LIMA - PERÚ JUEVES 03 DE ENERO DEL 2019 MENSAJE # 2955
GÉNESIS 22:1-8.
"Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham: Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y se fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña, mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos".
=== El principal hombre del memorial, Abraham, había recibido la promesa divina que a través de Isaac, el hijo de la promesa, nacido sobrenaturalmente tendría una enorme y poderosa descendencia que poseería la tierra. En el trámite de las tratativas con el Señor, Yahweh le mostró muchos detalles inherentes a su Deidad, revelándose progresivamente de muchas maneras; y esta petición surgía de ese lado desconocido, extraño e insólito, que lucía ininteligible y opuesto a todo lo que se le había mostrado hasta ese momento; y durante el trámite de aquella noche, que precediera a su partida hacia el monte Moriah, muchas cosas pasaban por su cabeza, haciendo pendular la testa del siervo de Dios, imaginando muchas cosas; pero trayendo a su corazón una inefable certeza, y era que Dios tendría que hacerse cargo del cumplimiento de la promesa del modo que fuera. Aquel Dios que hiciera emerger la vida en la ya seca matriz de Sara, de su cuerpo ya casi muerto, y que pintara en ellos dos una sonrisa, brotó sobrenaturalmente alguien que no tenía existencia; hasta que el Supremo Hacedor se la concediera en el contexto de las edades para el progresivo cumplimiento de las edades, haciéndonos nacer a nosotros como parte de la simiente de Abraham mediante la fe, ¿Sabías que el nacer del Espíritu es un hecho sobrenatural? Del mismo modo, nuestra integración a la simiente de Abraham, es un hecho portentoso que Dios nos muestra todos los días a través de la conversión al Señor mediante la fe. Recuerda: Es por Fe y para Fe.
=== Aquel silencioso padre de familia, que oficiaría como el verdugo de su propio hijo, dejando a Sara sin su unigénito, y arruinando su propia perspectiva a futuro, no mencionó sus intenciones a nadie; pues era demasiado complejo todo para ser entendido por quienes no tenían una directa comunión con la Deidad, y nada como esto se había dado con anterioridad para buscar un plano comparativo. Pero en la actitud de Abraham no se ve dubitación alguna, sino na firme resolución a favor de su socio mayoritario con intereses célico-pedestres irreversibles. Fueron las setentidós horas mas agónicas para el alma del elegido del Señor, quien habría de tratar a su hijo (heredero de la misma promesa) conforme al lineamiento divino ... nada sencillo, por cierto. El alma de Abraham, abatida en extremo, tuvo que apagar sus sentimientos,anhelos y rogativas, pues Yahweh le había dado una orden directa e irrevocable,y durante aquellos tres días, el patriarca lucía lívido, pero estable, y nada hacía presagiar que algo trágico pudiera suceder. Salvo Abraham, todos ignoraban lo que había de pasar en la cima de aquel monte, y viendo la sistemática frialdad con la que actuaba el patriarca, nada parecía que algo extraordinario y glorioso acontecería en la cima del monte Moriah.
=== El muchacho, sumamente sumiso a su padre, se sentía curioso respecto al animal faltante para el sacrificio, y le preguntó a su padre, el cual fue parco y preciso para responder, aduciendo que Dios se haría cargo se suplir la víctima de aquel holocausto u ofrenda de olor grato, a lo que Isaac no replicó, pues él vivía en un ambiente en que las intervenciones divinas y sobrenaturales hacían factible que algo extraordinario y sublime aconteciera. El peso de la leña iba sobre las espaldas de Isaac (como la cruz sobre Jesús al monte de la crucifixión); pero el fuego y el cuchillo, iban en las manos de Abraham (el fuego de la purificación que entregaría la vida de su unigénito en este singular holocausto; y el cuchillo que cortaría la garganta de Isaac); eran sostenidos sin vacilación alguna por el patriarca, yendo a oficiar aquel sacrificio que podría desvanecer todo delante de ellos, haciendo sentir a Abraham culpable para siempre de la destrucción del sistemático planificar de la Deidad, que querría mostrar, vía la sustitución, la gloria de la vida de resurrección. Yahweh llevó la fe de Abraham hasta el clímax, desatando para él y su descendencia (Iban los dos juntos), el juramento divino que ratificara todo lo que se le había dicho al patriarca, y mucho más (Véase los versos 15-19).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/01/2019 MENSAJE # 2955
"Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham: Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y se fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña, mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos".
