LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 18 DE ABRIL DEL 2018 MENSAJE # 2433
DANIEL 2:37-38, 46-47; 3:1.
"Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habiten hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro... Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso. El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio... El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia".
=== El sueño de Nabucodonosor es una de las referencias más gloriosas sobre la forma en que se desarrollaría la historia de la humanidad, revelando el Padre todo lo inherente en cuanto al futuro, incluso hasta nuestros días, y hasta más allá. Cuando el ungido Daniel le compartió al rey el sueño que él hubiera olvidado, y el significado que en él se hallara, todos los sabios de Babilonia estaban allí, admirados, asombrados y consternados al ver aquel joven judío, que fuera hallado diez veces más sabio que todos ellos, y "luciéndose ante el rey", mientras les salvaba el pellejo a todos ellos; ninguno pensó que le debía el favor a Daniel por no ser ejecutados, ni nada como eso... LO ODIABAN POR CAUSA DE SU DIVINA ELECCIÓN, SU SOLTURA PARA HABLAR CON EL REY CON SUMO RESPETO, Y SU INCREÍBLE HUMILDAD AL DECLARAR LA GLORIA DE DIOS QUE EN ÉL SE MANIFESTARA (Vs.27-28). Un pasmado Nabucodonosor, no tuvo el menor recelo para prosternarse y adorar al magnífico varón de Dios que tan humildemente lo representara; el todavía humillado rey ordenó que a Daniel se le ofreciesen presentes e incienso, completando el acto de veneración a un sorprendido Daniel que lo dejó hacer conforme a su voluntad, sintiéndose incómodo y sorprendido por esa actitud del rey, mas sin interrumpirlo.
=== Al recuperar la verticalidad el asombrado rey de Babilonia, apareció de nuevo el político, reconociendo el poder de aquel Dios desconocido que adoraran los judíos, el cual se había hecho merecedor de su respeto y su consideración, razón por la cual hizo estas declaraciones al hablar con Daniel en su posición de rey a su singularísimo servidor, al que Yahweh hubiera bendecido con aquella capacidad que en los demás caldeos, astrólogos, adivinos, sabios, magos, etc. brillara por su ausencia. Nabucodonosor se felicitaba interiormente por haber elegido a este varón como un servidor muy cercano y especial; y Arioc cambiaba miradas de inteligencia con el rey como diciendo: "Yo lo descubri" (Vs.24-25). La confesión de Nabucodonosor no fue una afirmación categórica declarando a Yahweh como su Dios personal: El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el DIOS VUESTRO (no suyo) es Dios de dioses (siempre la pluralidad clásica de los idólatras), y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. Aquella adoración de un par de minutos, no había nublado su entendimiento, y había algo que aún resonaba en su mente: "Tú eres aquella CABEZA DE ORO", en la última parte del verso 38. El rey sorprendido adoró y se humilló; el rey, en su política, más sereno ya, ofreció a Daniel las frases de elogio para un servidor divino, sintiéndose él por encima del profeta, proyectándose hacia el futuro con un aura gloriosa digna de toda veneración, provocando la reacción a esa afirmación.
=== Y lo que Daniel asumiera como una delicada responsabilidad por la que sentiría él un santo temor y temblor; halló en el corazón del rey gentil un eco diferente. Después de premiar a Daniel y a sus tres amigos nombrándolos en cargos importantísimos a nivel babilónico, no dejó de pensar en esa frase de su servidor: "TÚ ERES AQUELLA CABEZA DE ORO". La humildad cristiana nos lleva a considerarnos siervos de Dios; la naturaleza gentil no hace sino asumir una gloria que se cree merecer, no entendiendo la elección por su gracia. Nabucodonosor no fue la excepción, y... El rey hizo una estatua de sesenta codos de altura por seis de ancho, toda de oro... ¿Quiso representar aquella estatua que viera en su sueño? Sí, algo parecido, pero él quería perpetuarse en ella, desapareciendo todo vestigio de la plata, el bronce, el hierro y el barro cocido, a los cuales en su increíble soberbia considerara inexistentes; y su naturaleza bestial reclamaba la veneración de todos los pueblos, naciones y lenguas; o 'el gozo de un infierno anticipado' en el horno de fuego ardiendo. El rey hacía algo difícil la no adoración a la representación de sí mismo. Las interpretaciones de la sana interpretación danielina, demostraban no haber entendido el mensaje de la soberana voluntad del Padre, la cual no habrá de ser revertida.
"Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habiten hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro... Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso. El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio... El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia".
