sábado, 10 de noviembre de 2018

UN IMPERATIVO DIVINO EN EL PLANO RELACIONAL DIVINO-HUMANO, ES LA ABSOLUTA SEPARACIÓN EN TODAS LAS INSTANCIAS. AQUÍ NO HAY MEDIAS TINTAS NI CIERTAS CONSIDERACIONES. EL MANDAMIENTO ES ESPECÍFICO Y SIN CONCESIONES.

LIMA - PERÚ    VIERNES 09 DE NOVIEMBRE DEL 2018   MENSAJE # 2843

SEGUNDA DE CORINTIOS 6:14-18.

;"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso".


=== Después que el apóstol ha puntualizado nuestra posición en Cristo, y referido el cómo la obra divina se torna en una realidad consciente, y no meramente imaginaria, para llevarnos de la mano al vivir por la fe; Pablo hace surgir en cada creyente un gemir por el revestimiento celestial; y no se trata de un traje nuevo que te puedas ceñir; sino que nos induce a buscar con todo el afán del caso el movernos en  nuestra naturaleza tripartita, de modo que el deterioro externo no se lleve nuestro gozo, pues este desarrolla en forma inversamente proporcional al hombre nuevo que en nosotros se va forjando día tras día, haciendo tangible el mundo invisible, que deja de ser algo hipotético, y se transforma en una virtual realidad que nos constituye en cristianos gozosos, y nos saca de nuestra naturaleza mortecina, renovándose el brillo del oro tiznado, suprimiendo nuestro réquiem, y prorrumpiendo en una alabanza jubilosa. Y así, al disertar sobre NO RECIBIR LA GRACIA DE DIOS EN VANO, nos invita a participar de las realidades compatibles con nuestra nueva vida generacional. Y es así que toda experiencia por la que hayamos pasado, nos hace ver que somos personas más aptas que antes, por haber discernido los valores de nuestra habitación celestial, en el que la consciencia de edificio nos hace corporativos por principios, y no por obligación o resignación.

=== Al ensancharse los corazones de los santos (solicitud paulina de los vs.12-13), salimos de nuestra estrechez espiritual, y porque nos vemos en Cristo, de inmediato surge en nosotros aquel grado de separación (de lo secular), y la necesidad de consagración (a nuestro panorama espiritual, anímico y físico, en un interactuar que sublima nuestra manera de pensar, hablar y obrar). Y al surgir la ordenanza divinal, somos inmediatamente advertidos sobre nuestros valores trascendentes, los cuales no pueden ser mezclados, llamándonos a un total apartamiento de los moradores de la tierra (me refiero a los incrédulos), tal como se le dijo a Abram, el padre de nuestra fe: "... Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré" (Gn.12:1). Si somos atentos, notaremos que Dios excluye al patriarca de todo lo que tuviera algo de valor sentimental, familiar, terrenal; y demanda de él que lo siga hacia donde él lo quiere llevar para componer un destino. El nuevo yugo produce una nueva unidad binaria que no admite mixtura alguna; y solo lo que posee la misma naturaleza puede hacerse uno con la Deidad. ¿Se permite el compañerismo? ¡No! La justicia es el fluir de esta generación de gente que Dios eligiera para caminar con él, y los injustos no tienen parte ni suerte con los que Dios ha justificado. La comunión con las tinieblas es absolutamente incompatible, pues la luz en las tinieblas resplandece, y lo uno y lo otro no pueden estar juntos.


=== Las naturalezas de Cristo y Belial son antagónicas por lo que son y representan; y al trasladar eso a nuestra experiencia, el apóstol prohíbe el entrar en asociación con la gente impía por ser antinatural. Y al pasar al panorama de nuestra adoración, inquiere: ¿Cuándo se se hizo un pacto con Satán? No podemos tener dioses ajenos delante de Yahweh. Y si buscamos un altar físico, no lo hallaremos en las construcciones de madera, piedra o cemento; sino en nuestros corazones, porque cuando Dios vino a habitarnos, exigió todo para sí, y nuestra integridad tripartita pasó a ser su tabernáculo. Y si preguntamos: Señor, ¿cómo haces para desplazarte? ¿Cómo se ejecuta el plano de nuestra fusión contigo? Él responde: "Habitaré y andaré entre ellos" (Ap.1:10-13); "Y seré su Dios" (Esto implica nuestra adoración consciente), "Y ellos serán mi pueblo" (Esto aplica a nuestra relación como gente de su propiedad). Y aquí entramos al meollo de este asunto: "Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré". El salir, el apartarse, y el mantenerse puros, nos hacen mantener nuestro contacto con la Deidad aquí en la tierra, evidenciándose nuestra posición y condición en calidad de hijos de Dios. Ya el verso 18 describe nuestra filiación y nuestra calidad de herederos, como un hecho permanente.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    09/11/2018   MENSAJE # 2843

1 comentario:

  1. LA MEZCLA DE RAZAS, LAS COMBINACIONES QUE ESTÁN ESTRICTAMENTE PROHIBIDAS POR LA PALABRA DE DIOS, NO SON COSAS NEGOCIABLES, NI SON VISTAS CON AGRADO DE PARTE DE DIOS, DIOS NO HA CREADO A LOS HÍBRIDOS, CUIDADO CON ESO.

    ResponderEliminar