LIMA - PERÚ VIERNES 30 DE NOVIEMBRE DEL 2018 MENSAJE # 2887
ISAÍAS 6:1-8.
"En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un tono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros; con dos cubrían sus pies; y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Yahweh de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba,y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Yahweh de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quien enviaré, y quien irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí".
=== El profeta Isaías nos comparte cómo Dios le llamó a realizar su llamamiento profético, y lo hizo con una guianza especial y específica que llevara a Isaías hasta el mismísimo templo tras la muerte del singular y veneradísimo rey Uzías, gobernante de larga data que alcanzara un testimonio muy peculiar a nivel de la nación hebrea. Se piensa que Isaías era parte de la alta sociedad de Judá, y que su acceso a lugares de importancia se debían a eso. Cuando tú moras en una nación que ha sido gobernada con tino, y que ha sido bendecida por ello, te mantienes en un nivel religioso en el que estás a gusto; hasta que tu nivel es evaluado en el contexto del agrado divino; visiblemente diferente del tuyo y tu auto aprobación, considerando tu déficit como algo venial. Pero si lo miramos desde el principio, no encontramos nada de lo cual Judá podía sentirse orgullosa; antes bien debería estar temblando frente a la posibilidad de un juicio. Pero cuando vivimos absorbidos en nuestra justicia propia, vía los sacrificios, el "clima parece propicio", y consideramos que cinco o siete de diez; no está tan mal; y nuestra 'matemática religiosa elástica' cubre todo en nuestra imaginaria perspectiva.
=== La muerte del rey Uzías, haría volver las miradas a la sucesión davídica, y muchas cosas habrían de ser reveladas, y la súbita visión de Isaías, mostrándole al Dios vivo sentado en su trono (esto hablaba del reino de un modo directo, y la relación del pueblo judío con Yahweh en ese sentido vital), y cuando Isaías refiere que el trono era alto y sublime, apunta a la celeste esfera y al plano absoluto de la autoridad divina, demandando de sus escogidos el mismo tipo de veneración que le ofrecían en ese instante los serafines (seres con tres pares de alas que nos revelan su andar bajo cobertura; la necesidad de darle a Dios toda la gloria al cubrir sus rostros, no compartiéndola con él; y la de aquellas dos alas con las que volaban, no teniendo contacto con la pedestre esfera, mientras proclamaran la naturaleza SANTÍSIMA DEL PADRE). Cabe acotar que la lengua hebrea utiliza la repetición triple para dar a entender el superlativo: Grande, grandote; grandísimo; no nos dice que Dios es tres veces santo; sino que él es santísimo. Por eso hay Atrio, Lugar Santo, y Lugar Santísimo.Algo semejante ocurre cuando leemos: Vanidad de Vanidades; Cantar de los Cantares; implicando el nivel máximo de tales expresiones. Los tres pares de alas, implican que ellos pueden moverse en la esfera triple de nuestra santificación, declarada en Primera de Tesalonicenses 5:23, en espíritu, alma y cuerpo; proclamando esa sola palabra que tanto abarca, y sin la cual nadie verá a Dios: LA SANTIDAD.
=== Cuando arguye que los serafines se dicen el uno al otro: Santo, santo, santo; implica el panorama amplio de nuestra redención. La sangre puesta en el Propiciatorio apunta a la satisfacción de la justicia divina, y los querubines cubren con sus alas el tal, proclamando con ello el paso siguiente para alcanzar el agrado divino: Habéis de serme un pueblo santo, porque yo Yahweh, vuestro Dios, soy SANTO. La gloria que llena la tierra es la expansión de su santidad en una forma plena y absoluta, siendo este resplandor la justicia llevada a su máxima expresión. Pero quedaba un problemita no superado por Isaías y su pueblo: Los labios inmundos que no podían hablar de santidad sin desdecirse por sus actos réprobos y sus lenguas indóciles; anticipando el nuevo profeta que sería liquidado por la Deidad al estar en su presencia (como pensara Manoa el padre de Sansón cuando vio al ángel Yahweh temiendo morir en ese mismo instante; hasta que su más sesuda esposa le hizo saber que si ese hubiera sido el deseo de Yahweh ya estarían muertos, y que no era esa su intención). Y nótese cómo Isaías llama Rey al Señor. Acto seguido, uno de los serafines tomó con una tenaza una brasa ardiente del altar, y tocó los labios del hijo de Amoz, para purificarlo, lo cual es descrito como una culpa quitada o eliminada; y también el haber sido limpiado de su pecado, Tanto la culpa, como la impureza han de ser eliminadas. Lo uno te libra de la acusación; y lo otro lava tu conciencia de toda obra muerta, no dejando rezagos de lo que ya no existe. Y es después de todo esto que Isaías ofrece sus servicios al Señor, sintiéndose apto para ello.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 30/11/2018 MENSAJE # 2887
"En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un tono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros; con dos cubrían sus pies; y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Yahweh de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba,y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Yahweh de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quien enviaré, y quien irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí".
