EL ENVENENAMIENTO PROGRESIVO DEL AMBIENTE EN EL QUE NOS DESENVOLVEMOS, PUEDE APAGAR NUESTRA ESPIRITUALIDAD. BUSQUEMOS LA COMUNIÓN CON QUIENES DE TODO CORAZÓN SIRVEN A DIOS, AYUDANDO AL SOSTÉN DE NUESTRA ESPERANZA.

LIMA - PERÚ   LUNES 31 DE DICIEMBRE DEL 2018   MENSAJE # 2950

MEDITACIONES VARIAS

Salmo 120:6.

"Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz".

Abraham era un hombre de Dios, dondequiera que iba plantaba un altar para Jehová

mostrando privada y públicamente que él era el Dios a quien servía y que

servirá

incondicionalmente, tanto él como su posteridad. Su raza lo unía, Dios lo

separó

de las paganas naciones, trazando un destino que para él y para nosotros

preparó.

Lot fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma, llegando a ser entre ellos un 

notable

forjando una reputación que lo fundía con una cultura de una idolatría execrable.

Aunque él vivía abrumado por la conducta cínica de los malvados, fue lo

rentable

de su posición económica lo que lo tuvo atado largo tiempo a su fluir

abominable.

La correcta relación de Abraham con Yahweh, contrasta vivamente con la

actividad

inocua de su sobrino Lot, que no supo guardar un cabal testimonio de su

probidad,

que no logró interesar a ningún sodomita por la perfecta realidad y la

bendición

de Yahweh, teniendo que ser rescatado por los ángeles en virtud de ajena

oración.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   31/12/2018.