martes, 3 de abril de 2018

LA PROBIDAD Y EFICACIA DEL SEÑOR COMO MAESTRO HABRÍA DE SER PROBADA EN EL FLUIR DE SUS DISCÍPULOS COMO GENTE LLENA DEL ESPÍRITU SANTO. ÉL NO DEJÓ NINGÚN DETALLE, Y NADA SUELTO A LA INICIATIVA INTRUSA DE ALGUIEN, OBEDEZCAMOS FIELMENTE LOS MANDAMIENTOS INHERENTES AL REINO DE DIOS.

LIMA - PERÚ      MARTES 03 DE ABRIL DEL 2018        MENSAJE # 2403

HECHOS 1:1-5.

"En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios, y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días".

=== Lucas, el médico amado e historiador de la iglesia, prosigue aquí lo que compartiera en el primer tratado, recordando que todo lo que se dijera antes acerca de Jesús, había de proseguir en el divino fluir apostólico con las dotaciones y ministerios que él otorgara  a sus discípulos, y a los que vinieren después dentro de la misma línea de acción. Al referir Lucas que estas eran las cosas que Jesús comenzó a hacer y enseñar, nos documenta de cuál debe ser la actitud de quienes siguen su ejemplo y andan en sus pasos. Los HECHOS DIVINOS, impartidos ahora por los que fueran elegidos para el ministerio apostólico, no eran sino el eco del divino fluir, mostrando por las obras la certeza de su mensaje evangelístico dentro de la esfera regia en la que se mueven todos los que le han creído, y que muestran la palabra y el poder que le son propias a los que Dios tuvo por fieles poniéndolos en el ministerio, extendiéndose a través de los tales su mensaje, su poder y su intento, como en su momento se referirá: "... Y les reconocían que habían estado con Jesús" (Hch.4:13). El Hijo de Dios HACÍA (ejecutaba, llevaba a cabo la voluntad divina), "Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo" (Mt.9:35). El HACER implica el conocimiento, la sabiduría y la destreza práctica; EL ENSEÑAR es la capacidad de poder impartir todo ello para capacitar a otros en un rol histórico y profético, de modo que todo ello pueda quedar en los discípulos, hasta alcanzar el nivel de su Maestro, optimizando el obrar de todos los que otrora fueran sus pupilos.

=== Lucas arguye que Jesús mantuvo su capacidad operativa hasta el final de sus mil doscientos sesenta días ministeriales, mostrando el celo de un verdadero mentor, que quiere dejar tras de sí una honda huella que el tiempo no pudiera borrar, dividiendo la historia de sus vidas en antes y después de él, mostrando en su labor ministerial la suficiencia de su Señor, y su eficacia como representante divino. Los mandamientos que durante cuarenta días impartiera a sus discípulos tenían un solo tópico: EL REINO, porque esa era la realidad en la que ellos habrían de vivir, poniéndose a tono con ello. Jesús, en el contexto de la vida de resurrección, impartía los principios que gobernarían el accionar de sus discípulos. La Pascua (su muerte redentora), la fiesta de los Panes sin levadura (implicando santidad y propósito de corazón), y la fiesta del Nuevo Grano (la vida de resurrección) componían la vida genérica que debía afectarnos hasta hacer de nosotros la clase de personas que Dios deseara para constituirlos en habitantes de la gloria regia sobre la faz de la tierra, acompañandolos, siendo uno con ellos, y gobernando sus corazones y sus vidas, para que pudieran dar las Buenas Nuevas de Salvación con propiedad y eficacia, refrendando la Palabra con el Poder de Dios, mostrando la gloria trascendente que atara al hombre fuerte, lo despojara definitivamente, y repartiera el botín que todos los redimidos comparten en su calidad de hijos de Dios.

=== Las tres fiestas iniciales habían de ser corroboradas por la presencia del Espíritu Santo en sus vidas, pues así se comprobaria el divino obrar en una forma trinitaria: El amor del Padre, la gracia o favor inmerecido en la individualidad antropomórfica del Hijo de Dios; y la certeza de que Dios, habitándonos por medio del Espíritu Santo, lograría que alcanzáramos la plenitud que nos conduce a nuestra herencia, ya que sin santidad, nadie verá a Dios (1Ts.5:23; He.12:14). Aprovechando el momento en que todos estaban juntos, les ordenó que no se fueran de Jerusalén, pues el Espíritu habría de llegar, y ese era el lugar donde sería la cita que los llevaría a una fase operativa sin precedentes, juntándolos el Señor en la fiesta del Pentecostés, en que las naciones estarían allí para hacer un trabajo singular que los bendeciría pluralmente, recordando el Señor que ésta era LA PROMESA DEL PADRE, la cual permitiría que se forjara como una realidad la Iglesia del Dios viviente, la misma que en su oportunidad Jesús le otorgara a Pedro el ser el portador de las llaves del reino de los cielos, trayendo a la realidad tridimensional lo que conocemos como la Familia de Dios o el Cuerpo de Cristo. El agua del bautismo de arrepentimiento  (con Juan el Bautista), proponía el estar aptos para recibir a Dios y gozar de su presencia en una forma extraordinaria; pero el Bautismo con el Espíritu Santo te llevará hasta la gloria Shekinah, convirtiéndote en un portador del mensaje evangelístico con todos sus elementos constitutivos: "Y estas señales seguirán a los QUE CREEN EN MI NOMBRE: Echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán" (Mr.16:17).

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA       03/04/2018        MENSAJE # 2403.

1 comentario:

  1. LAS POSTRERAS INSTRUCCIONES DADAS A LOS APÓSTOLES SON VALIOSÍSIMAS, Y DEBEN ESTAR PRESENTES EN NUESTROS CORAZONES TODO EL TIEMPO, PARA QUE LOS MISMOS NO SE CANSEN HASTA DESMAYAR O SE SIENTAN ABANDONADOS, PARA ESO VINO EL ESPÍRITU SANTO, EL CREYENTE NO ESTÁ SOLO JAMÁS.

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