LIMA - PERÚ DOMINGO 29 DE ABRIL DEL 2018 MENSAJE # 2455
HEBREOS 2:1-4.
"Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad".
=== Los valores eternales no son elementos descartables, o cosas que puedan pasar al olvido, o que puedan parecernos triviales o indiferentes: ES NUESTRA VIDA. La ligereza en el entendimiento, o la torpe valoración de lo que hemos recibido de parte de Dios, es cosa de necios, es decir, aquellos que no dejan su condición bipartita (alma-cuerpo; almas vivientes de nauraleza adámica caída), y asumen que el panorama espiritual debe pasar como todo lo demás al plano de la intrascendencia, ponen en evidencia su desprecio y rechazo a la gracia divina, y se exponen a una total condenación al abjurar de su fe, volviendo a la condenación legal que la ley mosaica postula. ¿Puede pasar algo como esto? El autor asegura que sí. De allí la llamada de atención para que se consideren los VALORES ESPIRITUALES TRASCENDENTES que fueran transmitidos por medio de la fe, digo esto porque el autor arguye que debemos ser diligentes para atender las cosas que HEMOS OÍDO, y que constituyen nuestra fe (Ro.10:17). Nuestra condición como gente salva es expresada por el Señorío de Jesucristo sobre nuestras existencias, y ello no es imperceptible, sino manifiesto, traduciéndose la piedad en un estilo de vida que identifica a los siervos de Dios. Al deslizarse (como cuando caes por un tobogán), dejas las alturas, descendiendo rápida y penosamente a los planos inferiores, donde tu vida religiosa depende de tus atuendos, y de tu nivel de hipocresía, para que no te sientas tan mal contigo mismo y con tus colegas de la academia, dueños de varios Óscares.
=== Lo que hemos oído, aceptado, ingerido y metabolizado, debe haberse hecho carne, y formar parte de nosotros mismos (la fe no es una pieza protésica). Si eso no ha pasado, es porque hemos asumido religiosa y exteriormente lo que aprendimos, convirtiéndonos en entes superficiales de nulo valor en el ámbito espiritual. Si queremos, podemos auto engañarnos; pero Dios no entra en ese juego infernal, sucediendo con nuestras ofrendas lo mismo que le pasara a Caín, quien pudo contemplar la inaceptabilidad de las mismas, al no ser lo solicitado por Dios, quien pidiera un sacrificio cruento para hacer expiación (Gn.4:4-7, 5e; Lv.17:11, 14). El autor insistirá en el hecho de estarle atentos a Dios, como la única garantía anti-deslizante.Los mensajes que vinieran mediante los ángeles (mensajeros), y que fueran desobedecidos por los destinatarios, fueron severamente castigados, conforme a la justicia divinal que se aplicara a su sazón. Si esto fue dentro del contexto generacional que a cada creyente le tocara vivir; ¿qué pasaría en el plano trascendente? Sin duda, el juicio sobre ello sería mucho más contundente; porque quien esto hiciera estaría revelando su naturaleza rebelde al propósito divinal, y eso es algo que el Señor no trata con dulzura.
=== La palabra de revelación acerca del reino de Dios, fue traída directamente por el Rey Jesús a la nación hebrea, anticipándola Juan el Bautista en su calidad de Heraldo, y el Señor Jesús en calidad de Realizador. El autor nos refiere que aquellos que oyeron atentamente la voz del Señor se convirtieron en los emisores repetidores de cada una de sus palabras, confirmando todas y cada una de ellas, porque experimentaron las realidades neocreacionales en ellos mismos, y el mismo Señor les concedió la virtud de referir su autoridad y su poder en una medida semejante a la suya, arguyendo después que nosotros haríamos señales más gloriosas y maravillosas que las que él hizo, por cuanto tenía que volver al Padre (Jn.14:12). El testimonio célico-pedestre confirma las realidades neocreacionales como obra divina a través de sus autoridades delegadas, y todos los milagros, prodigios, sanidades, maravillas, milagros y repartimientos del Espíritu Santo, son sus obras a través de sus humanas extensiones (Jn.14:10-11). "Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?... Y por la fe en su nombre, a éste que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre, y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad e presencia de todos vosotros" (Hch.3:12, 16) Así, pues, no fue un poder inherente; ni tampoco el que fueran mejores que otros en su modo de vivir o de andar (piedad), lo que le trajo la sanidad al hombre cojo de la puerta la Hermosa. Él fue directamente sanado por Jesús a través de sus agentes.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 29/04/2018 MENSAJE # 2455
"Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad".
