LIMA - PERÚ VIERNES 12 DE MAYO DEL 2017 MENSAJE # 1748
PRIMERA DE CRÓNICAS 12:16-18.
"Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David al lugar fuerte. Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande. Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa".
=== Mucha gente, y hablamos aquí de soldados y guerreros de renombre de distintas partes de Israel, se unieron a David, llegando a constituir un ejército considerable compuesto por todos los que hacían alianza con el hijo de Isaí, entendiendo su llamado, su vocación y su elección. Sabe Dios obrar los medios para que quienes tienen un sentir semejante para el establecimiento del reino de Dios se unan con el ungido de Yahweh para cubrir tal propósito. Hemos de reconocer que David no buscó adeptos, no alquiló mercenarios y no compró voluntades ajenas para obtener el reino, traicionando sus convicciones sobre el hecho de que él no se levantaría en contra del ungido de Yahweh, y que esperaría el tiempo oportuno para ser proclamado rey de la nación israelita según lo ordenado por el Padre. La conquista de Jebús, que sería la ciudad de David tuvo su historia y su sazón, llenándose la galería de los héroes con gente bravísima, que serían reconocidos en la historia hebraica como los valientes de David, mientras el reino se fuera solidificando y uniendo al compás de las victorias sobre sus enemigos, tras la muerte de Saúl por los motivos que el cronista menciona y puntualiza.
=== Los que buscaban a David tenían un sentir en sus corazones, y era el consolidar el reino según la voluntad divinal, y eso sólo sería factible si todo el pueblo de Dios estaba unido en sus mentes y corazones, convergiendo así en el contexto de lo que Yahweh programara para el pueblo israelita. He tomado estos versos para que se entienda cómo es que surge una relación entre el líder espiritual elegido por el Padre, y la gente que es traída por Dios con un sentir parecido o paralelo al del rey. Obsérvese por favor el lenguaje de David al referirse a su persona (perseguida política y militarmente como un traidor a su patria por las cosas que Saúl supo forjar en su afán por perpetuarse en el poder, acosándolo permanentemente para que su casta gobernara indefinidamente, y haciéndole huir hacia tierras filisteas, algo que consigna la historia), y es por eso que David conjura a los recién venidos, arguyendo su deseo de recibirlos en paz, y acomodar su corazón al sentir de sus visitantes; señalando a continuación que en él no hay culpa alguna, que no consentirá en ser entregado en las manos de sus enemigos, y que no hay iniquidad en sus manos (habiendo podido hacerlo en dos oportunidades matando a Saúl, y durante el tiempo que estuvo en Siclag, atacando a los mismos filisteos y a sus vecinos más próximos, enemigos de su nación, no dejando a nadie vivo para que no lo delataran ante Aquis, el rey de Gat, quien le concediera habitar en Siclag, y haciéndolo su guardaespaldas, no habiendo participado en la guerra contra Israel, donde perecieran Saúl y sus tres hijos); de allí la petición davídica de vindicación por parte de Dios.
=== En este contacto con este grupo de guerreros, dice la Escritura que el Espíritu vino sobre el que capitaneaba aquella treintena de soldados, y que premunido de la divina inspiración, exclamó: "Por ti, oh David, y contigo hijo de Isaí..."; vale decir: Estamos de tu lado, oh rey; y venimos a unirnos a tu ejército, sabiendo la justicia de tu causa, y tu elección. Venimos a rendir nuestras espadas ante ti, para ponerlas a tu servicio. Nuestra paz es contigo y con los que luchan a tu lado como coadjutores de mi señor, a los cuales queremos unirnos si tú lo permites. Estamos ciertos que Dios te eligió como nuestro gobernante, y que junto contigo haremos proezas para honrar el glorioso nombre de Yahweh. Y fue cn esta ungida respuesta que el rey David les franqueó las puertas de su fortaleza, ubicándolos entre sus oficiales, mientras que este ejército de Dios se iba completando: "Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como EJÉRCITO DE DIOS" (1Cr.12:22). Así fue que los combatientes a las órdenes del rey David se fueron constituyendo en un contingente poderoso, y gente de los más hábiles y excelentes varones israelitas se fueron agregando, tanto del territorio del otro lado del Jordán (Rubén, Gad y la media tribu de Manasés) como del resto del país, formándose así el numeroso ejército divino que traería gloriosos resultados para la nación israelita.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 12/05/2017 MENSAJE # 1748
"Asimismo algunos de los hijos de Benjamín y de Judá vinieron a David al lugar fuerte. Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande. Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso entre los capitanes de la tropa".
