LIMA - PERÚ MARTES 1O DE MARZO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A TITO
Tito 2:11-14
"Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras".
*** Después de hacer una pormenorizada mención de cada uno de los que componen una sociedad organizada; y en la iglesia, de cada uno de sus participantes; el apóstol trae a colación que la salvación es un hecho universal revelado por gracia, pero que, en lo concerniente a la vida espiritual, era algo imperativo romper todo vínculo con la impiedad (la incredulidad en sus manifestaciones más sórdidas e infames); y también el plano que pareciera más pasivo, pero no menos nocivo: la mundanalidad (el conformarse al siglo presente con una vida religiosa intrascendente Ro.12:2).
*** Una renuncia implica una ruptura total con aquellas fuerzas que nos han mantenido cautivos durante toda nuestra peregrinación, o parte de ella; causando parálisis o demoras en el proceso de santificación; o anquilosándolo plenamente hasta pasmarlo. El refugio de la falsa espiritualidad es una religiosidad hipócrita y ceremonial (Ap.3:1b); es un muerto en su mausoleo.
*** Sólo el renunciamiento total a lo referido en el párrafo anterior, garantizará una vida equilibrada, proporcionada y acorde con los lineamientos divinos, mostrando que la esperanza de la segunda venida siempre trae un apego a la conducta que Dios observa con beneplácito, viviendo con temor y temblor todo el trámite de nuestra peregrinación. al referirse Pablo a Jesucristo como Dios, nos indica la vida y testimonio de un adorador; y al mencionarlo como Salvador, nos torna conscientes de nuestra redención y del pago divino para nuestro rescate del pecado y la condenación (por eso no podemos seguir viviendo en ello).
*** La redención de toda la iniquidad es el trato divino con nuestro pasado pecaminoso y digno de condenación; y la purificación del pueblo de Dios nos señala los riesgos a los que estamos expuestos, a futuro, si nuestra mentalidad no es renovada. Si nuestra nueva naturaleza no comienza a apropiarse paulatinamente de las áreas en las que antes la carne dominara, ello truncaría el trabajo del Paracleto (el Espíritu Santo), que tiene como misión nuestra regeneración, haciendo factible nuestra transformación hasta el nivel de la santidad que Dios Padre aprueba.
*** El trabajo trinitario: La buena voluntad del Padre recogiéndonos de nuestra miseria espiriual y condenación; el Sacrificio vicario del Hijo, y la divina impartición de su vida genérica (de resurrección); y el progresivo proceso santificante que nos haría aptos para el alcance de la herencia, mediante el Espíritu Santo obrando en nosotros desde dentro, han de verse consumados para el cubrimiento del propósito: llevarnos al Padre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/03/2015
*** Después de hacer una pormenorizada mención de cada uno de los que componen una sociedad organizada; y en la iglesia, de cada uno de sus participantes; el apóstol trae a colación que la salvación es un hecho universal revelado por gracia, pero que, en lo concerniente a la vida espiritual, era algo imperativo romper todo vínculo con la impiedad (la incredulidad en sus manifestaciones más sórdidas e infames); y también el plano que pareciera más pasivo, pero no menos nocivo: la mundanalidad (el conformarse al siglo presente con una vida religiosa intrascendente Ro.12:2).
*** Una renuncia implica una ruptura total con aquellas fuerzas que nos han mantenido cautivos durante toda nuestra peregrinación, o parte de ella; causando parálisis o demoras en el proceso de santificación; o anquilosándolo plenamente hasta pasmarlo. El refugio de la falsa espiritualidad es una religiosidad hipócrita y ceremonial (Ap.3:1b); es un muerto en su mausoleo.
*** Sólo el renunciamiento total a lo referido en el párrafo anterior, garantizará una vida equilibrada, proporcionada y acorde con los lineamientos divinos, mostrando que la esperanza de la segunda venida siempre trae un apego a la conducta que Dios observa con beneplácito, viviendo con temor y temblor todo el trámite de nuestra peregrinación. al referirse Pablo a Jesucristo como Dios, nos indica la vida y testimonio de un adorador; y al mencionarlo como Salvador, nos torna conscientes de nuestra redención y del pago divino para nuestro rescate del pecado y la condenación (por eso no podemos seguir viviendo en ello).
*** La redención de toda la iniquidad es el trato divino con nuestro pasado pecaminoso y digno de condenación; y la purificación del pueblo de Dios nos señala los riesgos a los que estamos expuestos, a futuro, si nuestra mentalidad no es renovada. Si nuestra nueva naturaleza no comienza a apropiarse paulatinamente de las áreas en las que antes la carne dominara, ello truncaría el trabajo del Paracleto (el Espíritu Santo), que tiene como misión nuestra regeneración, haciendo factible nuestra transformación hasta el nivel de la santidad que Dios Padre aprueba.
*** El trabajo trinitario: La buena voluntad del Padre recogiéndonos de nuestra miseria espiriual y condenación; el Sacrificio vicario del Hijo, y la divina impartición de su vida genérica (de resurrección); y el progresivo proceso santificante que nos haría aptos para el alcance de la herencia, mediante el Espíritu Santo obrando en nosotros desde dentro, han de verse consumados para el cubrimiento del propósito: llevarnos al Padre.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/03/2015
EL SISTEMA OPERATIVO DE LA GRACIA DIVINA REQUIERE LA INTERVENCIÓN DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. DESDE LA GRACIA QUE PERMITE EL RECOBRO DE LA HUMANIDAD, POR PARTE DEL PADRE; HASTA EL SACRIFICIO DEL HIJO PARA PAGAR EL PRECIO DE NUESTRA REDENCIÓN; Y LA INTERVENCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO PARA GARANTIZAR QUE TODA AQUELLA OBRA SE VEA COMPLETADA SEGÚN EL BENEPLÁCITO DEL PADRE; HAY UN TRABAJO DE EQUIPO QUE NOS PONE EN ANTENEDENTES SOBRE CÓMO HA DE OPERAR NUESTRA NATURALEZA TRIPARTITA PARA CONTRIBUIR AL ÉXITO DEL DIVINO OBRAR: DEJARLO HACER SU TRABAJO DE AMOR CEDIÉNDOSE AL DIVINO FLUIR.
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