LIMA - PERÚ DOMINGO 07 DE MAYO DEL 2017 MENSAJE # 1738
APOCALIPSIS 2:1-4
"Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor".
=== Después de haberle mostrado al apóstol Juan el panorama relacional que operará desde entonces para que la voluntad de Dios alcance su cumplimiento; y de haberle dado al apóstol una visión del Cristo glorioso; el Señor refiere al tal su carga por enviarle a las siete iglesias de Asía las consignas operativas que afectarían el período de la gracia los siguientes dos mil años. Y aquel que es, era y habría de venir, mostraba su peculiaridad infinitiva como el Verbo de Dios en lo concerniente al factor tiempo; el que estuvo muerto y vive ahora por los siglos de los siglos apunta a su trascendencia; y su tenencia de las llaves de la muerte y del Hades, nos asegura que cada cosa, cada circunstancia y cada persona, estarán dando resultados óptimos para el cumplimiento de su Palabra, describiendo a su sazón el misterio de las siete estrellas en su diestra, y de los candeleros de oro entre los cuales circula, representando a los mensajeros de las mismas, y a las iglesias de las que son responsables por su elección (Ap.1:19-20). "A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada ESTA GRACIA de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios SEA AHORA DADA A CONOCER POR MEDIO DE LA IGLESIA A LOS PRINCIPADOS Y POTESTADES EN LOS LUGARES CELESTIALES, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor" (Ef.3:8-11).
=== El Señor revela al destinatario de la primera carta: El ángel (mensajero) de Éfeso, trayendo el verso 20 del capítulo 1 a la memoria. El sostener las siete estrellas en su diestra, implica su elección y su utilización a su sazón, manejando los mensajes y los mensajeros con su mano: "...Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza. Y el resplandor fue como la luz; RAYOS BRILLANTES SALÍAN DE SU MANO, Y ALLÍ ESTABA ESCONDIDO SU PODER" (Hab.3:3b-4). El divino obrar es algo que el Padre asignara al Cristo glorioso; y el hecho de que él anduviera entre los candeleros, implicaba que su accionar no era eventual ni casual; sino directamente vital, incidiendo en los tiempos y en las realizaciones en las mismas, implicando una constante supervisión del estado y función de todas ellas a cargo de sus elegidos en el ministerio parlante, la enseñanza y la dirección. No hay ni ministros olvidados, ni comunidades locales olvidadas. Los escritos de Juan a las mismas, indicaban la vigencia de cada una en la corriente del tiempo, en el trámite de la realización de la gracia, previa al reino. Las virtudes, los valores adquiridos, las fidelidades y la trascendencia, son observadas, analizadas y evaluadas; y todo ello, de inicio, nos da una inmejorable impresión. Éfeso significa: DESEO ARDIENTE, recordándonos el fuego interior de nuestra salvación, el gozo inefable que ello significara para nosotros el día de nuestra salvación, sintiendo que nuestro pecho no era capaz de contener lo que dentro de nosotros se daba. ¿Has estado enamorado alguna vez, sintiéndote correspondido? ¡Es algo maravilloso! Tal sensación es algo muy bello, pero es algo que con el tiempo ha de ser sostenido por una relación de pareja que entiende su pacto, y que se hace responsable de una manera integral por cada una de sus promesas en el concierto pactual.
=== La referencia en el v.2: "Yo conozco tus obras", indica la fe en acción, que es lo que Dios analiza. No son las palabras o el conocimiento vacuo; sino la bendita aplicación de lo que se ha aprendido de Dios para agradarle y cubrir su propósito; y luego menciona: "... y tu arduo trabajo y paciencia", implicando con ello que los hermanos efesios eran gente de acción, de un constante fluir, y de la forja utilitaria de los creyentes en calidad de discípulos; no solamente para enseñarles, sino para vigilar que su crecimiento llegue a optimizarse, haciendo uso de la paciencia que es propia del ministerio maduro, aguardando conscientemente para obtener lo mejor. El rechazo a la maldad le ponia fin a la tolerancia negativa y absurda de los que aceptan ser contaminados por los inconstantes, los perversos y los relapsos, en una maligna connivencia. El conocimiento del apostólico fluir les permitía detectar a los farsantes en esa área ministerial, hallándolos como embusteros y falaces, desestimándolos y echándolos fuera de la localidad. El otro lado de todo ello era el horno de aflicción que trajera su fidelidad; y una vez más pondera su paciencia, su dedicación en la preservación del ámbito eclesial y la dostrina, teniendo la gloria del nombre de Jesús como su mayor fruto, haciéndolo sin desmayar. Sin embargo, cuando el trabajo eclesial se vuelve mecánico, se va perdiendo el gozo de la vida de pareja, tornándose todo como una rutina que empalaga, aburre, y agota el ánimo. No es lo mismo el noviazgo que el matrimonio; y no es lo mismo el impulso pasional que el amor maduro, el mismo que no pierde el toque, la dulzura, y la dicha que debe seguir siendo disfrutada; operando con amor, y no por costumbre, tradición u obligación. La decadencia de los afectos, nos hace perder el gozo; y el entusiasmo y la forzada motivación no bastan. El amor al Padre exige que las prioridades se conviertan en nuestro objetivo, y que la flama del amor siga iluminando nuestro diario vivir.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/05.2017 MENSAJE # 1738
"Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor".