=== Mucha gente, y hablamos aquí de soldados y guerreros de renombre de distintas partes de Israel, se unieron a David, llegando a constituir un ejército considerable compuesto por todos los que hacían alianza con el hijo de Isaí, entendiendo su llamado, su vocación y su elección. Sabe Dios obrar los medios para que quienes tienen un sentir semejante para el establecimiento del reino de Dios se unan con el ungido de Yahweh para cubrir tal propósito. Hemos de reconocer que David no buscó adeptos, no alquiló mercenarios y no compró voluntades ajenas para obtener el reino, traicionando sus convicciones sobre el hecho de que él no se levantaría en contra del ungido de Yahweh, y que esperaría el tiempo oportuno para ser proclamado rey de la nación israelita según lo ordenado por el Padre. La conquista de Jebús, que sería la ciudad de David tuvo su historia y su sazón, llenándose la galería de los héroes con gente bravísima, que serían reconocidos en la historia hebraica como los valientes de David, mientras el reino se fuera solidificando y uniendo al compás de las victorias sobre sus enemigos, tras la muerte de Saúl por los motivos que el cronista menciona y puntualiza.
=== Los que buscaban a David tenían un sentir en sus corazones, y era el consolidar el reino según la voluntad divinal, y eso sólo sería factible si todo el pueblo de Dios estaba unido en sus mentes y corazones, convergiendo así en el contexto de lo que Yahweh programara para el pueblo israelita. He tomado estos versos para que se entienda cómo es que surge una relación entre el líder espiritual elegido por el Padre, y la gente que es traída por Dios con un sentir parecido o paralelo al del rey. Obsérvese por favor el lenguaje de David al referirse a su persona (perseguida política y militarmente como un traidor a su patria por las cosas que Saúl supo forjar en su afán por perpetuarse en el poder, acosándolo permanentemente para que su casta gobernara indefinidamente, y haciéndole huir hacia tierras filisteas, algo que consigna la historia), y es por eso que David conjura a los recién venidos, arguyendo su deseo de recibirlos en paz, y acomodar su corazón al sentir de sus visitantes; señalando a continuación que en él no hay culpa alguna, que no consentirá en ser entregado en las manos de sus enemigos, y que no hay iniquidad en sus manos (habiendo podido hacerlo en dos oportunidades matando a Saúl, y durante el tiempo que estuvo en Siclag, atacando a los mismos filisteos y a sus vecinos más próximos, enemigos de su nación, no dejando a nadie vivo para que no lo delataran ante Aquis, el rey de Gat, quien le concediera habitar en Siclag, y haciéndolo su guardaespaldas, no habiendo participado en la guerra contra Israel, donde perecieran Saúl y sus tres hijos); de allí la petición davídica de vindicación por parte de Dios.
=== En este contacto con este grupo de guerreros, dice la Escritura que el Espíritu vino sobre el que capitaneaba aquella treintena de soldados, y que premunido de la divina inspiración, exclamó: "Por ti, oh David, y contigo hijo de Isaí..."; vale decir: Estamos de tu lado, oh rey; y venimos a unirnos a tu ejército, sabiendo la justicia de tu causa, y tu elección. Venimos a rendir nuestras espadas ante ti, para ponerlas a tu servicio. Nuestra paz es contigo y con los que luchan a tu lado como coadjutores de mi señor, a los cuales queremos unirnos si tú lo permites. Estamos ciertos que Dios te eligió como nuestro gobernante, y que junto contigo haremos proezas para honrar el glorioso nombre de Yahweh. Y fue cn esta ungida respuesta que el rey David les franqueó las puertas de su fortaleza, ubicándolos entre sus oficiales, mientras que este ejército de Dios se iba completando: "Porque entonces todos los días venía ayuda a David, hasta hacerse un gran ejército, como EJÉRCITO DE DIOS" (1Cr.12:22). Así fue que los combatientes a las órdenes del rey David se fueron constituyendo en un contingente poderoso, y gente de los más hábiles y excelentes varones israelitas se fueron agregando, tanto del territorio del otro lado del Jordán (Rubén, Gad y la media tribu de Manasés) como del resto del país, formándose así el numeroso ejército divino que traería gloriosos resultados para la nación israelita.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 12/05/2017 MENSAJE # 1748
SEGÚN DIOS VAYA PERSUADIENDO LOS CORAZONES DE LOS AUTÉNTICOS GUERREROS DDEL SEÑOR, ASÍ SE IRÁN AÑADIENDO A LA CAUSA LOS QUE SON LLAMADOS POR ÉL PARA UN ROL TAN IMPORTANTE COMO SON LAS BATALLAS DE YAHWEH, Y LA FUSIÓN DEL REINO ALREDEDOR DE UN GOBERNANTE INSIGNE.
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