=== Los valores eternales no son elementos descartables, o cosas que puedan pasar al olvido, o que puedan parecernos triviales o indiferentes: ES NUESTRA VIDA. La ligereza en el entendimiento, o la torpe valoración de lo que hemos recibido de parte de Dios, es cosa de necios, es decir, aquellos que no dejan su condición bipartita (alma-cuerpo; almas vivientes de nauraleza adámica caída), y asumen que el panorama espiritual debe pasar como todo lo demás al plano de la intrascendencia, ponen en evidencia su desprecio y rechazo a la gracia divina, y se exponen a una total condenación al abjurar de su fe, volviendo a la condenación legal que la ley mosaica postula. ¿Puede pasar algo como esto? El autor asegura que sí. De allí la llamada de atención para que se consideren los VALORES ESPIRITUALES TRASCENDENTES que fueran transmitidos por medio de la fe, digo esto porque el autor arguye que debemos ser diligentes para atender las cosas que HEMOS OÍDO, y que constituyen nuestra fe (Ro.10:17). Nuestra condición como gente salva es expresada por el Señorío de Jesucristo sobre nuestras existencias, y ello no es imperceptible, sino manifiesto, traduciéndose la piedad en un estilo de vida que identifica a los siervos de Dios. Al deslizarse (como cuando caes por un tobogán), dejas las alturas, descendiendo rápida y penosamente a los planos inferiores, donde tu vida religiosa depende de tus atuendos, y de tu nivel de hipocresía, para que no te sientas tan mal contigo mismo y con tus colegas de la academia, dueños de varios Óscares.
=== Lo que hemos oído, aceptado, ingerido y metabolizado, debe haberse hecho carne, y formar parte de nosotros mismos (la fe no es una pieza protésica). Si eso no ha pasado, es porque hemos asumido religiosa y exteriormente lo que aprendimos, convirtiéndonos en entes superficiales de nulo valor en el ámbito espiritual. Si queremos, podemos auto engañarnos; pero Dios no entra en ese juego infernal, sucediendo con nuestras ofrendas lo mismo que le pasara a Caín, quien pudo contemplar la inaceptabilidad de las mismas, al no ser lo solicitado por Dios, quien pidiera un sacrificio cruento para hacer expiación (Gn.4:4-7, 5e; Lv.17:11, 14). El autor insistirá en el hecho de estarle atentos a Dios, como la única garantía anti-deslizante.Los mensajes que vinieran mediante los ángeles (mensajeros), y que fueran desobedecidos por los destinatarios, fueron severamente castigados, conforme a la justicia divinal que se aplicara a su sazón. Si esto fue dentro del contexto generacional que a cada creyente le tocara vivir; ¿qué pasaría en el plano trascendente? Sin duda, el juicio sobre ello sería mucho más contundente; porque quien esto hiciera estaría revelando su naturaleza rebelde al propósito divinal, y eso es algo que el Señor no trata con dulzura.
=== La palabra de revelación acerca del reino de Dios, fue traída directamente por el Rey Jesús a la nación hebrea, anticipándola Juan el Bautista en su calidad de Heraldo, y el Señor Jesús en calidad de Realizador. El autor nos refiere que aquellos que oyeron atentamente la voz del Señor se convirtieron en los emisores repetidores de cada una de sus palabras, confirmando todas y cada una de ellas, porque experimentaron las realidades neocreacionales en ellos mismos, y el mismo Señor les concedió la virtud de referir su autoridad y su poder en una medida semejante a la suya, arguyendo después que nosotros haríamos señales más gloriosas y maravillosas que las que él hizo, por cuanto tenía que volver al Padre (Jn.14:12). El testimonio célico-pedestre confirma las realidades neocreacionales como obra divina a través de sus autoridades delegadas, y todos los milagros, prodigios, sanidades, maravillas, milagros y repartimientos del Espíritu Santo, son sus obras a través de sus humanas extensiones (Jn.14:10-11). "Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?... Y por la fe en su nombre, a éste que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre, y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad e presencia de todos vosotros" (Hch.3:12, 16) Así, pues, no fue un poder inherente; ni tampoco el que fueran mejores que otros en su modo de vivir o de andar (piedad), lo que le trajo la sanidad al hombre cojo de la puerta la Hermosa. Él fue directamente sanado por Jesús a través de sus agentes.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 29/04/2018 MENSAJE # 2455
NUESTRA SALVACIÓN ES UN HECHO PROCESAL, Y TODO EL QUE RECIBE A JESÚS COMO SEÑOR (AMO, DUEÑO, PATRÓN) Y SALVADOR (RESCATÁNDONOS DE LA CONDENACIÓN)TENEMOS QUE ENTENDER ESTE PACTO O COMPROMISO, CUMPLIÉNDOLO EN TODAS SUS INSTANCIAS. SALVACIÓN, SANTIFICACIÓN Y HERENCIA VAN JUNTAS. NO HAY NADA DESDEÑABLE.
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