sábado, 14 de abril de 2018

LA LAMENTACIÓN EXAMINA LA TRISTE CONDICIÓN DE LA NACIÓN JUDÍA, ENTENDIENDO QUE LA MISMA ES EL FRUTO DE SU MALDAD, DE SU NATURALEZA PERVERSA Y DE SU NEGATIVA A ARREPENTIRSE, TRAYENDO SOBRE ELLOS EL JUICIO DIVINO EN TODA SU EXTENSIÓN, LLEVÁNDOLOS AL DESTIERRO.

LIMA - PERÚ     SÁBADO 14 DE ABRIL DEL 2018        MENSAJE # 2425

LAMENTACIONES 1:1-3.

"¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda, la señora de provincias ha sido hecha tributaria. Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas. No tiene quien la consuele de todos sus amantes; todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos. Judá ha ido en cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre; ella habitó entre las naciones, y no halló descanso. Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras".

=== El libro de las lamentaciones nos permite ver las consecuencias de las maldades de una nación que siempre se miró a sí misma por encima de las leyes y de las advertencias divinas para el mejoramiento de su conducta, y para que ordene sus pasos, de modo que su arrepentimiento (no se arrepintió nunca de su maldad) pudiera evidenciar su deseo de continuar al lado de la Deidad, y en conformidad a sus divinos lineamientos. Engreídos hasta el extremo, y situándose por encima de lo que Dios había instituido, prevaleció en la maldad, y le sobrevino el juicio. La gloria que antes tuviera, fue cambiada por la naturaleza destructiva de sus captores, quienes no respetaran para nada sus tradiciones, ni el significado que tuvieran las cosas dedicadas a Yahweh su Dios. La espada, el hambre, la peste, y toda especie de mal que vino contra la ciudad dejó a Judá con una desolación que retara la imaginación del tirano más cruel, llegando hasta el extremo de comerse a sus propios hijos por el asedio, y de ver cómo la muerte los fuera consumiendo lenta y progresivamente cambiando la tonalidad de su piel, enflaqueciéndose y ennegreciéndose por el hambre hasta adquirir la más lastimosa apariencia, cayendo exánimes y dando su último estertor, como gente que jamás quiso arrepentirse de su maldad. Cuando Yahweh castiga, lo hace hasta las últimas consecuencias, sin vuelta de hoja, porque su amor y su gracia fueron rechazados, y si se provoca la ira divina hasta el extremo, las consecuencias son terribles. Jeremías pudo ver el sufrimiento y el dolor que le tocó vivir a Judá, sintiéndose impotente frente al llanto desolador de los niños, viéndolos morir en las encrucijadas de las calles. La muerte de los ancianos y de los sacerdotes, las jóvenes y los varones llevados a la esclavitud, las mujeres violadas, etc. ¡La guerra es un asco! Y el pecado le trae afrenta a las naciones; fue por eso que Judá no estuvo exenta de castigo.

=== Las naciones circunvecinas, gente impía e idólatra, algunas de las cuales eran parientas directas de los judíos, aborrecían a la nación hebrea. Buen tiempo atrás escuché a uno de los presidentes de mi nación: Alan García Pérez, que en política no hay amigos ni enemigos; sólo conveniencias. También arguyó que los pactos y los acuerdos, al igual que el amor, era cuestión de fechas y horarios. Vale decir, nos enojamos y separamos ayer a las 5.30 p.m.; si me encuentras a las 6 p.m. con otra persona, no tienes derecho a reclamar nada, porque tú y yo hacía media hora ya no éramos nada, habiendo cesado nuestra relación. Tal forma de pensar, digna de quienes cavilan de esa manera, nos da a conocer el panorama relacional político de Judá con todas las naciones circunvecinas, las mismas que Jeremías califica como amantes, hablando de relaciones fortuitas de fornicación y adulterio; sin llegar a adquirir un compromiso legal, y ¡a otra cosa, mariposa! Todos los honores y respetos que en algún instante les mereciera la nación hebrea, feneció cuando la vieron caída, y acto seguido, se dieron al saqueo, haciendo leña del árbol caído. La antigua gran señora, desfilaba ante sus ojos como una mendiga tributaria. Su llanto (por ella misma y por su condición) era consecuencia de su pecado. Su rostro, bañado en lágrimas, no causaba la compasión de nadie; y sus posibles consoladores miraban en su entorno para ver qué se podían llevar, habiendo surgido en ellos un espíritu de enemistad de extraña etiología.

=== La ahora cautiva nación judía está llena de aflicciones, y sometida a dura servidumbre. La que ayer disfrutaba en sus maldades, burlándose de Dios y de sus profetas, y disfrutando a sus anchas, viste ahora como una sirvienta que implora por un periodo de descanso; pero así como ella no se cansara de pecar y de provocar la ira divina, tampoco hallaba como mitigar su fatiga y disminuir en algo su esclavitud; y así, la que antes vistiera de púrpura, ahora se abrazaba con los estercoleros (los que recogían la basura y los desperdicios en la ciudad). En su intento por huir de sus perseguidores, buscó las sendas más propicias, pero todas derivaban en estrechuras en las que fueran atrapados. La total desolación le causó profunda amargura, colapsando en su fuero interno al recordar cómo se burlaban del Dios vivo, cómo maltrataron a sus profetas, y su deseo de matar a Jeremías, confabulándose sus propios coterráneos para eliminarlo, pensando que con ello cesaría el asedio, y de alguna manera se verían liberados por algún ángel protector. La maldad siempre andará buscando falsos consuelos, mentiras piadosas, y profetas rentados que les profetizarán lo que quieran oír... Todo, menos la verdad. ¡Cuidado con los sueños de opio!

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA       14/04/2018        MENSAJE # 2425

1 comentario:

  1. LAS LAMENTACIONES DEL PROFTEA SON EL RÉQUIEM POR UNA NACIÓN QUE NUNCA QUISO RECIBIR SU AMOR Y SU GRACIA, QUE SE BURLÓ DE ÉL, Y QUE LE PROVOCÓ A IRA HASTA QUE EL JUICIO VINO DE MODO IRREMEDIABLE.

    ResponderEliminar