LIMA - PERÚ JUEVES 23 DE AGOSTO DEL 2018 MENSAJE # 2687
PRIMERA DE JUAN 1:5-10.
"Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros".
=== Cuando Juan nos describe los valores esenciales acerca de la vida manifestada en forma Verbal, en la figura antropomórfica del Hijo de Dios, Jesucristo; nos dice que esta fue una emisión orgánica del Dios vivo. Esa manifestación divina en forma humana descartaba el pensamiento gnóstico que asumía que la naturaleza esencial divina jamás podría manifestarse en un cuerpo de carne, rechazando ellos a Jesús como el Hijo de Dios, mirándolo como una imposibilidad teológica, algo que aún conservan muchas sectas heréticas. Aquellos, pues, que oyeron,vieron, contemplaron y palparon la realidad espiritual trascendente en una figura antropomórfica; no podían desconocer el divino obrar del Hijo de Dios, confirmándose así nuestra redención por la vida de resurrección. Y la misma comunión que el Padre y el Hijo tuvieran, es a la que somos invitados por el Espíritu al ser restaurado nuestro ser tripartito. El gozo cumplido compone nuestra perfecta comunión con a Deidad en espíritu, alma y cuerpo, a través de la plena santificación: "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y TODO VUESTRO SER, espíritu, alma y cuerpo, SEA GUARDADO IRREPRENSIBLE PARA LA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará" (1Ts.5:23-24).
=== Y esta porción, supone nuestra integración al panorama espiritual correcto, siendo el mensaje contenido audiblemente (por la fe), el cual nos es anunciado en esta gloriosa expresión: DIOS ES LUZ. En Génesis 1:3 se indica que dijo Dios: Sea la luz, y fue la luz. Las realidades creativas habían sido eclipsadas por la caída de Lucero, convirtiendo todo en una horrible oscuridad, y Dios encendió la luz para que se contemplara el fluir del Espíritu y su obra recreacional. Y la luz lo inundó todo, y la oscuridad se vio inhibida, no ;pudiendo evitar que la luz le quitara su poder para ocultarlo todo, porque: "La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella" (Jn.1:5). Esa luz divina esencial anulaba la oscuridad hasta abatirla por completo. Y la luz mencionada aquí nos permite conocer su comunión con los hijos de luz, quienes se mueven cómodos en la esfera luminosa que Dios Padre creara para ellos. ¿Cómo reconocemos a los hijos de luz? Por su andar en la esfera lumínica, manteniendo la cual conocemos y reconocemos la verdad como un lenguaje, un principio y un estilo de vida, haciendo de ello una práctica habitual, y una identidad con Dios, nuestro Creador y Redentor.
=== El andar en la luz, es habitar en la presencia de Dios como lo hicieran Adán y Eva, de los cuales referiría Moisés que "estaban desnudos ... y no se avergonzaban" (Gn.2:25). Cuando nuestro andar refleja la santidad divina, la profanidad del mirar carnal no nos afecta, porque vivimos en otra dimensión. La esfera sobrenatural tiene como vestimenta la santidad, la dignidad, la pureza, la nobleza, y el justo accionar de los santos, que no conocen otra forma de actuar o caminar. Y el huerto del Edén se sentía de plácemes con esta pareja revestida de la gloria divinal, la cual sólo puede ser comparada con el lino blanco finísimo que viste a la novia del Cordero. Aquella sangre que NOS SIGUE LIMPIANDO (eso dice el presente continuativo de este versículo en el original griego), implica la actividad de limpieza, purificación y blanqueamiento de aquellos que serán tenidos por dignos de habitar en la santa ciudad. El Padre ha considerado el imperativo de lavar nuestras conciencias de obras muertas, y de la renovación de nuestro entendimiento. Hemos de dejar que Dios haga el trabajo completo que Pablo revela a Tito: "Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, POR EL LAVAMIENTO DE LA REGENERACIÓN, Y POR LA RENOVACIÓN EN EL ESPÍRITU SANTO, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador" (Tit.3:5-6). La continua exhalación de nuestros pecados, conseguirá que seamos limpiados de toda nuestra maldad. Permitamos que su trabajo de amor sea hecho a cabalidad, y que su palabra y su poder ocupen a plenitud todo nuestro ser.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 23/08/2018 MENSAJE # 2687.
"Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros".
