LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 01 DE AGOSTO DEL 2018 MENSAJE # 2644
MEDITACIONES VARIAS
Salmo 63:1
"Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de Dios,
mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas".
El alma enamorada del salmista evoca con dulzura la divina presencia,
reclamando
la misma como un novio los deleites del tálamo nupcial, cual un ciervo,
deseando
las límpidas corrientes de los frescos manantiales que restaurarán su
naturaleza
alegra y saltarina que fluye en los bosques y los prados de sorprendente
belleza.
La sed del alma posee una etiología que la lujuria carnal jamás logrará
entender
pues no es la insana utilización de los demás y las sensaciones que traen
placer
la única fuente de satisfacción para quienes hemos desarrollado nuestra
comunión
con el Señor de un modo integral, siendo nuestra sed acorde con nuestra
tripartito que sólo la fusión con él puede explicar, rasgando el misterioso
velo
de aquella penetrante aridez y sequedad que nos haría clamar en desértico
paraje
por al agua de la Roca que sustente hasta el final nuestro celestial
peregrinaje.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 01/08/2018 MENSAJE # 2644.
EL HAMBRE Y LA SED DE LA PRESENCIA DIVINA ES DABLE EN CORAZONES SENSIBLES QUE ENTIENDEN SU POBREZA ESPIRITUAL, Y QUE APRENDEN A CLAMAR POR AQUELLO QUE LES FALTA, BUSCANDO ALIMENTARSE Y SACIARSE DE TODO LO QUE DE ARRIBA VIENE. ¿TIENES ESA NECESIDAD? DIOS HA DISPUESTO UN BANQUETE PARA TI.
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