LIMA - PERÚ DOMINGO 04 DE ABRIL DEL 2018 MENSAJE # 2399
JUAN 6:60-65.
"Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra, ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha, las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre".
=== El Señor Jesús había estado disertando sobre el pan de vida (Jn.6:25, 32-35, 48-59), y cuando él se refiere a comer su carne, y beber su sangre, claramente habla de un compromiso pactual. Así, el cuerpo partido y compartido haría que el Señor penetrara en ellos y se metabolizara, haciéndolos parte de él mismo; y cuando se refiere a beber su sangre, habla de la copa de la que todos participan, obteniendo la vida del Señor para poder vivir por ella en el género vital que hace de nosotros seres trascendentes: "Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis mi sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él" (Jn.6:53-56) Fueron estas las palabras que desataron en el discipulado tremendas dudas y trágicas decisiones, escandalizándose del Señor al no poseer una visión espiritual más amplia. Un muy seguro Jesús inquiere: ¿Esto os ofende? Y arguye luego cómo se asombrarían si el Hijo del Hombre subiera adonde estaba primero. ¿Qué pasaba en ese momento? La naturaleza carnal y caída de quienes estuvieran a su lado como estudiantes, pupilos o discípulos, no les permitía captar lo que Jesús decía, viéndolo en el plano inferior de una comprensión limitadísima, la cual los invitaría a desertar del discipulado, como pasa con todo el que carece del entendimiento del caso, y se siente incierto en la medida del avance, creciendo su desazón junto con su falta de entendimiento.
=== El apóstol nos indica que hubo una palabra de gran decepción, y estando consciente el Señor de su sensibilidad ofendida, los invita a mirarlo a él en su gloria celestial, pasando luego a explicar su crisis de entendimiento, arguyendo que: "El espíritu (humano) es el que da la vida (de su misma naturaleza, trascendente, con sentido, con claro entendimiento, con una dirección específica, con un propósito); la carne para nada aprovecha (la tal no ve más allá del placer o el goce temporal, el disfrute sensorial y la total intoxicación de los sentidos), las palabras que yo os he hablado (el total contenido de sus mensajes tuvo como una motivación el trasladarlos al plano objetivo de la espiritualidad bien entendida, para fructificar por y a través de ella) son espíritu y son vida (todo esto en el plano de la perfecta idealidad, componiendo por lo vivencial algo que fuera más allá de lo existencial. La TRASCENDENCIA ESPIRITUAL puede impactar lo anímico con un panorama de exultación, llenar de gozo a nuestro hombre natural llevándolo al paroxismo mediante sus impulsos; pero la realización tripartita sugiere la jefatura del espíritu como aquello que apunta a la realización vital que nos transporta a la realidad de la cuarta dimensión, donde nuestro ser integral participa del plano divinal de un modo total.
=== Y luego Jesús pasa al plano directo de la posición y la intención de cada uno de los presentes, haciéndoles saber cuán consciente estaba del plano interior de cada uno. Así, el NO CREER te deja en un limbo en el que el alma se embota, se aturde, se confunde, se anonada; viviendo en la esfera de la total o parcial incertidumbre que paraliza el nervio del esfuerzo, retrocediendo cada vez más hasta el total agarrotamiento que derivará en un temprano adiós, o en una traición mientras se especula con alguna ganancia. La incredulidad a la que lleva el pensar mal o erróneamente, es menos miserable que la traición de un camarada de milicia. Las atracciones que vienen del corazón del Padre, y nos llaman con un espíritu de compromiso, son la única garantía de fidelidad a futuro por nuestra parte. En el reino de Dios y en el ministerio no hay lugar para el voluntariado. Todos los que se unieron a Jesús en el discipulado inicial fueron llamados para atender al mismo (Jn.15:16; Mr.3:13); sin por ello dejar de elegir a un diablo para que la Escritura se cumpliese (Jn.6:70). El plan divino hubo de completarse con la elección de todo el elenco.
"Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra, ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha, las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre".