=== Después de haberle mostrado al apóstol Juan el panorama relacional que operará desde entonces para que la voluntad de Dios alcance su cumplimiento; y de haberle dado al apóstol una visión del Cristo glorioso; el Señor refiere al tal su carga por enviarle a las siete iglesias de Asía las consignas operativas que afectarían el período de la gracia los siguientes dos mil años. Y aquel que es, era y habría de venir, mostraba su peculiaridad infinitiva como el Verbo de Dios en lo concerniente al factor tiempo; el que estuvo muerto y vive ahora por los siglos de los siglos apunta a su trascendencia; y su tenencia de las llaves de la muerte y del Hades, nos asegura que cada cosa, cada circunstancia y cada persona, estarán dando resultados óptimos para el cumplimiento de su Palabra, describiendo a su sazón el misterio de las siete estrellas en su diestra, y de los candeleros de oro entre los cuales circula, representando a los mensajeros de las mismas, y a las iglesias de las que son responsables por su elección (Ap.1:19-20). "A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada ESTA GRACIA de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios SEA AHORA DADA A CONOCER POR MEDIO DE LA IGLESIA A LOS PRINCIPADOS Y POTESTADES EN LOS LUGARES CELESTIALES, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor" (Ef.3:8-11).
=== El Señor revela al destinatario de la primera carta: El ángel (mensajero) de Éfeso, trayendo el verso 20 del capítulo 1 a la memoria. El sostener las siete estrellas en su diestra, implica su elección y su utilización a su sazón, manejando los mensajes y los mensajeros con su mano: "...Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza. Y el resplandor fue como la luz; RAYOS BRILLANTES SALÍAN DE SU MANO, Y ALLÍ ESTABA ESCONDIDO SU PODER" (Hab.3:3b-4). El divino obrar es algo que el Padre asignara al Cristo glorioso; y el hecho de que él anduviera entre los candeleros, implicaba que su accionar no era eventual ni casual; sino directamente vital, incidiendo en los tiempos y en las realizaciones en las mismas, implicando una constante supervisión del estado y función de todas ellas a cargo de sus elegidos en el ministerio parlante, la enseñanza y la dirección. No hay ni ministros olvidados, ni comunidades locales olvidadas. Los escritos de Juan a las mismas, indicaban la vigencia de cada una en la corriente del tiempo, en el trámite de la realización de la gracia, previa al reino. Las virtudes, los valores adquiridos, las fidelidades y la trascendencia, son observadas, analizadas y evaluadas; y todo ello, de inicio, nos da una inmejorable impresión. Éfeso significa: DESEO ARDIENTE, recordándonos el fuego interior de nuestra salvación, el gozo inefable que ello significara para nosotros el día de nuestra salvación, sintiendo que nuestro pecho no era capaz de contener lo que dentro de nosotros se daba. ¿Has estado enamorado alguna vez, sintiéndote correspondido? ¡Es algo maravilloso! Tal sensación es algo muy bello, pero es algo que con el tiempo ha de ser sostenido por una relación de pareja que entiende su pacto, y que se hace responsable de una manera integral por cada una de sus promesas en el concierto pactual.
=== La referencia en el v.2: "Yo conozco tus obras", indica la fe en acción, que es lo que Dios analiza. No son las palabras o el conocimiento vacuo; sino la bendita aplicación de lo que se ha aprendido de Dios para agradarle y cubrir su propósito; y luego menciona: "... y tu arduo trabajo y paciencia", implicando con ello que los hermanos efesios eran gente de acción, de un constante fluir, y de la forja utilitaria de los creyentes en calidad de discípulos; no solamente para enseñarles, sino para vigilar que su crecimiento llegue a optimizarse, haciendo uso de la paciencia que es propia del ministerio maduro, aguardando conscientemente para obtener lo mejor. El rechazo a la maldad le ponia fin a la tolerancia negativa y absurda de los que aceptan ser contaminados por los inconstantes, los perversos y los relapsos, en una maligna connivencia. El conocimiento del apostólico fluir les permitía detectar a los farsantes en esa área ministerial, hallándolos como embusteros y falaces, desestimándolos y echándolos fuera de la localidad. El otro lado de todo ello era el horno de aflicción que trajera su fidelidad; y una vez más pondera su paciencia, su dedicación en la preservación del ámbito eclesial y la dostrina, teniendo la gloria del nombre de Jesús como su mayor fruto, haciéndolo sin desmayar. Sin embargo, cuando el trabajo eclesial se vuelve mecánico, se va perdiendo el gozo de la vida de pareja, tornándose todo como una rutina que empalaga, aburre, y agota el ánimo. No es lo mismo el noviazgo que el matrimonio; y no es lo mismo el impulso pasional que el amor maduro, el mismo que no pierde el toque, la dulzura, y la dicha que debe seguir siendo disfrutada; operando con amor, y no por costumbre, tradición u obligación. La decadencia de los afectos, nos hace perder el gozo; y el entusiasmo y la forzada motivación no bastan. El amor al Padre exige que las prioridades se conviertan en nuestro objetivo, y que la flama del amor siga iluminando nuestro diario vivir.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 07/05.2017 MENSAJE # 1738
LA DIVINA REVELACIÓN VA LLEGANDO HASTA NOSOTROS PAULATINAMENTE, DESCRIBIENDO EL PANORAMA HISTÓRICO-PROFÉTICO QUE INCLUYE A TODOS LOS SANTOS EN ESTA DISPENSACIÓN DE LA GRACIA, CUBRIENDO ASÍ EL PROPÓSITO DEL PADRE, CONFORME A SU VOLUNTAD Y BENEPLÁCITO.
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