LIMA - PERÚ VIERNES 04 DE ENERO DEL 2019 MENSAJE # 2957
EFESIOS 6:12-18. (VERSIÓN REINA VALERA CONTEMPORÁNEA).
"Por lo demás, hermanos míos, manténgase firmes en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo. La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes! Por lo tanto, echen mano de toda la armadura de Dios para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin y permanecer firmes. Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad, revestidos con la coraza de justicia, y con los pies calzados con la disposición de predicar el evangelio de la paz. Además de todo esto, protéjanse con el escudo de la fe, para que puedan apagar todas las flechas incendiarias del maligno, Cúbranse con el casco de la salvación, y esgriman la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos".
=== Son tres las fases en las que el creyente ha de ser aparejado para constituirse en un genuino soldado del Señor: El Sentarse (para escuchar y ser enseñado en todo lo inherente a su rol protagónico como hijo de Dios); el Andar (implicando que hay una senda sobre la cual serán probados los santos en su fe, en su entendimiento, en sus capacidades y dotaciones, logradas con el cabal entrenamiento); y luego todo ello hará que ascendamos con el Señor para una confrontación tripartita que nos lleve a la trascendencia, y que dé testimonio al enemigo de la excelencia de nuestra preparación, y la solvencia de nuestra espiritualidad, y es a ello que se clasifica como el Estar Firmes, apuntando a la invariabilidad que distingue al reino de Dios, de tal manera que nuestro Señor y Dios reine, poniendo al enemigo como estrado de sus pies. En la vida cristiana normal del pueblo de Dios, nada es imaginario, todo es tan sólido como Dios lo anticipara y refiriera. Y así como el diablo se apoderó del panorama terrenal, y llevó a las mentes humanas deterioradas por el pecado a forjar un dominio intruso que llevó a la humanidad hasta morar en la oscuridad, sumergiéndose en el engaño de una naturaleza pecaminosa y carnal que le hiciera perder su perspectiva, y los hiciera esclavos de sus pasiones y sus maldades, llevándolos a la eterna condenación; así también habíamos de ser recobrados por la Deidad mediante la redención, para devolverle a la humanidad redimida el rol protagónico que compone su participación en el reino de Dios.
=== El apóstol nos participa dos cosas: La necesidad de afirmarnos en el Señorío de Jesús, y en el poder que nos comunica su fuerza al habitarnos y convertirnos en sus instrumentos. Y cuando nos comunica todo aquello que compone la armadura de Dios (Cabe acotar que el enemigo no tiene poder alguno contra Dios Padre, y no puede amenazarlo o dañarlo). La armadura de Dios implica la naturaleza de lo que él diseñó para nosotros, tanto para nuestra protección como para atacar al enemigo, reduciendo a nada su gobierno sobre el género humano. Los que han sido competentes para desarrollar espiritualmente, y se tomaron el tiempo para aprender, y para entrenarse cabalmente a fin de ser empoderados para una lucha que compone una reconquista, y el restablecimiento del reino de Dios, contemplarán cada pieza de la armadura para entender su función y su propósito, manteniendo el balance y la verticalidad que le revela al enemigo que hay un contingente armado por Dios que no le teme, y que lo enfrenta donde lo encuentre, despojándolo progresivamente de todas sus argucias, que ya no cree en sus engaños, y que es capaz de noquearlo en las diversas esferas en las que él tuviera algún dominio o influencia. ¿Se acuerdan del informe de los setenta cuando llegaron con las nuevas de que los demonios se les sometían en el nombre de Jesús? Y Jesús les refirió que no se gozaran de eso; sino de que sus nombres estaban escritos en el Libro de la Vida; y les hizo saber cómo Satanás cayó desde el cielo como un rayo, cuando ellos usaban los recursos otorgados por él, a los cuales añadió aún más (Lc.10:17-20).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 04/01/2019 MENSAJE # 2957
"Por lo demás, hermanos míos, manténgase firmes en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo. La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes! Por lo tanto, echen mano de toda la armadura de Dios para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin y permanecer firmes. Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad, revestidos con la coraza de justicia, y con los pies calzados con la disposición de predicar el evangelio de la paz. Además de todo esto, protéjanse con el escudo de la fe, para que puedan apagar todas las flechas incendiarias del maligno, Cúbranse con el casco de la salvación, y esgriman la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos".