=== El profeta Isaías nos comparte cómo Dios le llamó a realizar su llamamiento profético, y lo hizo con una guianza especial y específica que llevara a Isaías hasta el mismísimo templo tras la muerte del singular y veneradísimo rey Uzías, gobernante de larga data que alcanzara un testimonio muy peculiar a nivel de la nación hebrea. Se piensa que Isaías era parte de la alta sociedad de Judá, y que su acceso a lugares de importancia se debían a eso. Cuando tú moras en una nación que ha sido gobernada con tino, y que ha sido bendecida por ello, te mantienes en un nivel religioso en el que estás a gusto; hasta que tu nivel es evaluado en el contexto del agrado divino; visiblemente diferente del tuyo y tu auto aprobación, considerando tu déficit como algo venial. Pero si lo miramos desde el principio, no encontramos nada de lo cual Judá podía sentirse orgullosa; antes bien debería estar temblando frente a la posibilidad de un juicio. Pero cuando vivimos absorbidos en nuestra justicia propia, vía los sacrificios, el "clima parece propicio", y consideramos que cinco o siete de diez; no está tan mal; y nuestra 'matemática religiosa elástica' cubre todo en nuestra imaginaria perspectiva.
=== La muerte del rey Uzías, haría volver las miradas a la sucesión davídica, y muchas cosas habrían de ser reveladas, y la súbita visión de Isaías, mostrándole al Dios vivo sentado en su trono (esto hablaba del reino de un modo directo, y la relación del pueblo judío con Yahweh en ese sentido vital), y cuando Isaías refiere que el trono era alto y sublime, apunta a la celeste esfera y al plano absoluto de la autoridad divina, demandando de sus escogidos el mismo tipo de veneración que le ofrecían en ese instante los serafines (seres con tres pares de alas que nos revelan su andar bajo cobertura; la necesidad de darle a Dios toda la gloria al cubrir sus rostros, no compartiéndola con él; y la de aquellas dos alas con las que volaban, no teniendo contacto con la pedestre esfera, mientras proclamaran la naturaleza SANTÍSIMA DEL PADRE). Cabe acotar que la lengua hebrea utiliza la repetición triple para dar a entender el superlativo: Grande, grandote; grandísimo; no nos dice que Dios es tres veces santo; sino que él es santísimo. Por eso hay Atrio, Lugar Santo, y Lugar Santísimo.Algo semejante ocurre cuando leemos: Vanidad de Vanidades; Cantar de los Cantares; implicando el nivel máximo de tales expresiones. Los tres pares de alas, implican que ellos pueden moverse en la esfera triple de nuestra santificación, declarada en Primera de Tesalonicenses 5:23, en espíritu, alma y cuerpo; proclamando esa sola palabra que tanto abarca, y sin la cual nadie verá a Dios: LA SANTIDAD.
=== Cuando arguye que los serafines se dicen el uno al otro: Santo, santo, santo; implica el panorama amplio de nuestra redención. La sangre puesta en el Propiciatorio apunta a la satisfacción de la justicia divina, y los querubines cubren con sus alas el tal, proclamando con ello el paso siguiente para alcanzar el agrado divino: Habéis de serme un pueblo santo, porque yo Yahweh, vuestro Dios, soy SANTO. La gloria que llena la tierra es la expansión de su santidad en una forma plena y absoluta, siendo este resplandor la justicia llevada a su máxima expresión. Pero quedaba un problemita no superado por Isaías y su pueblo: Los labios inmundos que no podían hablar de santidad sin desdecirse por sus actos réprobos y sus lenguas indóciles; anticipando el nuevo profeta que sería liquidado por la Deidad al estar en su presencia (como pensara Manoa el padre de Sansón cuando vio al ángel Yahweh temiendo morir en ese mismo instante; hasta que su más sesuda esposa le hizo saber que si ese hubiera sido el deseo de Yahweh ya estarían muertos, y que no era esa su intención). Y nótese cómo Isaías llama Rey al Señor. Acto seguido, uno de los serafines tomó con una tenaza una brasa ardiente del altar, y tocó los labios del hijo de Amoz, para purificarlo, lo cual es descrito como una culpa quitada o eliminada; y también el haber sido limpiado de su pecado, Tanto la culpa, como la impureza han de ser eliminadas. Lo uno te libra de la acusación; y lo otro lava tu conciencia de toda obra muerta, no dejando rezagos de lo que ya no existe. Y es después de todo esto que Isaías ofrece sus servicios al Señor, sintiéndose apto para ello.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 30/11/2018 MENSAJE # 2887
OBSERVEMOS DETALLADAMENTE CÓMO ES QUE DIOS EJERCE SU LLAMAMIENTO PARA EL SERVICIO ACTIVO, Y QUÉ ES LO QUE DEBEMOS HACER PARA ESTAR APTOS Y HACERLO CON PRESTEZA Y SEGÚN EL AGRADO DIVINAL.
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