=== El sueño de Nabucodonosor es una de las referencias más gloriosas sobre la forma en que se desarrollaría la historia de la humanidad, revelando el Padre todo lo inherente en cuanto al futuro, incluso hasta nuestros días, y hasta más allá. Cuando el ungido Daniel le compartió al rey el sueño que él hubiera olvidado, y el significado que en él se hallara, todos los sabios de Babilonia estaban allí, admirados, asombrados y consternados al ver aquel joven judío, que fuera hallado diez veces más sabio que todos ellos, y "luciéndose ante el rey", mientras les salvaba el pellejo a todos ellos; ninguno pensó que le debía el favor a Daniel por no ser ejecutados, ni nada como eso... LO ODIABAN POR CAUSA DE SU DIVINA ELECCIÓN, SU SOLTURA PARA HABLAR CON EL REY CON SUMO RESPETO, Y SU INCREÍBLE HUMILDAD AL DECLARAR LA GLORIA DE DIOS QUE EN ÉL SE MANIFESTARA (Vs.27-28). Un pasmado Nabucodonosor, no tuvo el menor recelo para prosternarse y adorar al magnífico varón de Dios que tan humildemente lo representara; el todavía humillado rey ordenó que a Daniel se le ofreciesen presentes e incienso, completando el acto de veneración a un sorprendido Daniel que lo dejó hacer conforme a su voluntad, sintiéndose incómodo y sorprendido por esa actitud del rey, mas sin interrumpirlo.
=== Al recuperar la verticalidad el asombrado rey de Babilonia, apareció de nuevo el político, reconociendo el poder de aquel Dios desconocido que adoraran los judíos, el cual se había hecho merecedor de su respeto y su consideración, razón por la cual hizo estas declaraciones al hablar con Daniel en su posición de rey a su singularísimo servidor, al que Yahweh hubiera bendecido con aquella capacidad que en los demás caldeos, astrólogos, adivinos, sabios, magos, etc. brillara por su ausencia. Nabucodonosor se felicitaba interiormente por haber elegido a este varón como un servidor muy cercano y especial; y Arioc cambiaba miradas de inteligencia con el rey como diciendo: "Yo lo descubri" (Vs.24-25). La confesión de Nabucodonosor no fue una afirmación categórica declarando a Yahweh como su Dios personal: El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el DIOS VUESTRO (no suyo) es Dios de dioses (siempre la pluralidad clásica de los idólatras), y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. Aquella adoración de un par de minutos, no había nublado su entendimiento, y había algo que aún resonaba en su mente: "Tú eres aquella CABEZA DE ORO", en la última parte del verso 38. El rey sorprendido adoró y se humilló; el rey, en su política, más sereno ya, ofreció a Daniel las frases de elogio para un servidor divino, sintiéndose él por encima del profeta, proyectándose hacia el futuro con un aura gloriosa digna de toda veneración, provocando la reacción a esa afirmación.
=== Y lo que Daniel asumiera como una delicada responsabilidad por la que sentiría él un santo temor y temblor; halló en el corazón del rey gentil un eco diferente. Después de premiar a Daniel y a sus tres amigos nombrándolos en cargos importantísimos a nivel babilónico, no dejó de pensar en esa frase de su servidor: "TÚ ERES AQUELLA CABEZA DE ORO". La humildad cristiana nos lleva a considerarnos siervos de Dios; la naturaleza gentil no hace sino asumir una gloria que se cree merecer, no entendiendo la elección por su gracia. Nabucodonosor no fue la excepción, y... El rey hizo una estatua de sesenta codos de altura por seis de ancho, toda de oro... ¿Quiso representar aquella estatua que viera en su sueño? Sí, algo parecido, pero él quería perpetuarse en ella, desapareciendo todo vestigio de la plata, el bronce, el hierro y el barro cocido, a los cuales en su increíble soberbia considerara inexistentes; y su naturaleza bestial reclamaba la veneración de todos los pueblos, naciones y lenguas; o 'el gozo de un infierno anticipado' en el horno de fuego ardiendo. El rey hacía algo difícil la no adoración a la representación de sí mismo. Las interpretaciones de la sana interpretación danielina, demostraban no haber entendido el mensaje de la soberana voluntad del Padre, la cual no habrá de ser revertida.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 18/04/18 MENSAJE # 2433
LA FORMA EN LA QUE DIOS MUESTA LAS COSAS QUE HAN DE ACONTECER TIENEN QUE SER RECIBIDAS JUICIOSAMENTE, ENTENDIENDO SU PROPÓSITO AL RECIBIR LOS PRIVILEGIOS Y DÁDIVAS QUE ÉL NOS DA PARA QUE SU GLORIA PUEDA SER VISTA EN SUS SANTOS. ¡PRUDENCIA, POR FAVOR!
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