=== El Señor Jesús había estado disertando sobre el pan de vida (Jn.6:25, 32-35, 48-59), y cuando él se refiere a comer su carne, y beber su sangre, claramente habla de un compromiso pactual. Así, el cuerpo partido y compartido haría que el Señor penetrara en ellos y se metabolizara, haciéndolos parte de él mismo; y cuando se refiere a beber su sangre, habla de la copa de la que todos participan, obteniendo la vida del Señor para poder vivir por ella en el género vital que hace de nosotros seres trascendentes: "Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis mi sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él" (Jn.6:53-56) Fueron estas las palabras que desataron en el discipulado tremendas dudas y trágicas decisiones, escandalizándose del Señor al no poseer una visión espiritual más amplia. Un muy seguro Jesús inquiere: ¿Esto os ofende? Y arguye luego cómo se asombrarían si el Hijo del Hombre subiera adonde estaba primero. ¿Qué pasaba en ese momento? La naturaleza carnal y caída de quienes estuvieran a su lado como estudiantes, pupilos o discípulos, no les permitía captar lo que Jesús decía, viéndolo en el plano inferior de una comprensión limitadísima, la cual los invitaría a desertar del discipulado, como pasa con todo el que carece del entendimiento del caso, y se siente incierto en la medida del avance, creciendo su desazón junto con su falta de entendimiento.
=== El apóstol nos indica que hubo una palabra de gran decepción, y estando consciente el Señor de su sensibilidad ofendida, los invita a mirarlo a él en su gloria celestial, pasando luego a explicar su crisis de entendimiento, arguyendo que: "El espíritu (humano) es el que da la vida (de su misma naturaleza, trascendente, con sentido, con claro entendimiento, con una dirección específica, con un propósito); la carne para nada aprovecha (la tal no ve más allá del placer o el goce temporal, el disfrute sensorial y la total intoxicación de los sentidos), las palabras que yo os he hablado (el total contenido de sus mensajes tuvo como una motivación el trasladarlos al plano objetivo de la espiritualidad bien entendida, para fructificar por y a través de ella) son espíritu y son vida (todo esto en el plano de la perfecta idealidad, componiendo por lo vivencial algo que fuera más allá de lo existencial. La TRASCENDENCIA ESPIRITUAL puede impactar lo anímico con un panorama de exultación, llenar de gozo a nuestro hombre natural llevándolo al paroxismo mediante sus impulsos; pero la realización tripartita sugiere la jefatura del espíritu como aquello que apunta a la realización vital que nos transporta a la realidad de la cuarta dimensión, donde nuestro ser integral participa del plano divinal de un modo total.
=== Y luego Jesús pasa al plano directo de la posición y la intención de cada uno de los presentes, haciéndoles saber cuán consciente estaba del plano interior de cada uno. Así, el NO CREER te deja en un limbo en el que el alma se embota, se aturde, se confunde, se anonada; viviendo en la esfera de la total o parcial incertidumbre que paraliza el nervio del esfuerzo, retrocediendo cada vez más hasta el total agarrotamiento que derivará en un temprano adiós, o en una traición mientras se especula con alguna ganancia. La incredulidad a la que lleva el pensar mal o erróneamente, es menos miserable que la traición de un camarada de milicia. Las atracciones que vienen del corazón del Padre, y nos llaman con un espíritu de compromiso, son la única garantía de fidelidad a futuro por nuestra parte. En el reino de Dios y en el ministerio no hay lugar para el voluntariado. Todos los que se unieron a Jesús en el discipulado inicial fueron llamados para atender al mismo (Jn.15:16; Mr.3:13); sin por ello dejar de elegir a un diablo para que la Escritura se cumpliese (Jn.6:70). El plan divino hubo de completarse con la elección de todo el elenco.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 01/04/2018 MENSAJE # 2399.
ESA PARTE IMPORTANTE Y BÁSICA: EL CONTROL DE CALIDAD, EXIGE DE SU ENCARGADO QUE SEA IMPLACABLE, LLEVANDO AL PRODUCTO AL CLÍMAX, DE MODO QUE LO TRABAJADO E INVERTIDO EN ELLO NO SEA EN VANO. NO LE TEMAS AL CONTROL DE CALIDAD. ESFUÉRZATE, SUPÉRATE, TRIUNFA.
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