=== El principal hombre del memorial, Abraham, había recibido la promesa divina que a través de Isaac, el hijo de la promesa, nacido sobrenaturalmente tendría una enorme y poderosa descendencia que poseería la tierra. En el trámite de las tratativas con el Señor, Yahweh le mostró muchos detalles inherentes a su Deidad, revelándose progresivamente de muchas maneras; y esta petición surgía de ese lado desconocido, extraño e insólito, que lucía ininteligible y opuesto a todo lo que se le había mostrado hasta ese momento; y durante el trámite de aquella noche, que precediera a su partida hacia el monte Moriah, muchas cosas pasaban por su cabeza, haciendo pendular la testa del siervo de Dios, imaginando muchas cosas; pero trayendo a su corazón una inefable certeza, y era que Dios tendría que hacerse cargo del cumplimiento de la promesa del modo que fuera. Aquel Dios que hiciera emerger la vida en la ya seca matriz de Sara, de su cuerpo ya casi muerto, y que pintara en ellos dos una sonrisa, brotó sobrenaturalmente alguien que no tenía existencia; hasta que el Supremo Hacedor se la concediera en el contexto de las edades para el progresivo cumplimiento de las edades, haciéndonos nacer a nosotros como parte de la simiente de Abraham mediante la fe, ¿Sabías que el nacer del Espíritu es un hecho sobrenatural? Del mismo modo, nuestra integración a la simiente de Abraham, es un hecho portentoso que Dios nos muestra todos los días a través de la conversión al Señor mediante la fe. Recuerda: Es por Fe y para Fe.
=== Aquel silencioso padre de familia, que oficiaría como el verdugo de su propio hijo, dejando a Sara sin su unigénito, y arruinando su propia perspectiva a futuro, no mencionó sus intenciones a nadie; pues era demasiado complejo todo para ser entendido por quienes no tenían una directa comunión con la Deidad, y nada como esto se había dado con anterioridad para buscar un plano comparativo. Pero en la actitud de Abraham no se ve dubitación alguna, sino na firme resolución a favor de su socio mayoritario con intereses célico-pedestres irreversibles. Fueron las setentidós horas mas agónicas para el alma del elegido del Señor, quien habría de tratar a su hijo (heredero de la misma promesa) conforme al lineamiento divino ... nada sencillo, por cierto. El alma de Abraham, abatida en extremo, tuvo que apagar sus sentimientos,anhelos y rogativas, pues Yahweh le había dado una orden directa e irrevocable,y durante aquellos tres días, el patriarca lucía lívido, pero estable, y nada hacía presagiar que algo trágico pudiera suceder. Salvo Abraham, todos ignoraban lo que había de pasar en la cima de aquel monte, y viendo la sistemática frialdad con la que actuaba el patriarca, nada parecía que algo extraordinario y glorioso acontecería en la cima del monte Moriah.
=== El muchacho, sumamente sumiso a su padre, se sentía curioso respecto al animal faltante para el sacrificio, y le preguntó a su padre, el cual fue parco y preciso para responder, aduciendo que Dios se haría cargo se suplir la víctima de aquel holocausto u ofrenda de olor grato, a lo que Isaac no replicó, pues él vivía en un ambiente en que las intervenciones divinas y sobrenaturales hacían factible que algo extraordinario y sublime aconteciera. El peso de la leña iba sobre las espaldas de Isaac (como la cruz sobre Jesús al monte de la crucifixión); pero el fuego y el cuchillo, iban en las manos de Abraham (el fuego de la purificación que entregaría la vida de su unigénito en este singular holocausto; y el cuchillo que cortaría la garganta de Isaac); eran sostenidos sin vacilación alguna por el patriarca, yendo a oficiar aquel sacrificio que podría desvanecer todo delante de ellos, haciendo sentir a Abraham culpable para siempre de la destrucción del sistemático planificar de la Deidad, que querría mostrar, vía la sustitución, la gloria de la vida de resurrección. Yahweh llevó la fe de Abraham hasta el clímax, desatando para él y su descendencia (Iban los dos juntos), el juramento divino que ratificara todo lo que se le había dicho al patriarca, y mucho más (Véase los versos 15-19).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/01/2019 MENSAJE # 2955
LA PRUEBA DE NUESTRA FE (AQUÍ ES DE NIVEL PATRIARCAL) ES INDISPENSABLE PARA OBRAR LA VOLUNTAD DIVINA, Y PARA QUE NOSOTROS Y OTROS SEAMOS INTEGRADOS AL PANORAMA SACRIFICIAL CONSTITUYÉNDONOS EN OFRENDAS PARA DIOS.
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