=== Cuando Juan nos describe los valores esenciales acerca de la vida manifestada en forma Verbal, en la figura antropomórfica del Hijo de Dios, Jesucristo; nos dice que esta fue una emisión orgánica del Dios vivo. Esa manifestación divina en forma humana descartaba el pensamiento gnóstico que asumía que la naturaleza esencial divina jamás podría manifestarse en un cuerpo de carne, rechazando ellos a Jesús como el Hijo de Dios, mirándolo como una imposibilidad teológica, algo que aún conservan muchas sectas heréticas. Aquellos, pues, que oyeron,vieron, contemplaron y palparon la realidad espiritual trascendente en una figura antropomórfica; no podían desconocer el divino obrar del Hijo de Dios, confirmándose así nuestra redención por la vida de resurrección. Y la misma comunión que el Padre y el Hijo tuvieran, es a la que somos invitados por el Espíritu al ser restaurado nuestro ser tripartito. El gozo cumplido compone nuestra perfecta comunión con a Deidad en espíritu, alma y cuerpo, a través de la plena santificación: "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y TODO VUESTRO SER, espíritu, alma y cuerpo, SEA GUARDADO IRREPRENSIBLE PARA LA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará" (1Ts.5:23-24).
=== Y esta porción, supone nuestra integración al panorama espiritual correcto, siendo el mensaje contenido audiblemente (por la fe), el cual nos es anunciado en esta gloriosa expresión: DIOS ES LUZ. En Génesis 1:3 se indica que dijo Dios: Sea la luz, y fue la luz. Las realidades creativas habían sido eclipsadas por la caída de Lucero, convirtiendo todo en una horrible oscuridad, y Dios encendió la luz para que se contemplara el fluir del Espíritu y su obra recreacional. Y la luz lo inundó todo, y la oscuridad se vio inhibida, no ;pudiendo evitar que la luz le quitara su poder para ocultarlo todo, porque: "La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella" (Jn.1:5). Esa luz divina esencial anulaba la oscuridad hasta abatirla por completo. Y la luz mencionada aquí nos permite conocer su comunión con los hijos de luz, quienes se mueven cómodos en la esfera luminosa que Dios Padre creara para ellos. ¿Cómo reconocemos a los hijos de luz? Por su andar en la esfera lumínica, manteniendo la cual conocemos y reconocemos la verdad como un lenguaje, un principio y un estilo de vida, haciendo de ello una práctica habitual, y una identidad con Dios, nuestro Creador y Redentor.
=== El andar en la luz, es habitar en la presencia de Dios como lo hicieran Adán y Eva, de los cuales referiría Moisés que "estaban desnudos ... y no se avergonzaban" (Gn.2:25). Cuando nuestro andar refleja la santidad divina, la profanidad del mirar carnal no nos afecta, porque vivimos en otra dimensión. La esfera sobrenatural tiene como vestimenta la santidad, la dignidad, la pureza, la nobleza, y el justo accionar de los santos, que no conocen otra forma de actuar o caminar. Y el huerto del Edén se sentía de plácemes con esta pareja revestida de la gloria divinal, la cual sólo puede ser comparada con el lino blanco finísimo que viste a la novia del Cordero. Aquella sangre que NOS SIGUE LIMPIANDO (eso dice el presente continuativo de este versículo en el original griego), implica la actividad de limpieza, purificación y blanqueamiento de aquellos que serán tenidos por dignos de habitar en la santa ciudad. El Padre ha considerado el imperativo de lavar nuestras conciencias de obras muertas, y de la renovación de nuestro entendimiento. Hemos de dejar que Dios haga el trabajo completo que Pablo revela a Tito: "Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, POR EL LAVAMIENTO DE LA REGENERACIÓN, Y POR LA RENOVACIÓN EN EL ESPÍRITU SANTO, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador" (Tit.3:5-6). La continua exhalación de nuestros pecados, conseguirá que seamos limpiados de toda nuestra maldad. Permitamos que su trabajo de amor sea hecho a cabalidad, y que su palabra y su poder ocupen a plenitud todo nuestro ser.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 23/08/2018 MENSAJE # 2687.
ES NUESTRA RESPONSABILIDAD EL APRENDER A CAMINAR CON DIOS EN PRINCIPIOS Y PRÁCTICAS, DE MODO QUE LE AGRADEMOS, Y PODAMOS HABITAR EN SU PRESENCIA COMO UN DESEABLE ESTÁNDAR PARA TODO EL PUEBLO DE DIOS.
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