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/05/2017 MENSJE # 1766
"Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios".
=== El apóstol Pablo quiere aclarar lo que es el estar en Cristo, y la funcionalidad de la realidad célico-pedestre que hizo de los hermanos corintios lo que eran en Cristo Jesús. Y a continuación, él comienza a hacer historia. La carga apostólica era el anunciar el testImonio de Dios, vale decir lo que él había hecho a favor nuestro, paso a paso, de modo tal que lo entendamos por los resultados de sus operaciones entre los cristianos de la localidad, gente de una perspectiva helenística (utópica, imaginaria, filosófica, y de profundo arraigo con el plano anímico y físico, emocional e intelectual, y bipartito en esencia); cuyo mayor deleite era el mecer pendularmente sus mentalidades entre lo probable y lo hipotético, asumiendo realidades axiomáticas (que no necesitaban demostrarse porque no había cómo ni con qué), y que vivieran en una MATRIX cuyos supuestos componían su realidad onírica. Pero la realidad misma tiene sus postulados, y revela sus tesis como una realidad viviente, actuante y trascendente; pasando de los dichos, a los hechos demostrables e innegables. Con Dios no hay nada fantástico, aunque sí haya mucho de misterioso para las mentalidades impreparadas, ilusas y quiméricas. El testimonio de Dios afecta definida y definitivamente el mundo real, no siendo su manifestación una cosa aparte, sino algo que tiene que ver con nuestro diario vivir, y que no es ajeno al continuo devenir, porque: "El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra... él es quien da vida y aliento y todas las cosas... porque en él vivimos, y nos movemos, y somos... porque linaje suyo somos"(Hch.17:24a, 25b, 28).
=== Si bien las palabras de sabiduría, y la excelencia oratoria, pueden satisfacer el plano cultural del pensamiento helenista, llenando sus mentes con el pensar acostumbrado de quien viaja montado en las hipótesis, o reclinado en el palanquín de las ilusiones, o navegando en los bajeles de los pensamientos más dispersos, hasta el extremo del absurdo; la realidad divinal les da una bofetada de ida y vuelta a todo ello, haciéndolos aterrizar en el plano de las superiores realidades ¿Cómo? Mostrándoles al Verbo hecho carne, y trasladándolos al monte Calvario, donde los pecados nuestros fueran perdonados, y nuestra comunión con la Deidad se hacía factible más allá de lo evidente, abriéndose el portal del acceso al Padre por su gracia en el sacrificio vicario de Cristo en el Gólgota cruel; no habiendo en ello nada de fantástico, sino de dura realidad. Enfrentarse a aquellas mentalidades navegadoras de la utopía ateniense precisaba de algo más que un lenguaje convincente; se requeriría algo sobrenatural operando en el mundo real ante los azorados ojos de los asistentes, hasta allí pavonados de fantasía. ¿Podría el apóstol sacarlos de su ostracismo e idealismo vestido de tradicionalismo? Pablo nos refiere que temblaba, que se sentía amedrentado, y debilitado en extremo; ¿por qué? Porque le era negado todo lo que pudiera impresionar o significar algo para las mentes ahítas de hipótesis fantásticas, de vanidades ilusorias, y de soberbias proclamas gnósticas, epicúreas y estoicas. ¿De qué se iba a agarrar el apóstol de los gentiles?
=== Ni su palabra (forma de expresión, lenguaje puro), ni su predicación (el testimonio expuesto que había de ser refrendado por las obras poderosas que debían sustanciar su ministración), se vieron engalanadas, reforzadas, y dueñas de una perspectiva aplastante que derrumabara las ponencias filosóficas, eclécticas o sincretistas, que componían el bagaje cultural de la nación griega; antes bien, ellas estaban llenas de simplicidad para alcanzar hasta la mente más roma, poniendo ante ellos el peso de la evidencia, que les permitía ver lo que era ser los representantes de dos campamentos, hallando que lo que se referia era confirmado por los hechos mediante las señales, prodigios y milagros que certificaran que el mensaje provenía de arriba. Y aqui les traigo a la memoria lo que pasó cuando Pablo sanó al cojo en Listra en Hechos 14:8-18. La forma de pensar ateniense entendía como posible la corporeización, pero ellos se lo atribuían a sus dioses, y no al Dios verdadero; y cuando Pablo quiso darle la gloria a quien sí la tenía, aunque apaciguó los ánimos, estos fueron cambiados por los maestros judíos lavadores de cerebros venidos de Antioquía e Iconio, apedreando al apóstol. La verdad pura del evangelio no necesita asistencias mágicas o cosas por el estilo proponiendo una realidad no negociable, en la que Dios se complace en mostrarse mediante sus ministros del nuevo pacto. Eso es lo que conocemos como la demostración del Espíritu y de poder.
=== El fundamento de nuestra fe no debe estar basado en la sabiduría de los hombres (el gnosticismo apelaba a un superior saber y a un dominio del conocimiento apoyado por poderes místicos o de la oscuridad); sino en el testimonio puro de la realidad del reino divino. El reino diabólico enfermaba, amenazaba y poseía; el reino divino sanaba, invitaba, y nos traía a la participación voluntaria para identificarnos con los valores eternos, los mismos que traían un estado de bienaventuranza, componiendo nuestra felicidad trascendente. Allí es donde nos ubica el poder de Dios.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/05/2017 MENSJE # 1766
LA IGLESIA DEL DIOS VIVIENTE TIENE QUE PRESENTAR UN EVANGELIO QUE DEMUESTRE SU ESENCIA, SU VIGENCIA, SU PERSISTENCIA Y SU TRASCENDENCIA; LAS PALABRAS PERSUASIVAS, CONVINCENTES, Y FILOSÓFICAMENTE CONTUNDENTES NUNCA TENDRÁN EL PODER, LA FORTALEZA Y LA REALIDAD DE LA PALABRA DE DIOS.
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