lunes, 15 de octubre de 2018

NUESTRA VIDA ESPIRITUAL MIRA SIEMPRE HACIA ADELANTE, TOMANDO TODOS LOS RECURSOS QUE EL SEÑOR VA PONIENDO A NUESTRO ALCANCE PARA CORONAR CON ÉXITO NUESTRA CARRERA ESPIRITUAL, CON LA CLASE DE VIDA QUE AGRADA A DIOS.

LIMA - PERÚ    DOMINGO 14 DE OCTUBRE DEL 2018    MENSAJE # 2791

SEGUNDA DE PEDRO 1:3-10

"Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto miso, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad, a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejaran estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas. no caeréis jamás".

=== Nuestra divina participación en calidad de descendencia divinal, nos es compartida aquí en una forma pormenorizada; y cada vez que Pedro nos habla de las cosas espirituales, globaliza el panorama espiritual inherente a nuestra herencia, haciendo una apretada síntesis de los valores eternales en los que habemos de reposar. El apóstol demuestra una madurez espiritual abundante y precisa, y su anhelo es que nosotros también la tengamos en la misma medida, de modo que nuestro grado de desarrollo espiritual se maximice, y caminemos en línea con lo que el Padre nos ha enseñado. Recordemos una vez más que las expresiones pedrinas: La vida y la piedad, no son expresiones alegóricas, líricas o retóricas; sino una fidelisima versión de las realidades neocreacionales. Mientras que la vida abarca lo total en nuestra existencia, la piedad nos es mostrada como la santa manera de vivir, agradando a Dios en todo tiempo. Pedro nos comparte que ambas cosas nos han sido legadas por su poder divinal, y que estas cosas llegaron a captarse mediante el conocimiento de quien nos llamara desde su gloria o resplandor para revelarnos la forma más excelente de operar su voluntad. Aquellos que por la fe están incursos en el contexto del divino obrar, fueron introducidos en la misma por lo que Pedro denomina 'preciosas y grandísimas promesas', indicando lo primero, la estima que ellas tienen; y lo segundo, el volumen de gloria que ellas abarcan para constituirse en el resplandor oficial de los que fueran separados para disfrutar de esta gracia. Los términos, una vez más acoto, no pueden ser considerados como exagerados, porque componen la realidad en la que los creyentes hemos de andar para hallar la plena santificación que nos hará calificar como herederos, aptos para el reino.


=== La única manera que tenemos para huir de la corrupción secular, es equivalente al abandono de la concupiscencia o deseos desordenados, es fusionarnos con el Señor en su gracia poderosa; para que al ser absorbidos por la misma, penetremos en la celeste esfera, y estemos exentos de ser tocados por el enemigo, cuya especialidad es contaminar todo lo que esté a su alcance. La energía seminal (me refiero a las preciosas y grandísimas promesas), no solamente debe ser guardada y atesorada, sino utilizada en los lugares celestiales en los que habitamos, de modo que entendamos su valía en los términos de una vida abundante, la misma que debe ser desarrollada óptimamente, para que, alcanzando el nivel de herederos (hijos maduros), podamos participar de la naturaleza divina; esto es la santidad que alcanza plenitud, dándole a Dios el gozo de nuestra redención, la cual ha de llegar a la N potencia, si las vamos agregando al
plano de nuestra experiencia. La concupiscencia, puede llegar a estorbarnos si somos negligentes en cuanto a nuestro crecimiento y desarrollo espiritual; pero también puede ser expectorada, en la medida en que percibamos nuestro compromiso pactual, y desechemos su presencia y su influencia, desvaneciéndose así su antigua hegemonía, pues lo mortal debe ser devorado por la vida inmortal; y no al revés. Ningún creyente debe darse por satisfecho si no ha llegado al cenit de su llamamiento y vocación; de allí que fuera necesario ser diligente en lo relacionado con nuestro avance espiritual, aprovechando la ocasión para crecer y madurar.


=== Lo que Pedro refiere como AÑADIDURAS, es el elevarse espiritualmente, haciendo uso de cada una de las preciosas y grandisimas promesas; y la base de la fe, debe impulsarse hasta alcanzar el poder ejecutor que la solidifica como un carácter admirable, fijo y reconocible; lo que nos permitirá adquirir un conocimiento espiritual y trascendente que nos madura y equilibra, dotándonos de la paciencia, que nos concede el sobrellevar las etapas críticas sin amargar nuestra existencia, conduciéndonos a la piedad, y no a los sentimientos egoístas de autocompasión o de deseos de venganza, revelándonos el plano corporativo de aquellos que se aman y se unen para hacer y establecer la voluntad de Dios como su prioridad absoluta, hasta fructificar en amor; no hallando en nosotros nada que nos impida realizar el propósito divinal. Y entonces veremos cómo cada uno contribuye a la edificación, exhortación y consolación que nos permitan parecernos más a nuestro Señor y Salvador, fructificando para su gloria y honor. Si nuestros considerandos no nos llevan a ese lugar de honor que Dios preparara para nosotros, entonces nuestra vida cristiana ha sido un fraude (no de parte de Dios, sino de aquellos que no supieron interpretarla en su adecuada sazón). La afirmación de nuestro carácter cristiano, y de nuestra identificación con Cristo Jesús habrán de sintetizarse en una vocación y elección que evidencie nuestra fortaleza espiritual al máximo nivel.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    14/10/2018    MENSAJE # 2791.

1 comentario:

  1. LA VIDA ESPIRITUAL PROGRESIVA HA DE SER ASMITIDA POR EL CREYENTE PARA ALCANZAR EL NIVEL DE SANTIFICACIÓN NECESARIO PARA OBTENER SU HERENCIA COMO HIJO MADURO.

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