=== Son tres las fases en las que el creyente ha de ser aparejado para constituirse en un genuino soldado del Señor: El Sentarse (para escuchar y ser enseñado en todo lo inherente a su rol protagónico como hijo de Dios); el Andar (implicando que hay una senda sobre la cual serán probados los santos en su fe, en su entendimiento, en sus capacidades y dotaciones, logradas con el cabal entrenamiento); y luego todo ello hará que ascendamos con el Señor para una confrontación tripartita que nos lleve a la trascendencia, y que dé testimonio al enemigo de la excelencia de nuestra preparación, y la solvencia de nuestra espiritualidad, y es a ello que se clasifica como el Estar Firmes, apuntando a la invariabilidad que distingue al reino de Dios, de tal manera que nuestro Señor y Dios reine, poniendo al enemigo como estrado de sus pies. En la vida cristiana normal del pueblo de Dios, nada es imaginario, todo es tan sólido como Dios lo anticipara y refiriera. Y así como el diablo se apoderó del panorama terrenal, y llevó a las mentes humanas deterioradas por el pecado a forjar un dominio intruso que llevó a la humanidad hasta morar en la oscuridad, sumergiéndose en el engaño de una naturaleza pecaminosa y carnal que le hiciera perder su perspectiva, y los hiciera esclavos de sus pasiones y sus maldades, llevándolos a la eterna condenación; así también habíamos de ser recobrados por la Deidad mediante la redención, para devolverle a la humanidad redimida el rol protagónico que compone su participación en el reino de Dios.
=== El apóstol nos participa dos cosas: La necesidad de afirmarnos en el Señorío de Jesús, y en el poder que nos comunica su fuerza al habitarnos y convertirnos en sus instrumentos. Y cuando nos comunica todo aquello que compone la armadura de Dios (Cabe acotar que el enemigo no tiene poder alguno contra Dios Padre, y no puede amenazarlo o dañarlo). La armadura de Dios implica la naturaleza de lo que él diseñó para nosotros, tanto para nuestra protección como para atacar al enemigo, reduciendo a nada su gobierno sobre el género humano. Los que han sido competentes para desarrollar espiritualmente, y se tomaron el tiempo para aprender, y para entrenarse cabalmente a fin de ser empoderados para una lucha que compone una reconquista, y el restablecimiento del reino de Dios, contemplarán cada pieza de la armadura para entender su función y su propósito, manteniendo el balance y la verticalidad que le revela al enemigo que hay un contingente armado por Dios que no le teme, y que lo enfrenta donde lo encuentre, despojándolo progresivamente de todas sus argucias, que ya no cree en sus engaños, y que es capaz de noquearlo en las diversas esferas en las que él tuviera algún dominio o influencia. ¿Se acuerdan del informe de los setenta cuando llegaron con las nuevas de que los demonios se les sometían en el nombre de Jesús? Y Jesús les refirió que no se gozaran de eso; sino de que sus nombres estaban escritos en el Libro de la Vida; y les hizo saber cómo Satanás cayó desde el cielo como un rayo, cuando ellos usaban los recursos otorgados por él, a los cuales añadió aún más (Lc.10:17-20).
===La identificación del enemigo, en su naturaleza intrínseca, nos permite ver el cómo las personas engañadas son usadas por él como sus instrumentos, manteniéndose él en las sombras, mientras crea la impresión que esta es una guerra entre bandos contrarios en la esfera natural. Por ello, los que han crecido espiritualmente, disciernen la presencia de los engañadores, y utilizan valientemente la espada del Espíritu, para agredir; no a las personas, sino al influjo que sobre ellos opera; es por eso que casi toda la armadura es defensiva, y los dos instrumentos de ataque: La Espada del Espíritu, y la Oración de fe en cualquiera de sus modalidades: intercesora, suplicatoria, petitoria, indagatoria, etc.; son emisiones orgánicas en la esfera célico-pedestre, haciendo funcionar nuestros recursos espirituales, dejando al enemigo con un palmo de narices, desconociendo a estas falanges del ejército de Dios con quienes todavía no se habían topado, retrocediendo atemorizadas ante la cristiana osadía tan desacostumbrada. Hay un día malo que hemos de esperar porque sin duda vendrá ... ¿Una vez? ... Todas las veces que sea, el enemigo nos tiene que hallar debidamente protegidos, siendo nuestra presencia para él una amenaza. El diseño de la armadura protege enteramente cada parte vulnerable de nuestra integridad, haciendo notorio que todo nuestro ser se halla bajo el amparo divino. Ataca, y no temas, pues la victoria y el triunfo son nuestros.
LA SEGURIDAD Y PROTECCIÓN DE LOS COMPONENTES DEL EJÉRCITO DE DIOS ES ALGO QUE EL PADRE HA APAREJADO CONVENIENTEMENTE. ESTA CAMPAÑA HABRÁ DE SER LUCHADA PALMO A PALMO, Y HEMOS DE RECOBRAR NUESTRA HEREDAD, CONFORME A LO REVELADO POR EL PADRE.
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