domingo, 18 de noviembre de 2018

EL APÓSTOL PABLO NOS INTRODUCE A LAS REALIDADES TRASCENDENTES QUE, CONVERGIENDO EN CRISTO JESÚS, ALLÁ EN LA CRUZ DEL CALVARIO, POSIBILITARON QUE EL CIELO Y LA TIERRA TORNARAN A SU REALIDAD TRASCENDENTE, OBRANDO DE CONSUNO EL PROPÓSITO ETERNO.

LIMA - PERÚ  SÁBADO 17 DE NOVIEMBRE DEL 2018   MENSAJE # 2859

COLOSENSES 1;15-20.

"Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sena tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y ;él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz".


=== Cuando Pablo se interna en el panorama espiritual y doctrinal, hay que seguirlo de cerca y prestar absoluta atención a cada detalle que referirá, para poder captar la riqueza de los valores trascendentes que nos ubiquen en el contexto en que él habita. Hay un cierto paralelismo entre estas declaraciones, y la continua afirmación de lo que Elías acotaba, esto es, que vivía en la presencia de Dios: "Vive Yahweh en cuya presencia estoy"; frase que más tarde empleara su discípulo y sucesor, Eliseo. Tales expresiones no tenían nada de simbólico, y mucho de consciencia espiritual en un plano superior, a la que somos llamados a participar de un modo continuo y persistente, para que la sabiduría e inteligencia espiritual referida por el apóstol en el verso 11, nos llene del conocimiento espiritual correspondiente a los que hemos sido añadidos a la esfera del reino de Dios,  haciéndose tangible nuestra participación, andando como él anduvo. Al decirnos que la proyección divina se evidenciaba en Jesús, nuestros ojos son trasladados a la esfera celico-pedestre que nos hace ver en Jesús la naturaleza coesencial del Padre: "...El que me ha visto a mí, ha visto al Padre..." (Jn.14:9). Y luego, Pablo nos declara que Jesús es el ADN divino, la panacea de la que el Padre sacara todo lo que existe visible e invisiblemente, tanto en la esfera celeste como en la pedestre, pasando luego al plano o panorama jerárquico que él aparejara para mantener el perfecto control sobre todo lo creado, incluyendo seres celestiales y humanos, y el hábitat en los que ellos pululan según su voluntad y arbitrio con el equilibrio cósmico correspondiente.


===Al describir a Jesús como la fuente de la cual todo emana, se repite aquella expresión de Romanos 1:17: POR Y PARA. Lo primero, implica su voluntad creativa y ejercida con un sentido práctico; y lo segundo: el propósito que compone un destino, y que es descrito como su beneplácito, o el cubrimiento global de todo y de todos, describiéndonos en un lenguaje simple y sintetizado lo que él se ha propuesto para adornar así el plano eternal incluyéndonos en él por su gracia. Todo lo que el cosmos contiene como una realidad vivencial tiene en Jesús su sístole y diástole, teniendo el panta (el todo) en él a su esencia, su sustancia y su fundamento. Y Pablo se dispara hacia arriba y hacia abajo, al mundo de lo visible y lo invisible, y a toda forma de gobierno, dominio, reinado o potestad, formando el organigrama divino-humano que hiciera de las cosas lo que son, representan y postulan; tanto en lo perentorio como en lo permanente, llevándonos a entender la trascendencia de los valores eternales al contemplar en lo efímero el andamiaje de lo destinado a perpetuidad. El bendito ciclo que forma el círculo donde todo existe y se manifiesta, va girando de continuo, volviendo a su lugar de origen o fuente de emisión, recorriendo nuevamente la elíptica de la programación divina por las edades.


=== Luego, Pablo, en el verso 17, se devuelve al pasado, y al cómo es que todo subsiste por aquella energía inagotable que el Señor les imparte, a la que el autor de Hebreos llama: LA PALABRA DE SU PODER, la misma que mantiene el statu quo de lo que la vida es y compone. La iglesia tiene a Cristo como su cabeza, y el apóstol vuelve a redundar, al decirnos que Cristo es el fundamento original de todo lo que contemplamos en la esfera célico-pedestre; no sólo de la vida natural; sino también de la sobrenatural; y me refiero a la vida trascendental, la cual conocemos como vida de resurrección, la cual  no puede ya más morir (Lc.20:36). Y sin importar hacia dónde dirijamos nuestras miradas, allí se yergue invicta la vida preeminente de aquel a quien el Padre le impartiera total plenitud. Y es en el vértice que corresponde  a la cruz del Calvario, lo que hace factible que el cielo y la tierra se condensen, y se hagan uno para la gloria de Dios.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA     17/11/2018   MENSAJE # 2859

1 comentario:

  1. TODAS LAS REALIDADES TRASCENDENTES NOS HAN SIDO OTORGADAS EN CRISTO JESÚS Y DEBE SER NUESTRO PLACER EL DISFRUTARLAS AMPLIAMENTE, AHORA Y SIEMPRE. EN ÉL HABITA TODA PLENITUD.

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